2. 1. Formal forms

GENS TOGATA

El siguiente modo de interpretar los órdenes parecerá poco arquitectónico, pero pertenece a su misma esencia. Ya hemos advertido que los órdenes no son elementos tradicionales para construir casas, sino fórmulas para dignificar las fachadas de los edificios.

Todos hemos experimentado alguna vez que al entrar en un espacio grandioso, nos comportarnos de un modo más formal, por ejemplo, tendemos a hablar bajito, con respeto. Se entiende que espacios como el foro romano, máximamente dignificado, fueran el marco perfecto para las ceremonias oficiales del imperio. En realidad, por su función, los órdenes, y la arquitectura clásica en general, no simplemente acompañan, sino que se cuentan entre los diversos hábitos o costumbres que han surgido con un propósito ceremonial : los uniformes o trajes de gala, en el vestido; los tratamientos, en el saludo oral; o las reverencias, en el gesto. Y, más en general, los órdenes se relacionan con las llamadas reglas de urbanidad : los modos considerados respetuosos (ante sí y ante los demás) para actuar en público, y tratar a personas de consideración : las formalidades.

Si las reglas de urbanidad fueran suficientemente detalladas, además del vestido, hablarían de la arquitectura; podríamos imaginar que si para entrar en foro era obligatorio vestir de uniforme militar o de etiqueta, con la toga romana (y en algunas épocas, se prohibirá bajo pena de muerte entrar allí con pantalones), también los edificios deberían presentarse en el foro con columnas : y los templos y palacios llevaban columnas.

El tono de los tratados de arquitectura, y el primero de ellos, el de Alberti, se parece bastante a los libros de urbanidad o buenas maneras.

Cito a Baltasar Gracián (1601-1658), uno de los autores españoles más admirados por sus manuales de ingenio; y quizá el más traducido. En El Discreto (1646, XVIII: de la cultura y el aliño; el libro fue traducido como The Compleat Gentleman) da por supuesta una estricta relación entre el buen tono y la arquitectura de órdenes clásicos.

"Pero ¡qué inculto y desaliñado tenía la común barbarie el mundo todo! Comenzó la culta Grecia a introducir el aliño, al paso que su imperio. Hicieron cultas sus ciudades, tanto en lo material de los edificios, como en lo formal de sus ciudadanos. Tenían por bárbaras a las demás naciones, y no se engañaban. Ellos inventaron los tres órdenes de la arquitectura para el adorno de sus templos y palacios, y las ciencias para sus célebres universidades. Supieron ser hombres, porque fueron cultos y aliñados."

De hecho, durante los siglos XVII y XVIII, los arquitectos franceses intentaron hacer una especie de ceremonial de edificios; y diversas voces de la Enciclopedie de Diderot, recogen varias reglas con esta idea.

Si caemos en la cuenta de que los órdenes clásicos son formalidades, comprenderemos que participan de las cualidades de esas formalidades :

a) expresan cualidades nobles, b) están ritualizadas, c) son señales exclusivas, y d) permiten una aplicación gradual, según la calidad de la persona a que se dirigen, o la importancia del acontecimiento.

A) noble FORMs

Muchas formalidades ennoblecen de por sí : así sucede con los uniformes : basta recordar a algún conocido con y sin uniforme. En cierto modo, exaltan las buenas cualidades físicas de la persona : porte general, hombreras amplias, caída recta, aplomo, etc., además de la vistosidad que prestan las botoneras, entorchados, charreteras, bandas y condecoraciones.

Vestir la toga romana confería de por sí un porte grave y aplomado (lámina), pero además, según avisan los oradores antiguos, exigía del que la vestía moverse con parsimonia, pues los movimientos bruscos podían descomponer la cuidada disposición de los pesados y numerosos pliegues, y quedar envuelto en un mar de tela. Lo mismo sucederá con los órdenes clásicos : hacer un orden en el fondo es como poner a una columna de uniforme, o vestirla con una toga, exaltando sus formas, acusando su gravedad y aplomo.

Es verdad, que, en gran parte, estos tratamientos son convencionales : de hecho, hoy, por muy solemne que sea una ceremonia, nadie lleva toga (ni necesitamos columnas). En todo caso, en esos detalles, en la realización de esos gestos, resplandecerán cualidades que se consideran universalmente positivas : gravedad, generosidad, limpieza, y muchas otras que tienen un reflejo formal inmediato : resulta fácil convertirlas en instrucciones de diseño.

Los ciudadanos romanos que aspiraban a ser elegidos para magistraturas, procuraban vestir una toga especialmente blanca (que se notara que era muy blanca : esto es, cándida, en latín); y de ahí viene la palabra candidato. Los órdenes clásicos deben responder a las cualidades que se atribuyen a la nobleza; y una columna deberá ser firme de líneas, bien decorada, limpia y neta en su diseño : quizá en algunas ocasiones se prefiera la riqueza a la limpieza : y en otras, lo contrario : pero exhibirá siempre cualidades positivas.

