Charles S. Peirce en Granada
(7-9 de noviembre 1870)

 

 

Los datos disponibles de Charles S. Peirce por España son todavía muy fragmentarios. Consta que el lunes 7 de noviembre de 1870 visita La Alhambra pues figura su firma ese día en el libro de visitantes.

Charles S. Peirce había llegado a Málaga en vapor desde Marsella el 5 de noviembre. Allí se entrevistó con el cónsul norteamericano, Thomas R. Geary, y escribió a su padre proponiendo Marbella como un lugar adecuado para la observación del eclipse que iba a tener lugar sobre el Mediterráneo el 22 de diciembre de 1870. Al final de su carta le anuncia que "va a ir rápidamente a Granada, Sevilla y Cádiz" de acuerdo con el plan previsto.

Probablemente Charles S. Peirce hace el viaje de Málaga a Granada en diligencia hasta Loja y desde allí en ferrocarril hasta Granada. Según las guías de la época, el traslado en diligencia llevaba diez horas y en tren otras dos más (el tren costaba 110 reales) [W. Pembroke Fetridge, Harper's Hand-Book for Travellers in Europe and the East, Nueva York, Harper & Brothers, 1869, p. 666]. Muy probablemente el viaje en diligencia se hacía de noche, tal como lo describe Henry Blackburn en Travelling in Spain in the Present Day, (1866, pp. 187-190). Puede verse el horario de trenes en Guía oficial de los caminos de hierro de España y Portugal (p. 43).


[Fuente: Album de visitantes ilustres,
Archivo del Patronato de la Alhambra y el Generalife.
Libro de firmas de la Alhambra 9.V.1829-20.V.1872, 287]

 

 

Sabemos que en Granada Charles S. Peirce se aloja en la fonda Siete Suelos, adosada a La Alhambra. Conocemos esto porque, cuando  el 29 de noviembre escribe a Joseph Winlock, que va a dirigir al equipo de observadores que se situará en España, Peirce le recomienda que no deje de visitar Granada, pero que se aloje en otro hotel, concretamente en el Washington Irving, que se encontraba justo enfrente (Cfr. "El Hotel Siete Suelos", Granada Ayer). Puede leerse la simpática descripción de este alojamiento publicada en La Época (Madrid), 1 de abril de 1867, p. 3.

 

 

Copiamos las líneas dedicadas a Granada en la carta que Charles escribe a Joseph Winlock desde Florencia el 29 de noviembre, esto es, unos veinte días después de haber dejado Granada1:

"No deje de ir a ver la Alhambra. Alójese allí en el Washington Irving y no en el Siete Suelos donde me pasaron moneda falsa a sabiendas, esto es, me estafaron. No es necesario guía [para visitar la Alhambra], pero si emplea uno, elija a un hombre mayor que hay allí y habla muy buen inglés. He olvidado su nombre, Ben… algo".

 

Este "Ben...algo" es muy probablemente el famoso guía Enmanuel Bensaken, de origen gibraltareño, mencionado elogiosamente en el Harper's Handbook for Travellers in Europe and the East de W. Pembroke Fetridge, vol. 8, 613, Harper, New York, 1869, y en muchos otros como W. G. Clark, Gazpacho or Summer months in Spain (1850) y H. Blackburn, Travelling in Spain (1869), 205. Fue el guía en la Alhambra de Mathilda Betham-Edwards (Through Spain to the Sahara, 1868), de Walter Thornbury (Life in Spain,1859) y de muchos otros viajeros románticos artistas y escritores. Para tener una visión de estos guías puede consultarse Luis Méndez Rodríguez, "Patrimonio y turismo. Del cicerone a la profesión de guía turístico (1830-1929)", Laboratorio de Arte 22 (2010), 371-386 y en su libro La imagen de Andalucía en el arte del siglo XIX, Centro de Estudios Andaluces, Sevilla, 2008, 129-136. En este último libro se indica que "según estudió José Castillo Ruiz ["La valoración paisajística de la Alhambra en los libros de viajes y su reconocimiento tutelar en la declaración de ésta como Monumento Nacional en 1870 C.A.29-30 (1993-94), 273-284] en torno a 1870 acuden a Granada dos o tres mil viajeros [al año] para visitar la Alhambra, produciendo una renta superior a los 'cien mil duros'",

