De: [UNAV-GEP] 51 (FEB 2005) / Noticias del GEP



Estimados colegas,

En este boletin damos noticia de la instalacion de dos nuevas traducciones en la web del Grupo: un maravilloso texto de Peirce en el que describe su metodo para formarse opiniones filosoficas y una de las primeras traducciones de William James al castellano, la de "Talks to Teachers on Psychology" de 1899 que vio la luz en Barcelona en 1904. Este texto muestra con claridad las repercusiones que tiene en la educacion la nueva psicologia que James habia desarrollado.

Un cordial saludo,

Izaskun Martinez
webmastergep@unav.es





1.NUEVA TRADUCCION EN LA WEB: "Mis procesos para formar opiniones filosoficas" (1903)

Hemos instalado en la pagina principal de la web del Grupo una nueva traduccion espanola de Peirce. Se trata del manuscrito "Mis procesos para formar opiniones filosoficas", de 1903, traducido por Sara F. Barrena (sbarrena@unav.es). Este texto corresponde al MS 311. La traduccion esta accesible en http://www.unav.es/gep/OpinionesFilosoficas.html

A continuacion transcribimos integramente este texto en el que Peirce describe el modo en el que llega a sus propias conclusiones filosoficas:

"Posiblemente, algunos de ustedes pueden senalar alguna discordancia entre lo que digo ahora acerca de esta materia [el objeto de las ciencias normativas] y algunas expresiones anteriores. Mas vale que explique que mis opiniones acerca de etica y estetica no son tan maduras como mis opiniones sobre logica. Mis procesos para formar opiniones filosoficas son excesivamente lentos. Creo que tengo una reputacion de poseer un intelecto vivo que no es merecida. Se veria claramente hasta que punto es asi si les describiera mi metodo de discutir conmigo mismo una opinion filosofica. Quizas podria ser util que esbozara brevemente ese metodo.

En primer lugar, intento evitar, hasta donde es posible, acometer cuestiones que parece posible que dependan de cuestiones que no haya considerado ya completamente al menos una vez. Despues pongo mi cuestion por escrito de forma tan exacta como puedo, tarea que a veces es en si misma dificil y dudosa. Una vez hecho eso anoto en los terminos mas breves, pero mas completos y exactos, cada argumento que he leido, escuchado o incluso imaginado que puede sostenerse, primero a favor de un lado de la cuestion y luego en favor del otro. Algunos de estos argumentos admiten refutaciones breves y decisivas que tambien anoto. Despues reflexiono acerca de la materia y, sin entrar en sus ventajas, expongo lo que me parece que es la naturaleza general de las consideraciones de las que deberia depender la decision, con las razones. Anado la indicacion, o a veces un exposicion completa, de otros modos de considerar la cuestion que se que han sido empleados o que podrian ser empleados de forma natural, y muestro tan claramente como puedo que peso deberia atribuirse a cada uno y por que. Frecuentemente me parece que no hay sino un modo en que la cuestion puede discutirse decisivamente, y procedo a poner por escrito los puntos de esa discusion, junto con todas las dudas que puedan surgir. Si encuentro que la cuestion depende de alguna otra que no he considerado completamente, aparto todo el asunto hasta que la otra cuestion haya sido considerada. Frecuentemente la cuestion original tomara una forma nueva y mas amplia, de modo que corrijo lo que he escrito o comienzo otra vez. O puede ser que mientras una cuestion mas amplia es sugerida y anotada, la discusion se complete en sus lineas originales. A veces encuentro indicaciones de que hay alguna otra forma de considerar la cuestion sin que yo sea capaz de formular esa otra manera. En ese caso tendre una masa de notas provisionales que pueden resultar utiles cuando llegue a comprender mejor la cuestion.