B) ritual FORMS

Los uniformes, saludos y reverencias se ritualizan, en algún grado; para convertirse en rito, han de hacerse claramente reconocibles como signos, y salir del mundo de los gestos y de las cosas ordinarios : y lo mismo sucede con los órdenes clásicos. Las formas rituales sufren tres operaciones.

1. Fijación. Las formalidades cobran una forma perfectamente definida, que permite reconocerlas y modularlas. Para vestirse de gala los romanos no se pintaban o ponían plumas, sino que vestían toga : no un manto cualquiera, o una tela cualquiera, sino una toga, los romanos se definían a sí mismos como gens togata, pueblo togado. Lo mismo sucede con los elementos clásicos : se espera que se pongan los que corresponden, y cómo corresponden.

2. Supervivenvia anacrónica. El cambio se considera una amenaza, y por el contrario las formas antiguas parecen más respetuosas. La toga era un manto cualquiera ritualizado. No había motivo funcional para respetarla; pero si se elimina esa pieza, no existirá forma de vestirse de gala. De hecho los santos cristianos se presentarán siempre en toga, incluso mucho después de que desapareciera; todavía los magistrados llaman toga a sus vestidos formales; y la beca que se colocará en el Paso del Ecuador es un resto de esas vestimentas. Lo mismo sucede con los órdenes clásicos que son fórmulas anacrónicas, porque son ceremoniales.

3. Rebuscamiento formal. La necesidad de tratar con el mayor respeto provoca que las acciones y palabras se hagan con parsimonia, con lentitud, recreándose en ellas. La toga era un manto sencillamente echado por los hombros; luego su forma general (más de 6 metros de largo), y sus pliegues se sofisticarán, y se necesitará un esclavo especialista para componerla. Lo mismo sucede con los órdenes clásicos, que de un sencillo poste se han transformado en algo extraordinariamente rebuscado.

C) EXCLUSIVe signs

Las formalidades sirven no sólo para mostrar respeto a las personas de consideración, sino para distinguir, guardar las distancias con los que no pertenecen a una determinada condición. Los senadores romanos llevaban una toga especial con un filete púrpura, la toga pretexta. Era una señal que les distinguía inmediatamente.

Pero las señales más eficaces de distinción son las que necesitan elegancia : la palabra deriva del verbo elegir, y significa precisamente lo escogido, lo selecto; la elegancia se adquiere sólo con el contacto habitual entre las gentes de elevada condición. Los romanos reconocían a los grandes personajes especialmente por su porte elegante, por su manera de moverse y vestir la toga, con elegancia y naturalidad

Los órdenes sirven para distinguir los edificios selectos de los comunes; están preparados para acusar la distinción entre formas urbanas y rudas : pues resulta necesario ajustar a sensibilidad las proporciones, o el trazado exacto de las curvas de los perfiles; o seleccionar y distribuir los adornos, lo que necesita un gusto cultivado.

D) SIGNS of hierarchy

La distinción no sólo significa separar a las personas de consideración de las que no cuentan para nada; sino que puede establecer una jerarquía entre ellas. El emperador llevaba una toga especial, purpúrea; el senador, la pretexta; el caballero se esforzaría en llevarla al menos blanca; el esclavo no lleva toga.

También se aplica a los órdenes clásicos : el que haya o no órdenes, y el que sean más o menos ricos, puede significar un grado en la escala social. Desde la Grecia clásica se consideró que la aparición de columnas era señal de alto rango. Vitruvio afirmaba que las formas nobles no debían aparecer en las casas ordinarias. Y, ciertamente, las primeras columnas de marmol que se pusieron en casas particulares de Roma causaron un considerable escándalo. No obstante, que yo sepa, nunca se ha regulado el uso de columnas; sólo en el siglo XVII, los tratadistas franceses de arquitectura creían que se debía reservar los grandes órdenes a los palacios de príncipes de sangre; los nobles y eclesiásticos utilizarían las versiones moderadas, y las residencias de particulares debían las versiones más simples, incluso prescindir de ellos. Los romanos reconocían a los grandes personajes especialmente por su porte elegante, por su manera de moverse y vestir la toga, con elegancia y naturalidad.

Los órdenes sirven para distinguir los edificios selectos de los comunes; están preparados para acusar la distinción entre formas urbanas y rudas : pues resulta necesario ajustar a sensibilidad las proporciones, o el trazado exacto de las curvas de los perfiles; o seleccionar y distribuir los adornos, lo que necesita un gusto cultivado.

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

III. Classic Orders

2. Classic Manias

2. 1. Formal forms
2. 2. Craving borders and finials
2. 3. Scale and proportions
2. 4. The Expression Menu
 
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