Sabemos que el 7 de noviembre C. S. Peirce visita el palacio de La Alhambra, probablemente acompañado de ese guía ya mayor que hablaba muy buen inglés. Es el único visitante ilustre registrado ese día. Se conservan abundantes fotografías de La Alhambra de la época. Reproducimos en este página una selección que permite hacerse cargo de la cautivadora belleza del lugar.

 


Juan Laurent, Salón de Justicia de la Alhambra de Granada,
visitado por unos árabes, c. 1872
[Fuente: Museo del Prado]

Juan Laurent, Fuente del Patio de los leones,
La Alhambra, Granada
[Fuente: Biblioteca Digital Hispánica]


Veinte años después de su primer viaje por Europa, que incluyó esta visita a la Alhambra, Charles S. Peirce escribió un relato de ficción, "Esbozos topográficos de Tesalia con adornos de ficción" (MS 1561, 1892), que utilizaba en lecturas públicas para amenizar veladas en lugares distinguidos de la sociedad de su época. Ese relato tiene varios finales y en uno de ellos cuenta cómo el protagonista, Karolos Kalerges, se traslada a Praga. Allí intenta adquirir una casa dentro de la ciudad pero no tiene éxito. Prosigue así el relato (W 8:335):

Al final oyó que, fuera de las murallas, en la ladera de la colina sobre Smíchov [un barrio de Praga] con vistas a toda la ciudad y al valle del Moldava, había una casa aislada. Resultó un asunto extraño. Su propietario se había arruinado al imitar con precisión algunas de las cámaras de la Alhambra, cuidando, sin embargo, de no poner colores demasiado vivos y llamativos. Como la situación dominante sobre el valle era casi la misma que la del palacio moro, y la vista desde las ventanas, que constituye un elemento intrínseco de la decoración, tenía alguna analogía con el original —sin la sierra plateada, ha de confesarse, pero con un primer plano más hermoso—, el efecto era casi el que debía ser y tan diferente a las reproducciones en el Crystal Palace2 que había visto desde entonces como lo es un bote a una máquina de remar en un gimnasio.

Además de este recuerdo, en 1898 —casi treinta años después— comparará las hipótesis matemáticas con los dibujos de la decoración de la Alhambra: las hipótesis son inferiores, pero le recuerdan aquellas decoraciones porque son "igualmente bellas, aunque sin alma" (Reasoning and the Logic of Things. The Cambridge Conferences Lectures of 1898. K. L. Ketner (ed.). Cambridge, MA: Harvard University Press, 1992, 284, n. 6)3. En este mismo sentido, merece la pena transcribir uno de los manuscritos de Peirce en el que esboza unas observaciones sobre la historia de las ideas a propósito del nacimiento de la arquitectura gótica. Escribe:

La ruptura más extraordinaria en las ideas de la gente que revela la historia moderna, —exceptuando quizá la Revolución Francesa— ocurre alrededor del año 1200. En primer lugar, apareció repentinamente la arquitectura gótica. El rico y bello, pero no profundamente emotivo, románico fue repentinamente desplazado por el extremadamente puro, pero emotivo gótico. Es ridícula la idea de que [el gótico] vino de los mahometanos, que nunca ejecutaron una sola pieza de arquitectura con la más ligera elevación de sentimiento, que es lo más llamativamente ausente en la Alhambra, la mezquita de Córdoba y todas las mezquitas en general4.

