V. Palaces

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

V. Palaces

1. Introduction
2. Central Italian Palaces
3. North Italian palaces
4. Great Italian façades
5. The Art of Design Plans
6. Versailles and its orbit
7. Royal Residences in Europe
 

En los primeros manuales escolares de historia de la arquitectura, poco antes de 1900, los capítulos importantes, la pieza de honor se dedicaba a las grandes iglesias. Al comenzar el siglo XXI, el panorama que se nos ofrece es considerablemente mayor : ha pasado un siglo, se han disuelto los prejuicios que denunciaban como decadentes a los edificios barrocos; y ha surgido un natural interés por la arquitectura monumental del siglo XIX, en la que se incluyen los grandes edificios públicos de las ciudades europeas, en un número que sobrepasa al de todos los edificios de siglos anteriores juntos. Hay una historia que contar, nutrida de excelentes ejemplos, sobre los grandes edificios de todas las ciudades de Europa.

 

1. Introduction

 
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Una gran residencia no es sobre todo una residencia grande, y menos todavía cómoda. Es un edificio noble y representativo; que se atiene a una etiqueta, unas reglas de presentación y representación, que determina la distribución, y en parte la decoración. Pero sobre todo, un palacio está determinado por el carácter que debe presentar al exterior, su "cara", mucho más que por las necesidades de la distribución. En un palacio con un mínimo de representatividad, lo más importante es la fachada externa.

En el siglo XVI, en la tradición arquitectónica europea no hay formas particulares para los distintos usos : quedan bajo el denominador común de Palacio; y en el fondo no cambia en los siglos siguientes; tan palacio es the Parliament Houses of London, también conocido por Westminster Palace, como el palacio real de London (uno de ellos) : the Buckingham Palace.

Los palazzi renacentistas italianos constituye el precedente más importante : en ellos se aprendió a dar forma unitaria a una gran residencia.

En algunas ciudades italianas, por diversas circunstancias, se desarrollaron maneras peculiares de componer fachadas y patios. En especial, los palacios fueron promovidos por banqueros; los banqueros de Florencia, del siglo XV, los banqueros genoveses y milaneses de mediados del XVI, y los grandes comerciantes venecianos.

El grupo de palacios romanos desde el siglo XV hasta el siglo XVIII fue promovido en primer lugar para alojar los organismos de gobierno de la Iglesia Católica; y luego por las numerosas familias de papas y cardenales; muchos de ellos pertenecían a la gran nobleza romana.

Tienen un carácter menos festivo, menos vistoso, y constituyen un conjunto más uniforme que los demás; pero también decididamente más solemne e imponente. En ellos trabajaron los mejores diseñadores de Europa.

 

2. Central Italian Palaces

2. 1. The old residences
2. 2. Firenze palaces
2. 3. Palazzo Farnese
2. 4. The Roman palace
 
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Como en otros capítulos, también en el diseño de palacios hay que destacar la figura de Andrea Palladio (1508-1580). Por su elegancia, por su originalidad, y porque fue capaz de transmitir al menos en parte su manera de componer, y tuvo en Europa una influencia enorme.

En menor medida, también Michele Sanmicheli (c. 1485-1559) logró unos diseños bellísimos; su influencia se hizo patente en la segunda mitad del siglo XIX.

 

3. North Italian palaces

3. 1. Andrea Palladio's palaces
3. 2. Michele Sanmicheli's palaces
3. 3. Palaces of Venice
3. 4. Palaces of Genova
 
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Los palacios están compuestos de muchos elementos que han experimentado una evolución que puede estudiarse con relativa independiencia.

No todos poseen el mismo interés. Con todo los palacios son edificios quen han crecido en dimensiones hasta hacerse muy grandes. En ellos se ha aprendido a componer escalas fuera de lo común: especialmente la composición general (plan de masas) y las fachadas. Además, algunos elementos han sido especialmente estudiados: los vestíbulos y escaleras y los salones de recepción.

En los palacios los arquitectos europeos aprendieron los instrumentos para crear edificios públicos, que poblarían las ciudades europeas en el siglo XIX.

Los palacios reales son edificios raros, aunque incomparablemente representativos; piden desplegar cuanto se ha aprendido en arquitectura monumental y diseño noble.

Diseñar palacios aventaja en algo a la arquitectura sagrada. Por muy grandes que sean los salones de recepción ninguno alcanza las dimensiones de las naves de los templos (un salón de 30 metros de altura sería monstruoso). Los diseñadores no se ven forzados a aventurarse con estructuras atrevidas; y en las dimensiones ordinarias quedan liberados de los requerimientos de seguridad.

Sin embargo, el programa de un palacio real es más complejo que el de una iglesia. El palacio forma parte de la etiqueta, es decir del ceremonial de presentación del monarca ante sus súbditos; y también de los súbditos ante el monarca, y de los extranjeros, y de la bienvenida oficial a los huéspedes notables. Las reglas de la etiqueta elaboran el palacio, constituyen el programa.

Pero antes que eso, los sucesivos diseños de palacios han contribuido al desarrollo de las reglas de etiqueta, al distinguirse el destino de las habitaciones, establecer el orden en que se suceden, y dotarles de la categoría que les corresponde. Los diseños de palacios que se han sucedido en la historia europea han enseñado a los cortesanos y a los diseñadores cómo dar el máximo esplendor a las cermonias.

