MANSART, François

(J. Lorda)

París, 1598 - París, 1666

François Mansart puede considerarse uno de los cuatro mejores arquitectos de Francia, junto a Philibert Delorme (ca. 1510-1570), Ange Jacques Gabriel (1698-1782) y Charles Garnier (1825-1898). Y, aunque mucho menos popular, cabe defender que posee la estatura de sus grandes contemporáneos Borromini (1599-1667) o Bernini (1598-1680).

Su vida profesional coincidió con una etapa de numerosas construcciones y tuvo muchas oportunidades. Pero murió antes de que comenzaran las grandes campañas de Louis XIV, especialmente Versailles, que darían fama a otros que le han hecho sombra, entre los que destacó después su pariente Jules Hardouin-Mansart (1646-1708).

Era hijo de un maestro carpintero, relacionado con el equipo que trabajaba en obras reales; su padre murió pronto y François se formó con su cuñado un tal Germain Gaultier relacionado con Salomon de Brosse (1571-1626). Viajó poco y nunca visitó Italia; pero frecuentaba los tratados italianos.

"El arquitecto mejor dotado de Francia", asegura el gran divulgador de la arquitectura francesa, Jacques François Blondel. Destacaba en todos los aspectos de la profesión. Antes que nada, como diseñador y dibujante de arquitectura. Sobreviven muchos borradores, conservados en parte en la Bibliothèque National de Paris, que testimonian su poderosa imaginación. Era conocida su incapacidad de concluir con algo: era extremadamente "fastidioso": reelaboraba sucesivamente sus diseños.

Sus plantas son muy elaboradas, rozando el virtuosismo, con numerosos elementos inesperados que aumentan el interés del dibujo: aparición de ejes diagonales, salas circulares y pequeñas curvas en fachada. Este género de composición -distribución- especialmente en arquitectura civil no tenía parangón en Italia.

Además, en la realización Mansart se demostraba un constructor ingenioso y experimentado: son ejemplo sus escaleras y sus cúpulas, de dimensiones moderadas, pero espléndidamente aparejadas en piedra de sillar. También en eso se diferencia del diseño italiano, mucho más flexible (y sensible), pero como construído con materiales baratos, no precisaba una especial pericia constructiva.

Mansart destacó en el diseño de residencias privadas. La mayoría de sus clientes pertenecían a la incipiente y rica burguesía de grandes comerciantes o funcionarios de una administración cada vez más compleja y centralizada. Hacia 1630 llegó a ser arquitecto del inquieto hermano del rey Louis XIII, Gaston d'Orleans (-1660), quien lo empleó en su ambiciosa reedificación del Chateau de Blois, suspendida hacia 1638. Es fama que con todo ello, Mansart hizo mucho dinero, y despertó envidias: le acusaron de engañar a sus clientes.

El arquitecto historiador inglés Blomfield asegura que Mansart es "El arquitecto más elegante del mundo en arquitectura doméstica" (Blomfield, Ia, 113). Seguía la tradición francesa, asentada con Lescot y Brosse y continuada por Lemercier. Componía fachadas con varios resaltos, pisos equivalentes, tejados que subrayan el volumen, y un armazón apretado pero ligero de pilastras clásicas que enmarcan grandes ventanas. Eran los rasgos tradicionales, que en un primer momento parecerían reiterativos, pero que en realidad son refinados. Mansart añadía continuos detalles originales al modelado general, que le daban personalidad sin caer en rarezas. La ornamentación, que supo confiar a un excelente equipo de escultores y pintores, es de un gusto depurado; y siempre ha causado admiración. La condición era que se le dejara libertad (y un presupuesto flexible).

