Carta de Charles S. Peirce a Carlile P. Patterson
(París, 08.12.1875)



Esta carta fue escrita por C. S. Peirce al superintendente Carlile P. Patterson el 8 de diciembre de 1875, respondiendo a sus cartas del 20 y 24 de noviembre, y al telegrama del día anterior.

El original se conserva en The National Archives, Record Group 23, Assistants P #1 (1866-75). La reproducción digital de la carta ha sido hecha a partir de la fotocopia disponible en el Peirce Edition Project. Para la transcripción se ha tenido en cuenta la que preparó Max Fisch, accesible en Indianapolis.
Letter transcription

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París, Avenue Matignon 11
8 de diciembre, 1875

Sr. C. P. Patterson
Superintendente U.S. Coast Survey
etc. etc.
Washington D. C. América

Estimado señor,

He recibido ahora sus cartas del 20 y 24 de noviembre1, así como su telegrama del día 7. Todo eso me tranquiliza mucho, y le estoy inmensamente agradecido.

Siempre rechazaba, cuando se me ocurría, la idea de que mi dirección no estaba en su oficina, pues estoy seguro de que la dejé cuando me marché: a la atención de McCulloch & Co, 41 Lombard Street, Londres, y esa sigue siendo mi dirección hasta nuevo aviso. He recibido todas sus cartas dirigidas a 184 Boulevard Haussmann, y su telegrama con la misma dirección, pero ninguna carta dirigida al Poste Restante, ya que nunca pregunté allí. El hecho es que he recibido de vez en cuando cartas oficiales de Mr. Hilgard y una de Mr. Hawkins2 y, por tanto, pensaba que tenía la demostración de que sabían mi dirección. Es una muestra de cómo un hombre puede inquietarse sobre algo durante meses sin descubrir la fuente de la dificultad.

Lamento decir que mis asuntos no han ido bien. Tal como le escribí, encargué a Turretini, director de la Société Genèvoise, que me hiciera un aparato de vacío y un soporte para el péndulo.

 

Tal y como él quería le dejé el péndulo para ahorrarle la molestia de tener que trabajar a partir de dibujos. Finalmente, como el aparato de vacío no llegaba, mandé a buscar el péndulo3 para comenzar a hacer experimentos con el soporte viejo, pero cuando llegó me encontré con que había sido colocado en la caja con el extremo pesado donde debería estar el extremo ligero, y que, como consecuencia de que los soportes no estuvieran bien, el péndulo se había torcido. Había pedido también a Turretini que grabara en el mismo péndulo ciertas escalas horizontales para medir el arco de vibración. En lugar de hacer eso, había sujetado con tornillos escalas verticales. Los agujeros de los tornillos, por supuesto, destruyen cualquier comparación entre Ginebra y cualquier otro lugar respecto a la manera de considerar el péndulo como invariable. Encontré también que, al sacar las cuchillas para fijar esas escalas —al ser desmontable la cuchilla en este instrumento— (o de otro modo), había girado los bordes de ambas. Puse el péndulo en un torno que encontré donde Breguet para asegurarme de que estaba torcido, y encontré que de hecho lo estaba por un milímetro. Se lo llevé entonces a Brunner4 y con alguna reticencia consintió en intentar restaurarlo. Llevará un mes.

He escrito una carta muy dura a Turretini, pero no me he decidido a enviarla, ya que no servirá para resolver mis dificultades y solo puede tener el efecto de que deje el otro trabajo, lo que conduciría a mayores retrasos.

He ocupado ese mes con mi libro, y con cálculos.

 

 

Los resultados de los ocho días en los que dependí fundamentalmente de Ginebra están casi listos, y en breve podré enviárselos. Espero que el informe completo sobre Ginebra esté listo antes de que Brunner me devuelva el péndulo.

En la carta que usted dirige a Berlín solicita un informe oficial de mi trabajo del año pasado. Ya que es tan tarde, supongo que un poco más de retraso no tendrá importancia.

Respecto a solicitar dinero, no creo que sea ahora necesario, ya que supongo que su carta a Berlín, cuya copia firmada tengo, me proporcionará todo el crédito que necesito.

Le estoy inmensamente agradecido por los mil dólares que ha añadido y estoy seguro de que valdrán la pena, pues siento que mi estancia en Europa está haciendo de mí un oficial más valioso. Entiendo los péndulos mucho mejor de lo que lo hacía, y sé también cuánto saben otros sobre ellos, lo que me da confianza. Tengo un plan para renovar Nueva Inglaterra rápidamente, que le contaré en otra carta.

Estoy muy animado por sus cartas5, y pronto le escribiré de nuevo.

Muy sincera y respetuosamente suyo,

C. S. Peirce

Asistente



 


Notas

1. No hemos localizado todavía estas dos cartas. Es posible que en los archivos del Coast Survey que se conservan en los National Archives, Record Group 23, se guarden copias originales de estas cartas cursadas por el superintendente Patterson.

2. R. L. Hawkins figura como administrativo empleado en el U. S. Coast Survey en los años setenta en el informe económico de Samuel Hein que presenta el superintendente Benjamin Peirce al Departamento del Tesoro en 1872 y precedentes.

3. Probablemente encargó a su ayudante H. Farquhar que fuera a recogerlo a Ginebra.

4. Se trata de otro conocido fabricante parisino de instrumentos de precisión.

5. Llama poderosamente la atención el cambio de estado de ánimo de Charles S. Peirce al haber aclarado su situación económica que durante meses tanto le pesaba.

 


Traducción de Sara Barrena (2013)
Una de las ventajas de los textos en formato electrónico respecto de los textos impresos es que pueden corregirse con gran facilidad mediante la colaboración activa de los lectores que adviertan erratas, errores o simplemente mejores traducciones. En este sentido agradeceríamos que se enviaran todas las sugerencias y correcciones a sbarrena@unav.es
Proyecto de investigación "Charles S. Peirce en Europa (1875-76): comunidad científica y correspondencia" (MCI: FFI2011-24340)

Fecha del documento: 18 de noviembre 2013
Última actualización: 27 de abril 2022
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