 Sería preciso un estudio detenido de las ideas estéticas de Peirce para medir con precisión el alcance de ambos comentarios incidentales a propósito de la Alhambra. En el primero, compara su decoración con las hipótesis matemáticas y le parece que los arabescos de la Alhambra tienen un alma del que carecen las hipótesis de las matemáticas. En el segundo, por el contrario, compara la arquitectura islámica con la arquitectura gótica y sostiene que ni las mezquitas, y ni siquiera la Alhambra, tienen la capacidad emotiva, la capacidad de elevar el sentimiento, que tienen las catedrales góticas. Unas pocas líneas después añade: "La finalidad de una catedral gótica es la de encarnar aquel intenso anhelo por algo más alto, aquella aspiración, aquel sursum corda, que marca la caída del orgullo". Efectivamente, aquella aspiración no se encontraba probablemente en el corazón de quienes construyeron el maravilloso palacio de la Alhambra.




Juan Laurent, El tocador de la reina, Granada
[Fuente: Biblioteca Digital Hispánica]

Juan Laurent, La torre del Agua y el acueducto, Granada
[Fuente: Biblioteca Digital Hispánica]

 

En Granada le llama la atención a C. S. Peirce ver cómo "un eminente artista francés" adquiere un bellísimo manuscrito bajomedieval, de finales del siglo XIII o de la primera parte del XIV, con abundantes miniaturas a un precio irrisorio (125 dólares), mientras que estima que podría venderse en Londres por 700. Conocemos esta observación por la carta que el día 16 de noviembre escribe a su madre desde Chambéry, Saboya, al término de su correría española, en la que le va dando noticia de algunas cosas pintorescas de su viaje (L 687). La primera conjetura acerca de quién podría ser aquel artista nos llevó al pintor Henri Regnault, que se alojó también en el Hotel Siete Suelos. Sin embargo, la consulta de la biografía de Regnault y del diario de su amada Genoviève Bréton arrojó como resultado evidente que, cuando Peirce llegó a Granada, Regnault ya no se encontraba allí, sino que estaba enrolado en el ejercito francés y de hecho moriría en el asedio de París el 19 de enero de 18715.

Centramos la atención entonces en Mariano Fortuny, pintor amigo de Regnault, y a quien precisamente este le había recomendado instalarse en Granada. Efectivamente, desde julio de 1870 hasta noviembre de 1871 vivió Fortuny con su familia en la Fonda Siete Suelos, que se encontraba prácticamente dentro del recinto de la Alhambra. Además Fortuny tenía gran afición al coleccionismo de piezas artísticas, incluidos los manuscritos miniados. En su correspondencia de esos días consta su entusiasmo por una adquisición que puede ser precisamente la que Peirce vio: "Compré un libro del 1400 con muy buenas miniaturas y perfectamente conservado", escribe a su cuñado Raimundo de Madrazo6. La dificultad de que Peirce mencione a un eminente pintor "francés" puede ser soslayada, pues es probable que Peirce oyera a Fortuny hablar en francés —había estado viviendo en París durante algún tiempo— o quizás en catalán, pues era natural de Reus. Lo que sí sabemos es que en este primer viaje a Europa Peirce todavía no sabía francés. Los cuadros de Fortuny sobre la Alhambra y Granada pintados en ese año reflejan bien el ambiente pintoresco que encontraría Peirce en aquella ciudad. Concretamente en los días en que C. S. Peirce visitó Granada, Fortuny estaba pintando "La matanza de los Abencerrajes" que puede verse aquí debajo a la izquierda:

 


Mariano Fortuny, La matanza de los Abencerrajes, c. 1870
[Fuente: Museo Nacional de Arte de Cataluña]

Mariano Fortuny, Ayuntamiento viejo de Granada, 1873
[Fuente: Google Arts & Culture]

 

Como curiosidad, hemos localizado en el periódico de Barcelona La Convicción del 4 de enero de 1871 (pp. 74-75) la siguiente crónica tomada de El Progreso de Granada que guarda alguna relación con la observación del eclipse y con la fonda de los Siete Suelos:

 




Notas

1. "Florence (Italy) Dear Sir, Father has already communicated to you the principal points of my reconnaissances in Spain. The vice consul of the U. S. Mr. Geary should be notified a fortnight before you go there if possible. He will send a guide Jacob Lobo to find accommodations at Marbella. Mr. Adee the Secretary of Legation in Madrid expressed a wish to accompany you & I told him you would be very glad to have his assistance. I do not mean to go back to the observatory at all, because I wish to devote myself to Logic as much as I can. Don't fail to go to see the Alhambra & put up there at the Washington Irving not at the Siete Suelos where they passed false money on me knowingly & otherwise swindled me. No guide is necsssary but if you employ one, take an old man there who speaks very good English. I forget his name -- Ben … something".

