2. 5. The Classic (Car) Era

La expresión española, un poco anticuada, de poner a alguien "en berlina" significaba exponerle ridículamente ante el público. La berlina, un coche de cuatro ruedas, ampliamente acristalado, era un excelente modo de ostentación. En estos casos, la ostentación se produce por el mismo hecho de aparecer más alto y visible, por el dispendio que supone una carroza, un carruaje de gala, y por el diseño.

La falacia fisiognómica.

 

La verdadera expresividad se da solo en un contexto más firme. Y de todos modos no afecta al carácter ni a la moral; sino al porte.

El vehículo es un ejemplo único para la historia del diseño. Como la arquitectura, los vehículos están siempre en la calle, expuestos a la mirada de todos. Aventajan a los edificios en un punto importante : los vehículos se trasladan, van con uno mismo o, mejor, nos llevan.

Desde luego, lo mismo se aplica a los automóviles. Es cierto que deben atender más condicionantes. En su corta historia el diseño de automóviles arrastra inercias de la tradición que, ignorantes como yo, no calibramos hasta qué punto son exigencias técnicas. La anchura del coche se relaciona con la amplitud de las carreteras, más o menos homologadas en diversos países; son bastante constantes el diámetro y grosor de las cuatro ruedas. Hay que liberar unos volúmenes mínimos para contener el motor y las demás piezas.

En segundo lugar están los imperativos de la eficacia : estabilidad y velocidad : un buen coche debe ser muy seguro y muy rápido; mucho más que un coche ordinario.

En tercer lugar, está la comodidad : hay que atender capacidad, ergonomía y visibilidad. En los coches de lujo se espera una mayor comodidad que en los vehículos ordinarios.

En los primeros años del siglo XX no era seguro la forma que tendrían los automóviles.

Pero todo ello se da por descontado. Sucede que la "tecnología" es similar en los modelos de las distintas gamas : las marcas se cuidan de ofrecer prestaciones parecidas por precios parecidos.

Un dibujo ejecutado uno o dos años antes de 1906, para un concurso para el Chemical Bank de New York en la Fourth Avenue, que no se realizó.

Aparece un Coupe Brougham tirado por dos caballos, y dos raros automóviles. En pocos años se verían especialmente ridículos, al lado del elegante tiro de caballos.

El motor estorbaba algo la visibilidad del conductor: que no veía lo que estaba inmediatamente delante. Cosa que evidentemente hacían también los caballos, pero los caballos avisaban de los obstáculos, mientras que el motor era ciego.

Las maneras de dignificar

Atrapado por la arquitectura

No sé si es una broma.

 

Hay modelos únicos (al estilo de los antiguos Maharajas de la India), pero resultan tan llamativos, que su imagen es contraproducente. En general, se utilizan coches fabricados en (pequeña) serie. Y, a diferencia de la ropa, el nombre del diseñador no se conoce (salvo especialistas), sólo destaca -y es signo de importancia- la marca.

En un coche importa muchísimo una buena apariencia externa. Pero hay que entender la lección más importante de este apartado: el diseño es una cuestión de actitudes y de expresiones, más que de formas concretas. Y en las actitudes y expresiones, medidas en sus contextos, encontramos una razonable continuidad entre todas las épocas y entre todas las civilizaciones.

La forma clásica

The Classic Car and The GOlden Age

1925 y 1948. Se podría recortar hasta 1935

 

En 1953, un vulgar Chevrolet Special 1500 costaba 1670 $ (un tercio del salario anual medio); y "The lowest-priced car in the word", el Ford Popular, fabricado en Inglaterra, sólo 360 pounds. Nadie acudiría a una fiesta de gala en un Ford Popular.

La expresividad

El tipo: el coche de lujo.

El coche importante adquirió con el tiempo una forma clásica.

The form asimilated

 

Es una caricatura de coche de lujo: la limousine de Uncle Scrooge o Mcduck (Tío Gilito, Picsou, Zio Paperone, etc.), el tío millonario del Donald Duck. El personaje, aparecido en 1947, fue suavizando su primitiva racanería, y su coche mejoró hasta llegar a una curiosa simbiosis. Su exageradísima forma quedó fijada en Europa por una colección de miniaturas muy popular (en USA no tuvo el mismo efecto: no parecía tan caricaturesca). La caricatura fuerza los rasgos más expresivos, y se aprende mucho de ella. A mi parecer tiene tres ingredientes principales. Algo de los grandes coches de los 1930s (Bugatti Royale), de los deportivos del inicio del aerodinamismo (Mercedes 500K Roadster), y de la "glamourosa" cola del Cadillac Eldorado Biarritz de 1959.