Y fracasó, al final de su vida, al trabajar en obras reales. En la primera ocasión, al planear Val de Grace, el convento donado por Ana de Austria, para agradecer el nacimiento del heredero, el futuro Louis XIV. Cuando apenas se llegaba a la cornisa del primer cuerpo de la iglesia, Mansart había pretendido alterar tantas cosas, que sus enemigos convencieron a la reina de que con esa actitud sería imposible rematar el edificio; y en 1646 la reina confió la obra a Lemercier. Años después fue invitado por Colbert, todopoderoso ministro del ya Louis XIV, a dar ideas para concluir el Louvre. La tradición dice que Mansart se sintió acosado por el expeditivo Colbert, y prefirió abandonar (D'Argenville). Algo más hubo. Mansart poseía una conciencia de su valía y un orgullo notable y poco tacto político. Pero en definitiva, era incapaz de reprimir su inventiva y contentarse con grandes efectos generales: sus diseños renqueaban a gran escala. Basta comparar sus complicados borradores para la fachada oriental con las aplastantes propuestas de Bernini, realizadas poco después.

Como la de otros autores contemporáneos, su obra fue muy difundida: quedó recogida por los grandes compendios de láminas de arquitectura; los llamados "Petit Marot" (1654) y "Gran Marot" (antes de 1679) de Jean Marot. Consituían una parte de lo que Marot pretendía publicar. Muchas láminas pasaron a Jean Mariette, que emprendió una gran publicación: Architecture Française (Paris : Chez Jean Mariette, 1727-1738); debían aparecer 8 volúmenes; pero al poco, las láminas fueron vendidas a otro editor, Jombert, que trató de proseguir la colección, reeditándola con comentarios de Jacques François Blondel (Paris : Chez Charles-Antoine Jombert, 1752-1756): solo se editaron 4 volúmenes. Además de esto, las residencias de alguna importancia de tiempos de Louis XIV figuraban en varias colecciones de vistas, muy populares: principamente las dibujadas por Israel Silvestre (1621-1691) y las de los Perelle, Gabriel (ca. 1603-1675) y sus hijos Nicolas (1631-ca. 1695) y Adam (1638-1695). Por todo ello, los arquitectos de la siguiente generación las conocían muy bien. Y profesionales extranjeros que visitaron Francia, como Wren y Nicodemus Tessin, aprendieron de ellas.

OBRAS PRINCIPALES :

  • Chateau de Balleroy, cerca de Bayeux (1626). Ya se determinan algunas de sus constantes.
  • Iglesia de Ste. Marie de la Visitation, París (1632 - 1634). Bello ejemplo de arquitectura centralizada, en modestas dimensiones. Es muy original, tanto en su planta, como -especialmente- en sus exteriores: el vestíbulo se adelanta sobre el espacio de la cúpula, para servir de fachada principal: y se compone con puerta y un gran óculo sobre ella, que quedan alojados bajo una atrevida cornisa arqueada.
  • Hôtel de la Vrilliere, París (a partir de 1635) : supuso un avance considerrable en el diseño de residencias: el edificio es perfectamente regular; y sirvió de modelo para los sucesivos diseños de hôtel en Paris.
  • Ala Orleans del Chateau de Blois (1635-1639) : Por diversos problemas (entre ellos la traición de Gastón d'Orleans al rey), solo se construyó una cuarta parte; gracias a ello se conservaron las actuaciones gótica y renacentista (incluida la estupenda escalera).
  • Chateau de Maisons-Laffitte, cerca de París (1642 -1646). Es la obra mejor conservada. Y se ha considerado siempre como una de las joyas de la arquitectura francesa.
  • Iglesia de Val-de-Grace, París (a partir de 1645) : gran convento fundado por la reina Ana de Austria, para agradecer el nacimiento de un heredero varón: Luis XIV. A Mansart se debe la concepción general. La iglesia está muy bien resuelta con nave y capillas y un amplio presbiterio con baldaquino bajo cúpula; al que asoman haciendo pendant a cada lado una gran capilla y el coro bajo, y en el centro la capilla del Sagrario a modo de transparente. La fachada de la iglesia incluye un solemne pórtico con columnas exentas. En 1646, Mansart fue reemplazado por Lemercier, cuando el edificio apenas alcanzaba la cornisa de la planta baja en sus partes más importantes.
  • Remodelación del Hôtel Carnavalet, París (1655)
 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

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