I hear you have had the kindness to arrange a telescope for me in a very ingenious way. Thank you very much. I think you have an excellent chance for good weather & I wish you may have it with all my heart, as much as I should wish that De La Rue might have bad weather if I were a friend of him. Yvt Charles s. Peirce". Carta de Charles S. Peirce a Joseph Winlock, 29 noviembre 1870, Harvard University Archives (UAV 630.12, Observatory Letters Received 1870-75, nº 47.

2. Owen Jones (Londres, 1809-1874), arquitecto y artista inglés, realizó en 1854 una recreación de la Alhambra en el Palacio de Cristal, una edificación de hierro fundido y cristal construida en Hyde Park con motivo de la primera Exposición Universal en 1851. Dicha recreación de la Alhambra incluía una réplica del Patio de los Leones. Después de la Exposición el palacio fue trasladado a un distrito del sur de Londres, Sydenham, donde Peirce debió de verla en alguna de sus estancias; por ejemplo, en su agenda del 8 de febrero de 1871 anota que había ido al Crystal Palace. Fue destruido en un incendio en 1936.

3. "If it be only beauty that is aimed at, then mathematical hypotheses must be ranked as something similar but inferior to the Alhambra decorations — as pretty but soulless".

4. "The most extraordinary break in people's ideas that modern history reveals, —excepting perhaps at the French Revolution— occurs about A. D. 1200. In the first place, Gothic architecture suddenly appeared. The rich and beautiful but not deeply emotional romanesque was suddenly displaced by the extremely chaste but devotional gothic. The idea that this came from Mohammedans, who never executed a single piece of architecture with the slightest elevation of sentiment, — which is most strikingly absent in the Alhambra, the mosque of Cordova, and all mosques generally, is ridicolous". C. S. Peirce, "Remarks on the History of Ideas", MS 1328, s. f.; HP 351.

5. Cf. M. Brey Mariño, Viaje a España del pintor Henri Regnault (1868-1880): España en la vida y en la obra de un artista francés, Valencia: Castalia, 1949, 121-125; J. S. Allen, (ed.), "In the solitude of my soul": The Diary of Geneviève Bréton, 1867-1871, Carbondale, IL: Southern Illinois University Press, 1994, 139-174.

6. Carta de M. Fortuny a R. Madrazo, Granada, 1870, s/f, citada por C. González López y M. Martí Ayxelà, Mariano Fortuny Marsal: 1838-1874, Barcelona: Diccionari Ràfols, 1989, 152 y n. 39; sobre la estancia de Fortuny en Granada y su coleccionsimo, véase M. Nicolás, "La estancia en Granada de la familia Fortuny-Madrazo (1870-72)", Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, 21 (1990), 123-134; A. Moreno Garrido, "La Alhambra de Fortuny. Itinerario por los lugares dibujados y pintados", Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, 22 (1991), 87-99, y F. M. Quílez i Corella, "Fortuny coleccionista, anticuario y bibliófilo", en M. Doñate, C. Mendoza y F. M. Quílez, Fortuny (1838-1874), Museu Nacional d'Art de Catalunya, Barcelona, 2003, 419-431. Merece atención particular el documentado texto "El taller de Mariano Fortuny en Granada, 1870-1872" (Locus Amoenus 13, 2015, 127-137) de J. J. Pérez-Cellini y el capítulo IV del trabajo de Ana Gutiérrez Márquez, Cecilia de Madrazo. Luz y memoria de Mariano Fortuny, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2017.



Autor de la página: Jaime Nubiola

Proyecto de investigación: "The Cosmopolitan Peirce": los viajes europeos de Charles S. Peirce (1870-1883)

Fecha del documento: 27 de noviembre 2019
Última actualización: 4 de abril 2023
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