Relación de C. S. Peirce con C. Ibáñez e Ibáñez de Ibero

 

Charles S. Peirce tuvo trato personal con Ibáñez de Ibero con ocasión de dos de sus viajes europeos, primero en París en 1875 y luego en 1877 en Stuttgart, donde se celebró un Congreso Internacional de Geodesia al que acudiría como primer representante oficial de los Estados Unidos en una sociedad científica (W 3, xxvi). Desde noviembre de 1872 el Coast Survey había asignado a Peirce la responsabilidad de las determinaciones de la gravedad mediante el péndulo. Recuerda Peirce en 1911, cuarenta años después, lo que hizo a raíz de aquel nombramiento (L 231, NEM III, 209)1:

Conseguí permiso para viajar a Europa y estudiar allí los métodos para investigar la gravedad. Mientras estaba en París sucedió que hubo allí un congreso de todos los Surveys europeos. Tenía lugar en el Palais des affaires étrangères. Recibí una invitación para atender los encuentros. En el primero que atendí se discutía el tema de la gravedad. Y me tomó completamente por sorpresa cuando el presidente, Gen. Ibáñez, me preguntó mi opinión acerca del trabajo que habían estado haciendo. Por supuesto, estaba obligado a expresar mi verdadera opinión. Ellos pensaban que estaban midiendo la gravedad con errores que no excedían en 1 millonésima o como mucho en 2. Pero se hacía girar el péndulo desde un trípode de bronce y yo expresé mi opinión muy decididamente a causa del examen que había hecho de ese trípode en Ginebra, que oscilaba a causa del péndulo hasta el punto de que, aunque no fuera directamente observable, había sido capaz de obtener una noción de su cantidad, midiendo cuánto más se fijaría la parte sobre la que se apoyaba el péndulo mediante una tracción horizontal de un kilo.

Y en otro texto de 1909 explica (L 641, NEM III, 1135)2

Cuando, en un encuentro en París, al que había sido invitado, fui públicamente requerido por el Presidente, General Ibáñez, a dar mi opinión sobre las determinaciones de la aceleración absoluta de la gravedad que se estaban entonces obteniendo, me sentí obligado a responder que las creía sometidas a un error constante un centenar de veces mayor de lo que habían considerado probable, debido a la oscilación elástica del trípode de bronce con el péndulo.

Como indica Carolyn Eisele es en esos encuentros con la Comisión Permanente de la Asociación Geodésica donde Peirce forja su prestigio internacional3. Cuando el General Ibáñez, del todo inesperadamente, pidió a Peirce su opinión, este aprovechó la ocasión para comentar el supuesto error que los europeos habían venido cometiendo en los diez años precedentes. Así lo describe Peirce en su informe de 23 de septiembre de 1875 a Carlile P. Patterson, sucesor de Benjamin Peirce como Superintendente del Coast Survey4

Al llegar a París me encontré con el Gen. Baeyer, quien me informó de que estaba teniendo lugar la reunión de la International Geodetical Association, y al día siguiente recibí una invitación del presidente Gen. Ibáñez para tomar parte en las discusiones, tanto del congreso general como del comité permanente, cosa que hice. Di una explicación de mi trabajo que será publicada, y el comité permanente presentó a la asociación una resolución muy bien redactada que, sin suponer de ninguna manera que utilice al Coast Survey, expresaba el deseo que tenían de ver mi trabajo en Europa felizmente completado con vistas a la comparación que permitirá entre las diferentes determinaciones europeas de la fuerza absoluta de la gravedad y la conexión que dará a los distintos experimentos pendulares europeos. La resolución fue unánimemente adoptada.

Al parecer no hubo reparos a las observaciones de Peirce en aquel primer momento, pero al año siguiente en una reunión en Bruselas tres miembros de la sociedad comunicaron que la crítica de Peirce era errónea. Peirce, que se encontraba en América, mantuvo su posición, pues lo que "inicialmente era poco más que una opinión bien fundada se había convertido en un conocimiento cierto gracias a un análisis matemático mayor y a ulteriores mediciones" (NEM III, 1135, 1909). Después de un forcejeo con las autoridades del Coast Survey, obtuvo finalmente permiso para atender el Congreso de Stuttgart de fines de septiembre de 1877 y defender su posición. Durante este viaje en barco hacia Europa es precisamente cuando escribirá, originalmente en francés, su famoso artículo "Cómo esclarecer nuestras ideas" ["How to Make Our Ideas Clear"], en el que aparece por primera vez la formulación de la máxima pragmática5.

Peirce había recibido una invitación a través del profesor Plantamour en nombre del comité permanente de la Asociación para presentar una comunicación al Presidente General Ibáñez con los resultados de su estudio sobre el trípode del péndulo. Con cierta antelación Peirce había enviado a Stuttgart su memoria sobre la influencia de la flexibilidad del soporte en la oscilación del péndulo. El informe, que consta de 23 páginas, se titulaba "De l'influence de la flexibilité du trépied sur l'oscillation du pendule à reversion" y fue distribuido en el congreso. En él confirmaba sus críticas precedentes y demostraba la corrección de su punto de vista. Sus resultados fueron aceptados en dos notas de Theodor von Oppolzer, en una memoria de Charles Cellérier, que después de una conversación con Peirce había desarrollado la teoría mediante un método diferente, y por Emile Plantamour, que aportaba la confirmación experimental de la teoría Peirce-Cellérier sobre la flexión6. Pocas semanas después escribirá a su madre dándole noticias del encuentro: "Por lo que se refiere a las opiniones que deseaba sostener, triunfaron por completo, y todo el mundo reconoció la extrema importancia del asunto, de modo que fui el héroe del momento"7.