Finalmente corrijo una y otra vez, revisando cada parte del argumento tan criticamente como puedo. Sucede entonces muy a menudo que, ademas de este modo preferido de tratamiento, algunos otros merecen atencion, especialmente si resulta que tienden a modificar la conclusion. Escribo cualquier cosa que parezca que merece la pena senalar respecto a cada uno de esos modos. Vuelvo entonces a mis dos listas de argumentos escritas primero, que para este momento probablemente habran aumentado, y senalo brevemente respecto a cada una lo que parece determinar que se acepte o se rechace. Llegado a este punto, dejo a un lado mis notas y paso a otra cosa. Pero con el tiempo volvere a la cuestion original, probablemente en una forma algo diferente, y desde un punto de vista diferente. Y estoy siempre dispuesto a ser esceptico acerca del valor de mi discusion anterior. De hecho, lo que me lleva de vuelta a la cuestion es con frecuencia alguna nueva luz bajo la que veo, o sospecho, que hay alguna consideracion cuya importancia no he apreciado, y me encuentro dispuesto, y cultivo la disposicion, a considerar mi anterior discusion como inflexible y poco inteligente. Entonces rehago toda la cuestion otra vez sin consultar mis notas anteriores, de las que no guardo ningun recuerdo preciso. Una vez completado este segundo examen, saco mis notas anteriores y las compongo criticamente. Incluso donde coincidan habra a veces una ligera diferencia que bajo una consideracion cuidadosa sugerira alguna duda. Ahora bien, son precisamente las dudas lo que en esta etapa estoy tratando de desarrollar. Combinando las dos discusiones hago justicia lo mejor que puedo al problema y de nuevo lo aparto. Despues de un tiempo, usualmente un tiempo largo, la materia vuelve a aparecer por tercera vez, y entonces encuentro invariablemente que, como si dijeramos, mis ideas se han convertido en una masa mas compacta, conectada y generalizada. Vuelvo sobre mis notas una vez mas, elaboro hasta el final todas las dudas que soy capaz de resolver, y alcanzo una comprension completa de mis propias opiniones. Prefiero no tener que cargar con aquello que para ahora no este ya indeleblemente impreso en mi mente, pues ha de comenzar un largo camino de cultivo de las concepciones que hasta ahora he obtenido. Este proceso lo sigo realizando, en su mayor parte, con la pluma en la mano. Redacto mi exposicion de nuevo, omitiendo lo que parece de un valor demasiado pequeno para conservarlo. Lo critico en cada aspecto filosofico que me parece justo. Intento ampliarlo y especialmente hacer que se una de forma homogenea a otros resultados. De esa manera, exposiciones que pueden imprimirse y que a los lectores que las toman por inspiraciones momentaneas pueden parecerles del todo brillantes, para mi, que recuerdo cuantas docenas de veces las he sufrido, son bien conocidos como los monumentos a mi estupidez que realmente son".

Agradecemos a Mary Keeler (mkeeler@u.washington.edu) el habernos dado noticia de este valioso pasaje del MS 311.



2.NUEVA TRADUCCION EN LA WEB: "Los ideales de la vida": I. "Discursos a los jovenes sobre psicologia" y II. "Discursos a los maestros sobre psicologia pedagogica" (1899)

Hemos instalado en la web del Grupo una nueva traduccion espanola de William James. Se trata de la traduccion de la obra "Talks to Teachers on Psychology and to Students on Some Life’s Ideals" (Nueva York, Henry Holt, 1899). Esta traduccion fue hecha por Carlos M. Soldevila y publicada en Barcelona en 1904 en la Imprenta Henrich y Cia, todavia en vida de William James.

Soldevila dividio la obra en dos pequenos volumenes. El primero de ellos lo titulo "Los ideales de la vida (discursos a los jovenes sobre psicologia)" y esta accesible en http://www.unav.es/gep/TalksToStudents.html. Al segundo volumen le dio el titulo de "Los ideales de la vida (discursos a los maestros sobre psicologia pedagogica)" y esta accesible en http://www.unav.es/gep/TalksToTeachers.html.

A continuacion transcribimos el prefacio de James a esta obra en el que explica su objeto principal. Para el lector actual no deja de llamarle la atencion el estilo tipico de principios del siglo XX que tiene esta traduccion pero nos parece que puede interesar:

"La Corporacion de Harvard me rogo que impartiese a los maestros de Cambridge una conferencia publica sobre Psicologia. Los discursos que pronuncie accediendo a aquella suplica y que ahora os ofrezco impresos, constituyeron el fondo y la sustancia de un Curso que fue desarrollado sucesivamente en diversos lugares y ante distinto publico de maestros. He tenido ocasion de experimentar que mis oyentes gustan poco de toda suerte de tecnicismos analiticos, y que, por el contrario, lo que mas les apasiona son las aplicaciones practicas, concretas. Por este motivo he procurado en mis conferencias reducir todo lo posible lo que correspondia a aquel, dejando intacto lo que a estas se referia; y ahora, que por fin me he decidido a dar a la estampa mis discursos, me encuentro con que estos contienen el ‘minimum’ de eso que en Psicologia se llama ‘cientifico’, y son en cambio, eminentemente practicos y populares. Ya me figuro estar viendo a alguno de mis colegas sacudir la cabeza al oir semejante herejia; pero yo abrigo la creencia de que el hecho de haberme orientado con arreglo a lo que me ha parecido el sentir de mis oyentes, debia servir para que este libro correspondiese a la mas viva, a la mas genuina necesidad de mi publico.

Comprendo que los que ensenan adoren las divisiones y las subdivisiones diminutas, las definiciones, los paragrafos numerados y los epigrafes senalados con letras griegas y latinas, la diversidad de caracteres y todos los demas artificios mecanicos a que con constante progresion han ido acostumbrado su mente. Pero mi deseo principal ha sido conducirles a concebir y, si posible fuese, a reproducir simpaticamente en su imaginacion, la vida mental de su discipulo como una especie de unidad activa. El alumno no se especifica a si mismo en procesos, en compartimentos distintos. Desconoceria el sentido mas profundo de esta obra aquel que buscase en ella un libro comodo, algo como una guia Baedeker o un manual de Aritmetica. La utilidad de los libros como este mio es tanto mayor cuanto mas ponen ante los ojos del maestro joven la fluidez de los hechos, aun cuando se de el caso, no ciertamente injustificado, de que dejen sin satisfaccion un deseo intenso de un poco mas de nomenclatura, de alguno que otro epigrafe y de alguna que otra subdivision. Los lectores que conozcan mis grandes volumenes de Psicologia encontraran aqui muchas frases con las cuales estaran ya familiarizados. Hasta en los capitulos sobre la ‘Costumbre’ y sobre la ‘Memoria’ he copiado literalmente algunas paginas, pero no creo necesarias muchas excusas para este genero de plagios.

‘Discursos a los jovenes’, que son los que dan comienzo a este volumen, fueron escritos para ser leidos como conferencias inaugurales de Escuelas superiores femeninas. El primero fue compuesto para la ultima clase de la Escuela Normal de Boston. Tal vez con mas propiedad debiera integrar y cerrar la serie de los 'Discursos a los maestros'. El segundo y el tercer discurso, aun cuando colocados uno junto a otro, responden a una diversa direccion del pensamiento. Hubiera querido en gran manera que el segundo, cuyo titulo es ‘De una curiosa ceguera en la naturaleza humana’, hubiese producido una impresion mas viva de lo que produce, y esta pretension constituye algo mas que un simple alarde de sentimentalismo, como pudiese creer algun lector, pues responde a una vision bien precisa del mundo y de las relaciones morales que con el mundo tenemos. Cuantos me han dispensado el honor de leer mi volumen de ‘Ensayos de filosofia popular’ reconoceran que profeso la filosofia pluralista o individualista, y, segun ella, la verdad es una cosa demasiado grande para que cualquier mente real y efectiva, como no sea una mente ennoblecida como el ‘Absoluto’, pueda conocerla por completo. Concurren numerosas inteligencias para comprender los hechos y el valor de la vida. No existe punto alguno de vista absolutamente conocido y universal. Las percepciones particulares e incomunicables permanecen siempre en la superficie, y lo peor es que aquellos que las buscan desde fuera, nunca saben donde estan".



"No llamo ciencia a los estudios solitarios de un hombre aislado. Solo cuando un grupo de hombres, mas o menos en intercomunicacion, se ayudan y se estimulan unos a otros al comprender un conjunto particular de estudios como ningun extrano podria comprenderlos, [solo entonces] llamo a su vida ciencia". C. S. Peirce, "The Nature of Science", MS 1334, Adirondack Summer School Lectures, 1905.

La lista de distribucion [UNAV-GEP] es un servicio del Grupo de Estudios Peirceanos, Universidad de Navarra, Pamplona, Spain: http://www.unav.es/gep/ Los numeros anteriores estan almacenados en http://www.unav.es/gep/BoletinGEP.html Si desea cancelar la suscripcion envie un mensaje webmastergep@unav.es con el texto "Cancelar suscripcion".




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