De: [UNAV-GEP] 238 (FEBRERO 2014) / Noticias del GEP


Estimados colegas,

En este boletín damos noticia de una novedad en el proyecto de correspondencia europea de C. S. Peirce: la carta de Peirce a su hermano James del 10 de diciembre de 1875 desde París, y de un reciente seminario del Grupo de Estudios Peirceanos.

Un cordial saludo,

Izaskun Martínez
(webmastergep@unav.es)


1. NOVEDADES EN EL PROYECTO DE LA CORRESPONDENCIA EUROPEA DE C. S. PEIRCE

En las últimas semanas hemos instalado una nueva página dentro del marco del Proyecto de Investigación "Charles S. Peirce en Europa (1875-76): comunidad científica y correspondencia" que se centra en el segundo viaje de Charles S. Peirce a Europa que tuvo lugar entre abril de 1875 y agosto de 1876. Se trata de una carta de fechada el 10 de diciembre de 1875 escrita por Charles S. Peirce a su hermano James, desde París, dándole noticia muy detallada de su vida en aquella ciudad. La carta está disponible en la dirección http://www.unav.es/gep/Paris10.12.1875.html

En esta extensa carta, Peirce comienza lamentándose de la gran carga de trabajo, y de todas las cartas pendientes que tiene por escribir: "Iba a decir que tu larguísima y aún más bienvenida carta me llegó en un momento en el que estaba desbordado de trabajo. Pero, ya que siempre lo estoy, quizás eso no sea particularmente verdadero en este momento, aunque tengo ahora más de veinte cartas que escribir, todas de importancia". No obstante, dedica a su hermano 19 páginas dándole detalles de la vida política de Francia en aquella época, de su vida cotidiana, y de los últimos trabajos científicos a los que ha estado dedicado. A pesar de que ya desde el principio, le advierte a Jem de que "ya sabes qué cartas más penosas escribo, así que no esperes mucho de esta. Cuando estaba en los primeros momentos del viaje y tenía a Zina conmigo y nada en mi mente podía escribir bastante bien, pero ahora es diferente".

En efecto, su esposa Zina había regresado a los Estados Unidos y le había dejado solo en Europa, aunque Peirce disculpa a su esposa frente a su familia por haberse marchado: "Eso me trae a la cabeza que temo que quizá algunos de vosotros podáis tener la idea de que Zina ha hecho mal al irse a casa. Eso sería pensar muy equivocadamente de mi amor. Ella tenía mucha razón al irse, y yo estaba completamente de acuerdo, aunque la manera tan repentina en que se marchó, cuando yo todavía estaba seguro de verla, fue un gran golpe para mí. Pero ella pensó que si nos hubiésemos encontrado no habríamos tenido la fuerza mental para separarnos, y por tanto actuó según un impulso repentino. No regresó a casa por Amy, sino porque su estado de salud lo requería".

Tras estas noticias personales, Peirce dedica bastante extensión a contarle pormenorizadamente a su hermano, las elecciones de 75 senadores vitalicios que se van a celebrarse para la Asamblea francesa, y le detalla los partidos que existen, y su naturaleza política, así como también los medios de comunicación que están siguiendo estas elecciones.

Como se ve también en otras cartas, Charles S. Peirce tenía costumbre de acudir a los teatros de las ciudades donde estuvo. En el caso de París, Peirce habla prolijamente de todos los teatros y obras representadas en aquel momento, dando una idea clara de que estaba muy al tanto de la vida cultural de París, y lo rica que era esta. Menciona numerosos teatros como la Gran Ópera, la Opéra Comique, el Rénaissance, el Folies Dramatiques, el Variétés, el Théatre Taitbout, el Gaité, el Théatre Français, el Odéon, el Gymnase, el Palais Royal, el Ambigu, el Folies Bergères. Peirce incluso acude a bailes públicos y "bailes de máscaras": "He estado en Frascati, Valentino y Bullier, los bailes públicos, y la noche pasada fui al primer baile de máscaras que he visto nunca, en Frascati, y disfruté mucho".