Person-Non person

 

Está preparado para jugar o no jugar.

The Formality Gradient and the mood

the SOLEMN composure

En los automóviles de lujo cabe distinguir dos géneros principales : las berlinas de lujo y los deportivos de lujo.

No sé qué relación existe entre las tendencias en el diseño de automóviles representativos y de lujo, y la nueva compostura corporal, a la que he aludido. Un hombre de gobierno ideal de fines del XIX debería ser corpulento y de movimientos pausados; hoy debe ser deportista y juvenil; sin embargo su coche debe ser severo (más que los de mediados del XIX).

La berlina o coche representativo debe mantener su contención, lo que significa antes que nada un color oscuro, que generalmente oscila entre grises y negro. En cierto modo es una traslación de los vestidos de gala masculinos que han perdido la vistosidad de los uniformes con bordados, desde fines del XIX. Y quizá sea una muestra más de la presencia mayoritaria de varones en puestos de honor y mando; probablemente, una  mayor proporción de mujeres obligaría a ampliar la gama: en cualquier caso, se trataría de colores oscuros.

En todo caso, es una tendencia general del lujo representativo el evitar cualquier rasgo notorio con respecto a lo usual: por ello un gran coche debe mostrar una línea más bien conservadora: dentro de la oferta existente en cada momento hay que prescindir lo "original" y "atrevido": el extraordinario lujo debe guardar en este punto las convenciones más severas.

Sin embargo la importancia prescribe una escala superior: una envergadura mayor. Existe un tamaño por debajo del cual, un coche no es representativo. Lo diré con un proverbio español : "ande o no ande, caballo grande" (aunque no es suficiente).

Parece como si esa prolongación preparara el advenimiento del personaje importante. En una revista de armas a pie, marcharía en primera línea, pero en una procesión ocupa el último lugar. La disposición de un coche funciona en pequeño como la de un palacio, con una secuencia de recepción. Es importante un morro largo, independientemente de dónde se sitúe el motor. A nadie se le ocurriría diseñar un vehículo al modo de algunos triciclos antiguos, o con la forma de helicópteros, donde la figura principal va delante, adelantándose hacia la proa. En el coche oficial se debe distinguir netamente entre el puesto del chofer y de los ocupantes. El chofer precede, como la guardia de escolta.

No puedo olvidar el efecto que me causó el coche ceremonial (muy largo) que llevaba a la viuda del Presidente Kennedy al cementerio de Arlington, al salir lenta y prolongadamente de la White House.

Los coches de gama alta destacan muy especialmente por su largura. En el momento en que escribo, un coche representativo mide aproximadamente 5000 mm de largo, y mejor algo más (nunca menos de 4850); las anchuras varían un poco pero se sitúan en torno a los 1850 mm; las alturas son más regulares, entre 1460 y 1490 mm; algo mayores que la gama baja. Es llamativa la semejanza en las medidas que ofrecen las distintas marcas.

Nuestra percepción está cambiando, por el empuje de las limousines. Hasta hace poco las usaban las estrellas del espectáculo, o en bodas llamativas, y daban una nota hortera; en Europa parecían una caricatura, semejante a la de Mcduck. Se está imponiendo la moda de berlinas de lujo para ejecutivos.

Un coche oficial mide más de 5 metros con mucho morro, cuesta (en 2005) más de 120.000 euros; y aparte de su precio y de su tamaño no puede tener nada llamativo. El coche oficial europeo manifiesta el grave cuidado de la administración; la limousine adopta el aire serio, ceñudo y concentrado que exigen los negocios. Sólo a partir de aquí cabría ocuparse de la forma, de los detalles del diseño.

the youthful look

El automóvil entendemos también otro lenguaje más moderno : el coche deportivo, que es el sueño de la edad juvenil. He mencionado en otro lugar al protagonista de la novela La hoguera de las vanidades (The Bonfire of the Vanities) de Tom Wolfe, que todavía se cree joven, y su Mercedes deportivo. Las edades juveniles de todas las edades históricas (no, las prehistóricas) han rabiado por tener un coche.