Esto vale para los alzados exteriores, y lo mismo para los interiores, vestíbulos, escaleras y patios, salones y habitaciones regias; una escala de dignificación que abarca desde la imponente fachada a la plaza de armas hasta la cubertería de gala (o incluso de diario, si es regia).

 

4. Great Italian façades

4. 1. Libreria de San Marco. Venice
4. 2. Il Capitolio. Rome
4. 3. Basilica di Vicenza
4. 4. Palace Chiericati. Vicenza
4. 5. Fontana di Trevi. Rome
 
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Los autores franceses desde la segunda mitad del XVII insistieron en que la distribución era un arte netamente francés. Lo cierto es que en Francia, antes que en otros países, se creó una nobleza de "toga", funcionarios adinerados, banqueros, y grandes negociantes, que necesitaban viviendas representativas, para vivir en sociedad, recibir y ser considerados. Además, se publicaron miles de láminas de edificios realmente construidos, con sus plantas y secciones. Por esa razón, las viviedas de la nobleza y alta burguesía francesa se ofrecieron como modelo a todas las viviendas europeas desde mediados del siglo XVII.

 

5. The Art of Design Plans

5. 1. The old Habitation
5. 2. Schloss Johannisburg. Aschaffenbur
5. 3. Paris, 17th century
5. 4. Paris, 18th century
 
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En esa historia ocupan el lugar más importante los palacios de los reyes de Francia. Francia ha sido una de las primeras naciones modernas europeas, regida por un fuerte poder central, que se extendía sobre un número de habitantes cuatro o cinco veces superior a cualquier otra nación.

Por tanto, los reyes de Francia han contado con más medios (más impuestos recabados) que cualquier otro monarca europeo. Pero además, entre algunos monarcas franceses (Carlos VIII, François II, Henri II, Louis XIV) se ha dado un verdadero "fureur de batir", una obsesión por construir. Lo que significa una brillantísima serie de edificaciones, cada vez más ambiciosas.

Esta serie de construcciones ampliada y consolidada por Louis XIV, costó la cabeza a Louis XVI, pero los gastos y la admiración que suscitaban aumentaron con la República, el emperador Napoleón y sus sucesores hasta casi el final del siglo XIX.

Los palacios franceses ejercieron desde mediados del siglo XVII una influencia incomparable; porque los cortesanos visitaban con frecuencia otras cortes; y la corte francesa era la mayor de Europa; porque los arquitectos franceses trabajaron para otros príncipes europeos, y porque muchos de esos logros arquitectónicos fueron publicados en láminas en cantidad y calidad incomparablemente mayor que las de cualquier otro género de arquitectura. Por tanto, estos palacios fueron muy conocidos, y constituyeron la envidia y el modelo para los demás palacios reales europeos.

 

6. Versailles and its orbit

6. 1. Palais du Louvre
6. 2. Palais des Tuileries
6. 3. Versailles. Projects of Louis Le Vau
6. 4. Versailles. Projects of Mansart and Gabriel
6. 5. Versailles. Les Appartements
6. 6. Versailles. The park and the Trianons
 
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En Europa los palacios reales crecieron llamativamente en escala desde el siglo XVI : partiendo del modesto y "práctico" (desde el punto de vista militar : pero nunca del todo) castillo medieval se llegó a edificios desmesurados, atendidos por ejércitos de servidores, y habitados por cohortes de parásitos. Estos despilfarros se sumaban a los gastos incomparablemente mayores -y cada vez más urgentes- de los ejércitos permanentes y fortificaciones en constante aumento y mejora. Y todo ello se mantenía gracias a unos impuestos crecientes y exigidos con mayor apremio y eficacia. No fue suficiente. Las diferentes dinastías se vieron repetidamente endeudadas por los gastos militares y fastos cortesanos; pero lo reclamaba el honor y grandeza del reino.

Las repúblicas puritanas de los Países Bajos y los cantones suizos se libraron parcialmente de este absurdo. Pero en el resto de Europa (y luego los reinos coloniales), desde el siglo XVI al XVIII, todas las dinastías renovaron y multiplicaron sus residencias cortesanas, suburbanas, veraniegas, invernales, campestres, marinas, montañeras y cinegéticas. Hoy, por suerte, estos disparates que motivaron tanta exacción y tanta angustia a quienes estaban excluidos de acercarse a ellos son agradables lugares de visita.

Aunque Napoleon no tomó demasiado interés por la arquitectura, su política europea incluía no solo nuevas dinastías, sino también nuevas sedes.

Si en un principio los grandes palacios urbanos fueron los patricios italianos y después los nobles y reyes franceses, más tarde quedaron como líderes indiscutibles la reina Victoria y sus herederos ingleses. El Imperio Británico en fechas tardías hubo de hacer un esfuerzo arquitectónico para ponerse a la altura de su excelasa misión.

La libido aedificandi, el fureur de Batir, la manía de hacer palacios reales, ha llegado hasta nuestros días, con la breve comparecencia de Hitler, gracias a las prolongadas, tenaces, derrochadoras, y de todos modos ineficaces campañas constructivas de las Democracias Populares comunistas.

 

7. Royal Residences in Europe

7. 1. Decker: Designing Royal Palaces
7. 2. Juvarra and the Palace of Madrid
7. 3. The Ideal Palace: Caserta
7. 4. "Residences de Souverains"
 
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