Peirce termina la carta dando noticia de sus tareas: "Esta carta se está haciendo muy larga, pero voy a decir ahora unas pocas palabras sobre mis tareas. Alrededor de cien páginas de mi fotometría están ahora en prensa. Eso constituye una tercera parte de ella, a menos que el observatorio tenga dinero para añadirle mi edición del catalogo de Tolomeo, que si no ofreceré a la American Academy. He copiado aquí un manuscrito y me propongo hacer una revisión completa de las identificaciones. El observatorio ha hablado de publicar mi diario de observaciones. Eso le añadiría otras cien páginas o más". Y le comenta a Jem, en un tono más distendido algunos detalles de las personas con las que convive en París: Henry James, su ayudante Henry Farquhar, y un matrimonio llamado Hoague: "Harry James está ahora aquí, donde ha venido para vivir probablemente algunos años. Le veo cada dos días. Publicó una historia en la Revue de Deux Mondes del 15 Nov. Es un buen muchacho pero su salud es un poco delicada. Mr. y Mrs. Hoague están también aquí durante el invierno, y son las únicas personas que conozco. Farquhar es muy agradable pero estoy bastante cansado de él. Está todo el día trabajando en mi habitación".

Como puede comprobarse está todavía pendiente de completar las anotaciones de esta larga carta. Cualquier sugerencia en ese sentido puede enviarse a jnubiola@unav.es

 


2. NOTICIAS DESDE NAVARRA

El pasado día 20 de febrero, Marinés Bayas (Navarra) impartió un seminario del Grupo de Estudios Peirceanos, bajo el título "Thomas Reid: la batalla contra el escepticismo". El texto está disponible en la dirección http://www.unav.es/gep/MarinesBayasSeminarioReid.pdf

A continuación transcribimos unos párrafos en los que se explica el objetivo y estructura del seminario:

"El título que he puesto a esta intervención es 'La batalla contra el escepticismo' y no hace falta ser muy perspicaz, incluso sin conocer mucho al autor, para intuir que, por supuesto, me quedaré cortísima. Sería imposible intentar contarles todos los detalles acerca de la batalla entera, de los bandos y las pequeñas escaramuzas, de la artillería usada y de las intenciones de cada uno, de los ganadores y perdedores, de los muertos y heridos. La verdad es que la batalla que Reid intentó librar contra el escepticismo es bastante más rica de lo que puedo intentar resumir aquí y ahora, y –curiosamente– también, como Greco defiende, “es más compleja que la representación que el mismo Reid hace de ella”. Reid pensó que su crítica al escepticismo era equivalente a su crítica a la doctrina de las ideas, pero su ardor por “volver a las cosas mismas” y revalorizar el conocimiento ordinario fue tal, que no resulta difícil notar cómo toda su filosofía se vio impregnada de ideas 'anti-escépticas'. En ese sentido, toda la obra de Reid puede interpretarse como una gran batalla contra el escepticismo.

Vista desde esta perspectiva, la crítica al escepticismo posee una pars construens y una pars destruens: la primera corresponde a su propia filosofía del sentido común, y especialmente a su teoría de la percepción, a su doctrina acerca de los principios del sentido común (que podríamos traducir aquí solo para fines de introducir su filosofía como primeros principios del entendimiento), y por supuesto, a la concepción del sentido común humano y del conocimiento ordinario, prefilosófico y precientífico. Introduciré de esta pars construens sólo algunos elementos con el fin de echar luz a la explicación.

La pars destruens consiste, en cambio, en la crítica que el autor realiza de grandes segmentos de la tradición filosófica, sobre todo, de la filosofía moderna. Reid es un moderno bien poco moderno y uno de sus mayores logros residió precisamente en el hecho de que casi en el momento mismo en que aparecieron las filosofías de tipo racionalista y empirista, fue capaz de detectar algunos de sus problemas más significativos, y sobre todo, supo poner de manifiesto que un denominador común a ellas –aunque de un modo más o menos potente y explícito según el caso– consistía precisamente en su trasfondo escéptico. Para Reid, es tan escéptica una filosofía representacionista de corte empirista, como una fundacionalista al estilo cartesiano, aunque, por supuesto, también enfrenta las diferencias importantes entre ellas y es precisamente por esta razón que la crítica tiene tantas ramas por las que podríamos bifurcarnos".

 




"No llamo ciencia a los estudios solitarios de un hombre aislado. Sólo cuando un grupo de hombres, más o menos en intercomunicación, se ayudan y estimulan unos a otros al comprender un conjunto particular de estudios como ningún extraño podría comprenderlos, [sólo entonces] llamo a su vida ciencia". C. S. Peirce, "The Nature of Science", MS 1334, Adirondack Summer School Lectures, 1905.

La lista de distribución [UNAV-GEP] es un servicio del Grupo de Estudios Peirceanos, Universidad de Navarra, Pamplona, Spain: http://www.unav.es/gep/ Los números anteriores están almacenados en http://www.unav.es/gep/BoletinGEP.html Si desea cancelar la suscripción envie un mensaje webmastergep@unav.es con el texto "Cancelar suscripción".




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