3. 6. A Study of Orders

Los edificios clásicos muestran muchas columnas con muchas variantes; y las columnas son de diferentes proporciones. Hay rasgos comunes, pero cada autor tiene sus preferencias y caprichos en el trazado de las molduras, en los adornos y en las proporciones. Y los tratadistas que han escrito sobre los órdenes de arquitectura han trasmitido también sus propias inclinaciones.

Un orden está compuesto de muchos elementos. Conviene partir de algún esquema, y si se desea, luego se ajusta: un poco más o un poco menos. Con frecuencia se necesita una especie de receta de cocina: experiencia acumulada fácilmente accesible. Y por eso son tan importantes los "tratados", que son antes que nada un recetario de órdenes clásicos. Como en cualquier creación, no es posible hacer un orden bien a la primera: las recetas garantizan un resultado excelente, si se siguen al pie de la letra. Y muchas veces, especialmente cuando hay que diseñar muchas más cosas y más complicadas (una gran fachada), basta con que las columnas se ajusten a ese patrón. Todos los arquitectos han empleado recetas, propias o ajenas.

giving measurements

En este apartado interesa simplemente cómo se han transmitido las medidas de los órdenes y sus partes. Como es patente, la difusión depende de los medios: la imprenta, la reproducción de imágenes (grabado a madera, cobre, acero), y el abaratamiento del papel.

En su tratado, Vitruvius dio medidas de los órdenes tal y como solían hacerlo los autores griegos en los que se basaba. Estos tomaban un "módulo", al que procuraban referir las medidas principales: el diámetro inferior de la columna (medido encima de la base y de los apófiges): con ese módulo describían la altura del orden, la separación entre columnas, etc.

Vitruvius describió así los órdenes en su tratado De architectura (1st century BC). Al tratado de Vitruvius se le añadían algunas pocas ilustraciones (Vitruvius se refiere a ellas). Como los copistas del texto no siempre eran capaces de reproducir los dibujos, la mayor parte de los ejemplares no las llevaban. Y no se ha conservado ninguna copia de ellas (sí hay invenciones posteriores). De todos modos, Vitruvius procuró dar sus recetas de manera que se pudieran memorizar fácilmente y repetir en cualquier circunstancia: con juegos de números y operaciones con compás. Era lo habitual entonces para todo género de informaciones (habitualmente no se podía recordarlas por escrito).

En el renacimiento, Alberti siguió la misma costumbre. De Re Aedificatoria se acabó de escribir en 1452; pero no se publicó hasta 1485. El libro se pensó como simple texto; y no llevaba ilustraciones. Se le añadieron algunas en la traducción italiana de 1550.

En 1537, Serlio publicó su Regole Generali di Architettura, sobre órdenes clásicos, que luego se consideró el libro IV de su tratado nunca terminado. Como en los casos anteriores, sus descripciones estaban concebidas para ser recordadas. Serlio aprovechó el considerable avance de la imprenta e ilustró su extenso texto con muchos grabados (y por eso tuvo un éxito arrollador). Acompañó sus descripciones con dibujos (aunque sin acotaciones), lo que facilitaba enormemente las cosas a su lector.

En 1563, Vignola publicó en Roma su Regola delli cinque ordini d'architettura, simplemente un conjunto de 32 claras láminas con un brevísimo texto al pie. La imprenta había avanzado mucho. Las cosas eran tal y como se veían en las láminas. Todas las medidas aparecían con simples acotaciones sobre los dibujos. Como puede comprenderse, fue un completo éxito. Vignola había escogido unos modelos de órdenes especialmente atractivos; pero sobre todo era muy fácil copiarlos; mucho más que en los anteriores. Para poder dar medidas enteras de los numerosos miembros grandes y pequeños, Vignola recurrió a dos escalas: módulos y partes.

Vignola escogió como "módulo" la mitad del diámetro inferior de la columna; pero el valor de la "parte" variaba según el tipo de orden:

En los órdenes toscano y dórico (que tienen menos preciosismos), 1 parte = 1/12 módulo.

En el jónico, corintio y compuesto, 1 parte = 1/18 módulo.

Muchos otros autores ofrecieron sus órdenes: autores italianos, como Cataneo (1554), Palladio (1570), Scamozzi (1615), Viola (1629), franceses como Delorme, Bullant y otros muchos.

En cada tratado era obligado declarar qué módulo se utilizaba (lo habitual era la mitad del diámetro) y sobre todo qué medida correspondía a una parte. Era bastante lioso; pero hasta no hace mucho, cualquier dibujo técnico era una proeza. Además, el módulo no era una medida general: servía solo para dibujar los órdenes. Luego había que traducir todas las medidas de los órdenes a la medida real de cada lugar (lo que siempre fue algo formidable): palmos, pies, brazas, varas; y finalmente era obligado redondear, pues aparecían medidas en quebrados tan raros, que era impensable transmitirlas a personas con poca preparación. Esta situación es la que llegó a nuestros días.

