3. 2. Drawing and enjoy

La mejor manera de comprender la arquitectura que nos ha precedido es reinventarla un poco: volverla a construir, reconstruirla de algún modo. Es un viejo argumento de la filosofía del arte, pero no te aburriré con este asunto. Baste decir que el modo más fácil de comprender, de reconstruir, el más cómodo y barato, y el más eficaz, es dibujarla: dibujar esa arquitectura con rapidez en sus líneas generales, y dibujarla con rapidez en los elementos o fórmulas que la integran.

DIBUJAR ES DISFRUTAR

Has de disfrutar cuando dibujes; por eso, has de dibujar como te guste. Si te gusta, y dibujas, acabará dibujando bien. Cuanto más dibujes, lo necesitarás más.

Al proyectar, percibirás la urgencia de adentrarte en una forma vaga y sugerente. Las ideas de los proyectos se devanan como los hilos de los copos de lana. Primero son gruesas; luego, se afilan. Si confías tus primeras ideas a un ordenador nacerán disecadas.

El historiador Ernst H. Gombrich ha mostrado que el misterio de la belleza comienza en las sugerencias que ofrece lo impreciso. El dibujo a sentimiento es la herramienta perfecta para lograr belleza arquitectónica.

CUALQUIERA PUEDE DIBUJAR SUFICIENTEMENTE

Dibujar es una necesidad de oficio. Y se aprende a dibujar como cualquier otra rutina: como se aprende a caminar, como se aprende a hablar, como se aprende a conducir, como se aprende a viajar en Internet.

Caminar o hablar son actividades muy complicadas, hay que practicarlas desde la primera infancia; casi todas las personas aprenden. Conducir un automóvil precisa más edad, pero las autoescuelas aseguran que se consigue aprender casi siempre.

El dibujo requiere un poco de madurez (no demasiada); y cuando se le dedica tiempo, se aprende suficientemente. No todos los que aprenden a conducir necesitan participar en las carreras Paris-Dakar, ni todos los que dibujan necesitan vivir como “artistas” gráficos.

DIBUJAR NO ES UN PROBLEMA DE HABILIDAD

Dibujar no se parece nada a enhebrar una aguja o tallar un marfil: lograr líneas muy finas o muy rectas. Se dibuja con la intención, no con el rotulador. El dibujo es intencional: decides tú qué dibujar. No sólo qué objeto dibujar, sino sobre todo qué decir de él. Los principiantes suelen quejarse de que no tienen “mano”: y no tienen cabeza. Les falta la imaginación y la experiencia para decidir qué dibujar de un edificio.

Como puedes comprobar con este dibujo de otro antiguo alumno, un buen dibujo admite un trazo tembloroso: lo que no admite es una mente vacilante. Cuando se sabe qué dibujar, no es difícil hallar el cómo. El primer esbozo se hace sólo con la cabeza; luego se hace con los ojos, “a ojo”. Finalmente, se necesitan las manos y un lápiz.

APRENDER DE OTROS

Aprender a dibujar no tiene que ver con la autosuperación y autoestima. No es una tarea ingrata. Basta que pierdas el miedo. Nadie dirá que le “han enseñado” a hablar, o a leer. Aprendemos por muestra cuenta. Y aprendemos de los demás, que nos estimulan: nos orientan y nos animan. También a dibujar.

He añadido dibujos de tus compañeros; no tienen por qué ser buenos, ni tampoco los mejores. Pero te ayudarán.

Pero debes aprender sobre todo de los grandes dibujantes. Todos los grandes arquitectos fueron dibujantes muy solventes. Tú, que intentas dibujar, apreciarás mejor que nadie sus dibujos.

Tu modo de dibujar lo descubrirás poco a poco. De momento, necesitas un dibujo acomodado al estudio de arquitectura histórica: a mano, de primera intención; sin borradores; ejecutado con rapidez y soltura.

Es importante no obsesionarse con hacer un buen dibujo (un dibujo artístico); el dibujo es bueno si aprendes con él; si percibes las fórmulas de que se compone la arquitectura histórica, y el modo cómo se emplean.

DIBUJAR NO ES FOTOGRAFIAR SINO RESUMIR

Dibujar no significa "reproducir" el objeto, realizar manualmente algo como una fotografía en blanco y negro. Un dibujo resulta más expresivo que una fotografía.

Para nuestra percepción, una línea o unas manchas producen la impresión de los rasgos esenciales: no es necesario "verlo" todo. Hay que sacar partido de esta ventaja de nuestra percepción: tampoco es necesario dibujarlo todo. Unos trazos acertados dan al conjunto una viveza que ninguna exactitud iguala.

Un dibujo no recoge "todo", sino lo indispensable para definir un carácter. Por eso, los mejores dibujos tienen algo de caricaturas; captan los rasgos esenciales; y ellos dan la impresión del conjunto.

Aquí también "menos es más" (no es una frase de Mies). Cada dibujo necesita un grado de precisión; por encima de eso, cuanto más se precise será peor. cuanto más rasgos se añaden, el dibujo perderá viveza, se "parecerá" menos al motivo.

PECULIARIDADES DE LOS EDIFICIOS HISTÓRICOS

Hasta la segunda guerra mundial la arquitectura occidental se diseñaba en varios niveles; con numerosas fórmulas, modos prefijados de resolver los diseños; modos que operaban en distintas escalas. Por eso, un edificio de arquitectura histórica de mediana entidad posee una asombrosa riqueza formal.

La tradición aportaba soluciones para todo, para una iglesia, para una cúpula, para una columna, para una hoja, para una moldura; al diseñador correspondía seleccionarlas, y ajustarlas o matizarlas.

Es fácil reconocer tres niveles, con sus fórmulas propias (más o menos). La configuración general del edificio, con sus modelos (una torre, una cúpula); el tratamiento de las superficies, especialmente fachadas interiores y exteriores, con sus propios esquemas (columnatas, ventanaje, cornisas); y la acentuación ornamental con sus motivos prefijados (remates, escudos, marcos).

APRENDER A ABOCETAR ARQUITECTURA HISTÓRICA

Los edificios en general, y los históricos en particular, son un tema de dibujo distinto y más sencillo que el dibujo de figura o paisaje. El dibujo de edificios y detalles tiene que ver con geometrías elementales que basta saber poner en perspectiva. Pero es necesario sugerir aquello que da el carácter del edificio, que puede ser la composición de masas, la articulación de superficies, y los puntos de concentración ornamental o texturas extensas.

Hay que dibujarlas con lo mínimo. Unas veces más, y otras menos. Lo suficiente para "registrar" las fórmulas distintivas y significativas. Pero no se puede dibujar esas fórmulas sin conocerlas, sin reconocerlas en el edificio. No se dibuja algo que no se sabe cómo es. De este modo, se aprende a advertirlas y valorarlas.

J. Lorda: arquitectura con columnas

J. Lorda: palacio real con una cúpula mayor dibujo con sombra mínima dibujo con sombra mínima

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

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3. Learning through drawing

3. 1. The sketchbook
3. 2. Drawing and enjoy
3. 3. How to draw buildings
3. 4. Students' drawings
3. 5. Francisco Iñiguez's drawings
 
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