2. 3. An entire life

VER, VER Y VER

Como cualquier capítulo de la historia del diseño, la historia de la arquitectura se aprende mirando: dejándose embaucar por el atractivo que tienen las cosas hermosas. Como decía Gombrich: aprender a "preferir lo hermoso a lo meramente interesante".

También decía Gombrich: es muy importante investigar sobre Michelangelo, pero es más importante disfrutar con él. Y disfrutar con él es "investigar": es investigar en historia del diseño. Si lo conocemos tan bien que podemos repetir de memoria algunas de sus obras: lo hemos entendido; advertimos el afán que le ha llevado a abocetar una y otra vez sus ideas.

Era también un consejo permanente de quien fue mi profesor en esta escuela: Francisco Íñiguez: hay que leer mucho, pero sobre todo hay que "ver". Y por eso existe esta página web, que esperamos llenar con el enorme material que tenemos acumulado. Las historias de la arquitectura contienen fotos espléndidas y pequeñas: pero hay que ver mucho más: miles de imágenes; miles de imágenes adecuadas: no simplemente buenas fotografías.

PARA TODA LA VIDA

Hoy nadie se arriesgará en predecir cómo será el mundo tras una generación; y quizá muy pocos de los saberes y habilidades adquiridos en la Escuela sirvan para algo. Aquí aprendemos a conmovernos, a permitir que la belleza nos interpele. Y es un saber para toda la vida.

Ernst H. Gombrich el historiador y teórico a quien sigo, hablaba de la perla que se forma con escorias; en un panorama sórdido, brillan los destellos de las obras maestras; fruto de la sorprendente capacidad humana para crear belleza.

Los mejores pensadores de la Grecia Antigua veían en la belleza un señal divina: algo que recuerda que este mundo no es solo ruin y mediocre; hay algo superior; y los pensadores cristianos creyeron que la belleza demostraba la existencia de Dios (el llamado argumento anselmiano). Dios es bello; el paraíso al que estamos destinados es bello; las obras bien hechas (desde la cúpula de San Pedro a una croqueta: estoy convencido de ello) poseen belleza.

También es cierto que la sensibilidad ante la belleza, la capacidad de apreciarla, no mejora necesariamente a nadie. El tirano cultivado, el pudiente amante de lo exclusivo y el verdugo refinado son figuras recurrentes en la literatura, y por desgracia en la realidad.

Con todo, la desilusión y el tedio que experimentamos -especialmente con la edad- no debería ahogar nuestra sensibilidad ante la belleza. Descubrir esas perlas no es una pose; ni hablar de ellas, como estoy hablando ahora (en privado), significa un despliegue barato de énfasis.

Cobrar afición (dejarse llevar) por estas cosas preparará al alumno para diseñar y le asegurará un rincón en la vida donde gozarse con un gozo legítimo: las cosas bellas de un mundo, que suele ser muy feo (que guarda algunas cosas muy bellas).

Y por eso, también, yo concibo mi tarea como un regalo.

Asombroso.

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

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2. Attitudes

2. 1. A history for
2. 2. Personal response
2. 3. An entire life
 
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