En la Houghton Library se conservan tres páginas en francés, escritas a mano por Peirce de un informe más extenso sobre la determinación de la gravedad terrestre con dos esquemas gráficos, que probablemente entregó al General Ibáñez en los días del Congreso, pues termina de la siguiente manera (L 216a)8.

Pero le ruego, Señor General, que me haga saber si no podría yo tener el placer de volver a verle a usted antes de su salida. Si no, reciba usted mis saludos más atentos y mis deseos para un buen viaje.

Carolyn Eisele fechó esta carta alrededor del 2 octubre del 1877 y además da noticia de que el informe de Peirce fue también leído en Ginebra por Plantamour el 27 de octubre de 1877 a petición del General Ibáñez9. Precisamente, la primera noticia publicada en España acerca de Charles S. Peirce se refiere a la polémica acerca de la precisión de las mediciones del péndulo. Se trata de un resumen de su "On Irregularities in the Amplitude of Oscillation of Pendulums", publicado en 1882 en The American Journal of Science (W 4, 389-390), que aparece al año siguiente en la revista de Barcelona Crónica Científica con el título "Irregularidades en las oscilaciones del péndulo" [B.1]

De Ibáñez de Ibero escribe Peirce a su madre el 2 de noviembre de 1877: "Tiene mucho mérito como geodesta, pero es más un hombre de mundo que un hombre de ciencia. Sus maneras son muy dignas y perfectas, siempre sabe qué hacer y, todavía más, qué no hacer"10. Cuando en 1878 Peirce publica sus Photometric Researches, el General Ibáñez, ya en Madrid, es una de las personas relevantes en Europa a las que ruega se envíe desde el Observatorio de Harvard un ejemplar de su libro11.

En 1881 en el Discurso de don Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero en la recepción pública de don Joaquín Barraquer y Rovira en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Madrid, Imprenta Aguado, 1881, 68), afirma con solemnidad el General Ibáñez de Ibero:

Loor a los ilustres geodestas del Nuevo Mundo, desde el insigne Hassler, nacido en las montañas de la Helvecia, hasta nuestros contemporáneos los Patterson, Hilgard, Gould, Peirce y otros, por la imperecedera obra que han levantado allende los mares.

Impresiona la alta valoración que el General Ibáñez tiene de los astrónomos norteamericanos y, en particular, de Charles S. Peirce. Lamentablemente no ha sido posible localizar hasta ahora el archivo de la correspondencia del general Ibáñez de Ibero, en la que podría haber alguna correspondencia entre ambos.


Notas

1. Carta de C. S. Peirce a J. H. Kehler, 22 junio 1911, L 231; "Probability and Induction", NE III, 209.

2. "Significs and Logics", 3-18 noviembre, 1909, L 641; NE III, 1135.

3. Cf. C. Eisele, "A Nineteenh Century Man of Science", en R. Martin, ed, Studies in the Scientific and Mathematical Philosophy of Charles S. Peirce. Essays by Carolyn Eisele, La Haya: Mouton, 1979, 124.

4. "Report to C. P. Patterson", 23 de septiembre 1875, National Archives, Correspondence of the Superintendent, U. S. Coast Survey, HP 2, 597.

5. C. S. Peirce, "How to Make Our Ideas Clear", Popular Science Monthly 12 (January 1878), 286-302; CP 5.388-410, W 3.257-276,  EP 1.124-141; trad. cast. HS, 200-223.

6. Cf. V. Lenzen, "Charles S. Peirce and Die Europäische Gradmessung", Proceedings of the Tenth International Congress of the History of Science, París: Hermann, 1964, II, 782. Ver también W 3, xxvi.

7. "As for the views which I wished to enforce, they had a complete triumph, and the extreme importance of the matter was acknowledged by everybody, so that I was quite the hero of the moment.", Carta de C. S. Peirce a su madre Sarah Mills Peirce, Le Havre, 2 noviembre 1877, L 341.

8. "Mais, je vous en príe, Monsieur le Général, faites moi savoir si je ne pourrais pas avoir le plaisir de vous revoir avant votre départ. Si non, agréer d'accepter mes salutations le plus empressées et mes souhaits por un bon voyage."

9. Cf. C. Eisele, "A Nineteenh Century Man of Science", 125.

10. Carta de Charles S. Peirce a su madre Sarah Mills Peirce, Le Havre, 2 noviembre 1877, L 341.

11. Carta de Charles S. Peirce a Edward C. Pickering, 15 mayo 1878. Observatory Letters Received, Harvard University Archives.


Autor de la página: Jaime Nubiola (2013)

Proyecto de investigación "Charles S. Peirce en Europa (1875-76): comunidad científica y correspondencia" (MCI: FFI2011-24340)

Fecha del documento: 20 de marzo 2013
Última actualización: 13 de abril 2022
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