Cara de velocidad, libertad.

Encontramos la misma actitud en la antigüedad clásica : el arruinado Estrepíades de la comedia Las nubes de Aristófanes, protesta acaloradamente de que su hijo de cabellos largos (otra manía juvenil), solo se dedica a conducir su carro; y cuatrocientos años después, el prudente Cicerón se niega tajantemente a que su hijo Marco compre un coche mientras estudia en Atenas. El ideal sería algo parecido a la Biga (del comienzo de nuestra era), que se conserva en los Musei Vaticani. Es un coche riquísimo, inalcanzable para un ciudadano de a pie. Esta escultura, está muy reconstruida (ruedas, timón y caballos), pero en ella todo expresa brío, velocidad, libertad, riesgo; y además supone trasgresión de las normas, y desprecio del vulgar peatón, o conductor menos dotado, lo que resulta un atractivo añadido.

Porque, quiero insistir con estos ejemplos : lo que verdaderamente importa es que parezca brioso y libre (y además debe ser así). Por supuesto, no encontramos nada de eso en el Automobile Maximum de Le Corbusier de 1928. Ciertamente, destacaba entre sus contemporáneos, pero está tan pegado al suelo que sugiere más una cucaracha que un bólido. En cambio, el Adler Standard 8 diseñado por Walter Gropius ese mismo año, y fabricado desde 1931, posee el adecuado aspecto de un coche de un deportivo (de lujo : morro largo) con líneas fugaces.

De la misma manera que la expresión de un automóvil de representación puede ceder a la tentación de la largura, la expresión briosa y juvenil ha cedido a lo que se llamó en los años 1960 el Styling, la exageración de los rasgos aerodinámicos, que sugerían velocidad.

Expression intentional and inintentional

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NOTAS

Baig, Murad Ali, Rolls-Royce and the Indian Princes, 2002.

Bonsall, Thomas E., Eldorado. A Classic Source Book, 1984.

Buehrig, Gordon M.; Jackson, William S., Rolling Sculpture: A Designer and His Work, Haessner Publishing, Inc., Newfoundland, NJ, 1975.

Belk, Russell W., "Material Values in the Comics: A Content Analysis of Comic Books Featuring Themes of Wealth", The Journal of Consumer Research, Vol. 14, No. 1, Jun., 1987, pp. 26-42.

Lo produjo Politoys con el nº 559. Fue copiado en Singapur por Mandarin. En 2002, Disney Italia ha producido un modelo mucho más moderado.

Margolius, Ivan, Automobiles by Architects,

Aristófanes, Las nubes,

Cicerón, Ad Atticum, XII, 32, 3.

Faulkner, William, Sartoris, Barcelona : Seix Barral, 1993, 141.

 

Maquetas.

para evitar problemas de copyright, en los automóviles he empleado maquetas de precisón y escala suficientes.

Cadillac Eldorado, 1953, E 1:16, Danbury Mint

Rolls Royce Sylver Ghost, 1907, E 1:43, Franklin Mint

Duesenberg, Torpedo 1933, E 1:24, Franklin Mint

Ford Deuce Coupe, 1932, E 1:24, Franklin Mint

Auto di Paperon di Paperoni, Politoys, nº 559, 1969.

Bugatti Royale, 1930, E 1: 18 (en realidad 1:20) Solido

Mercedes 500K, 1936, E 1:18, Maisto

Mercedes 700 Pulmann, 1938, E 1:18, Signature Models

Duesenberg J, 1934, E 1:18, Signature Models

Lincoln 1932, E 1:18, Motor City Classics

Cadillac Eldorado Biarritz, 1959, E 1:24, Franklin Mint

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

I. Sense of Order

2. Fairy Tales

2. 1. Meditations of a Hobby Horse
2. 2. Cinderella, the Puss, the Belle
2. 3. The Pharaoh and the President
2. 4. The Solid Gold Cadillac
2. 5. The Classic (Car) Era
  1. MB CLK 200 CABRIO
  2. biga

 

 
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