Naturalmente, hubo compendios que comparaban las preferencias de los distintos tratadistas, lo que obligaba a utilizar medidas comunes y traducir unas medidas a otras (nunca exactas). Para conseguirlo, se llegó a dividir el módulo en 30 partes. En este apartado precisamente utilizamos láminas del más célebre Parallele:

FRÉART DE CHAMBRAY, Roland, (1606-1676), Parallele de l'architecture antique et de la moderne, contenant les profils des plus beaux edifices de Rome, comparéz avec les dix principaux autheurs qui ont écrit des cinq ordres - scavoir, Palladio et Scamozzi, Serlio et Vignole, D. Barbaro et Catane, L.B. Alberti et Viola, Bullant et De Lorme ...

Desde el XVII hubo diversos intentos de evitar medidas raras; basta recordar el de Claude Perrault, Ordonnance des cinq especes de colonnes selon la méthode des anciens (1683), que fue muy difundido.

Con el aumento de la facilidad de imprenta y de la mejora de las imágenes hubo todo género de propuestas; pero en general prevalecieron los órdenes de Vignola, en múltiples ediciones, con ampliaciones de todo tipo.

En los siglos XIX y XX, las ediciones más populares incorporaron algunas cosas griegas; en general, seguían siendo recetarios compuestos sólo por láminas con acotaciones al modo de Vignola.

Bastará recordar al más popular y frecuente de todos ellos: Charles Normand, Le vignole des architectes et des élèves en architecture, o su versión Le Vignole des ouvriers; ou méthode facile pour tracer les 5 ordres d'architecture, luego transformado en Parallele: innumerables ediciones en francés, inglés y alemán (versión ampliada de Mauch).

an american version

Sin embargo para aprender los órdenes por primera vez, conviene acudir a un truco.

En 1868, un profesor de arquitectura, Laureys, convirtió las medidas habituales de los órdenes clásicos (especialmente las de Vignola) a una notación decimal: en lugar de módulos y partes, tomó como medida el entablamento (en Vignola siempre mide una cuarta parte de la altura total de la columna) y le dio el valor 100. Ajustó todas las demás medidas proporcionalmente, con un ligero redondeo para que aparecieran como números enteros.

Era muy fácil pasar las medidas decimales a medidas reales: si uno necesitaba un entablamento de dos metros de altura, bastaba multiplicar por dos todas las acotaciones.

Resultaba muy práctico; y años después algunos publicistas USA lo adoptaron y redactaron un pequeño manual para estudiantes de arquitectura norteamericanos. Gran éxito. Posee todas las ventajas de lo que en Europa llamaban (con admiración) "americanismo". Es el que ofrecemos:

Frank A. Bourne & Frank. Ch. Brown & J. R. Coolidge,

Study of Orders, Part I, Chicago : American School of Correspondance, 1917 (1st edition: 1904)

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bibliografical notes

Felix Laureys (1820-1897) NO es una figura importante en nuestra historia. Fue un arquitecto flamenco belga, y parte de su mejor obra se construyó en Ostende (estación de ferrocarril, Kursaal). Fue profesor en la Academie Royale de Bruxelles. Laureys publicó primero en francés:

Cours classique d'Architecture. Comprenant l'analyse complete des cinq ordres, d'apres le systeme decimal, avec des exemples relatifs a leur emploi dans les edifices, Liege. Verlag Ch. Claesen, 1868.

Debió tener alguna importancia en su ámbito (Medaille d'Or en la Exposition des Modèles, de Bruxelles, 1868). pero probablemente, no tuvo una difusión grande. La editorial (con sede en paris, Berlin, Liége) publicó un cuadernito con las medidas resumidas (servía de propaganda):

Les Cinq Ordres d'après le système décimal. extrait de ...

Luego tuvo una traducción al alemán:

Kursus der klassischen baukunst. Die fünf ordnungen; eine vollständige zerlegung derselben auf grundlage des decimalsystems und ihre praktische verwerthung, Berlin, C.Claesen & cie [1889]

Y de esta obra se publicó en USA una adaptación con texto explicativo, todavía más cómoda de manejar:

Study of Orders, Part I, Chicago : American School of Correspondance, con ediciones al menos en 1904, 1917, y 1919.

Otro estupendo divulgador, Alexander Speltz publicó otra adaptación dando a la altura del orden (columna más entablamento) el valor 100, pero retocó algo los órdenes, y no siguen tan directamente el modelo de Vignola.

Die Säulenformen der ägyptischen, griechischen und römischen Baukunst : für Architekten, Ingenieure, Bautechniker, Bauhandwerker, Bildhauer, Zeichnerusw. im metrischen System...

Una lámina comparativa de todos los órdenes con este sistema apareció en su popular libro sobre ornamento: Der Ornamentstil, con traducción al inglés y muchas ediciones.

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

III. Classic Orders

3. Parts of the Order

3. 1. Minimal order. Pedestals
3. 2. Entablatures
3. 3. The capital: introduction
3. 4. The Ionic capital
3. 5. Corinthian capital
3. 6. A Study of Orders
 
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