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Por las ventanas sin fustas del archivo de Simancas,
Por las puertas mal seguras, a despecho de las trancas,
Entra el viento y se regolfa, silba, llora, gime, clama.
Vuelve hojas y hojas; lee secretos de los monarcas,
Trágicos secretos, que a todos horrorizaran
Junto con hazañas recias, de que el siglo se olvidaba.
Y grita el viento, al dejar el archivo de Simancas,
Grita la nueva justicia sobre tragedias y hazañas;
Grita en vano. Hay al entorno una soledad muy ancha.
El vuelo de los vencejos a recorrerla no alcanza. |
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