2. 2. The Cathedral Type

the Basic forms

La catedral o iglesia grande adquiere una forma reconocible mucho antes que cualquier otro edificio monumental con un uso determinado. Se puede decir, que es la única verdadera tipología, que se llega a acuñar en Europa, y que con las diversas colonizaciones se extiende por todo el mundo.

Es una tipología, una forma convencional, un modelo aceptado, que tiene muchas cualidades arquitectonicas que explican, aparte de sus requisitos de culto, que se perpetuara.

Los cristianos prefirieron edificios más modestos, con capacidad suficiente. La basílica cristiana tomó su modelo de la romana : edificio alargado, con formaciones de columnas, un arco triunfal —un umbral— y un ábside, espacio de acogida, recuerdo de un ámbito central (fig 1).

Se construyeron también baptisterios o monumentos martiriales que repetían los últimos sepulcros romanos de planta central; estos sepulcros representaban un tipo novedoso que integraba la idea de los pequeños templos circulares griegos, con la idea de túmulo, habitual en las grandes tumbas romanas. El resultado es un linternón central apoyado sobre columnas, y rodeado de una nave anular; el linternón se eleva sobre ella, apareciendo un cuerpo de luces, y rematándose con cúpula de argamasa, de ladrillo, o armadura cónica de madera; están ahí la idea de baldaquino, espacio central, formación de columnas, y corona exterior.

El edificio con linterna y la basílica reciben connotaciones especiales, al construirse de ese modo, a principios del siglo IV, los dos principales monumentos de la cristiandad : la gran linterna del Santo Sepulcro en Jerusalén (fig 3), y la basílica de San Pedro en Roma (fig 2). San Pedro inaugura además la tradición de la planta cruciforme; al término de las naves principales, antes del ábside de remate, cruza otra nave trasversal; la encrucijada señala el punto singular del sepulcro del apóstol. La disposición en cruz quedará ya como forma simbólica.

Las basílicas cristianas rechazan parecerse a los templos paganos, con sus imponentes pórticos de columnas; pero necesitan un rostro solemne; y, poco a poco, decoran sus frentes, con las guarniciones de su umbral y de sus ventanas, y con dibujos y figuras : es decir, adquieren fachada. Además se impone la costumbre de convocar a los fieles con toques de campana. Algunos edificios italianos reciben unas torres circulares altas para colocar campanas. En el atrio de la basílica de San Pedro se levantará la primera gran torre cuadrada.

the western temple . the middle ages

Los siglos que siguen a la desmembración del imperio son poco propicios para grandes empeños. Escasean los medios, y se olvidan las técnicas. Perduran ideas vagas de cómo fueron las cosas, y pesa el ejemplo, desdibujado y lejano, de los monumentos mencionados. El afán de monumentalidad se expresa pobremente, pero esos balbuceos ansían integrar las grandes ideas, arquetipos, que presidieron la arquitectura romana, o los primeros grandes monumentos cristianos.

Los elementos que se conjugan en un templo cristiano comprenden las naves con sus formaciones de columnas, la nave crucera, los ábsides y las criptas que intentan formas circulares, y se sitúan, a veces, bajo los presbiterios, sirviéndoles de estrado. Y por otro lado, persisten baptisterios y monumentos en linterna central, y las torres redondas o cuadradas. Adquieren cada vez mayor importancia las portadas.

Los tanteos iniciales parecen encontrar poco a poco un sitio apropiado para cada elemento. Son fundamentales los avances que se producen en tiempos de Carlomagno. Las Iglesias colocan grandes cimborrios —coronas y baldaquinos sobre los cruceros, y experimentan con las formas y lugares de las torres. Se descubrirá que pueden flanquear, como custodias, la puerta principal, y se intentará fundir el edificio central con el extremo de la basílica. Hay que esperar a los desarrollos del siglo XI para encontrar todos los temas perfectamente fundidos, integrados en una auténtica armonía espacial.

Aunque el gusto por múltiples ámbitos y volúmenes diversos persistirá en algunas regiones de Europa Central, el intercambio de ideas que favorecen las numerosas fundaciones monásticas y las peregrinaciones, termina por crear primero, la gran iglesia monacal, y poco después, el organismo perfecto de la iglesia románica de peregrinación, cuya expresión más acabada se encuentra en la Catedral de Santiago de Compostela (fig. 4), punto de confluencia y foco de irradiación de muchas ideas relevantes.

Como en una melodía se incoan motivos, que se desarrollan y contrastan con otros, así en la Iglesia de peregrinación se suceden con la mayor oportunidad los temas, fórmulas efectivas, cargadas de sugerencias. A sus pies se levanta imponente una fachada, con un umbral enfatizado por la ornamentación y escoltado por dos poderosas torres. La nave transcurre acompasadamente con sus ritmos de arcos y columnas hasta alcanzar el punto culminante del crucero; ahí confluyen las alas con la misma parsimonia, y en ese momento se eleva, majestuosa, la linterna coronada de luces, enalteciendo y señalando ese culmen; el conjunto encuentra su final en el ábside, espacio de acogida, rodeado de su guardia de columnas, que transparenta el corredor que lo rodea. Los volúmenes exteriores presentan la misma unidad orgánica y armónica.

Esta configuración resulta tan perfecta que se perpetuará en las grandes catedrales góticas como Amiens (fig. 5), que muestran la misma ordenada disposición exterior e interior, con sutiles variaciones; repetirán el modelo hasta la Edad Moderna. En esta última época sufrirá alguna importante transformación. Pero la idea que todavía tenemos de lo que es —ha sido— una Iglesia, conserva gran parte de los temas descritos.

FIGUReS

  1. Revue générale de l'architecture et des travaux publics : journal des architectes des ingénieurs des archéologues des industriels et des propiétaires, 1886.
  2. J. Lorda : Basílica de San Pedro en Vaticano, tal y como se veía en el siglo VIII. Varias fuentes.
  3. J. Lorda : Anástasis, o recinto circular del Santo Sepulcro de Jerusalem, tal y como se veía en el siglo XVII, con la planta original del IV. Basado en P. Corvo y grabados antiguos.
  4. J. Lorda : Basílica de Santiago de Compostela, antes de las reformas barrocas del XVII. Basado en J. K. Conant, y dibujos antiguos.
  5. J. Lorda : Catedral de Amiens.
 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

IV. Great Churches

2. The Christian temples

2. 1. Latin Basilicas
2. 2. The Cathedral Type
2. 3. German Imperial Cathedrals
2. 4. French Gothic Cathedrals
2. 5. Italian Basilicas
  1. Revue Générale de l'architecture et des travaux publics, 1886.
  2. Basílica de San Pedro del Vaticano. Siglo VIII
  3. Anástasis. Santo Sepulcro de Jerusalén
  4. Basílica de Santiago de Compostela
 
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