6. 1. "Connaissance du Monde"

El propósito que subyace en esta asignatura es que el alumno perciba la importancia de las tradiciones arquitectónicas como una ayuda para el diseño. Una importancia creciente, porque las tradiciones se han enriquecido gracias a muchas aportaciones de los grandes, pronto difundidas, por selección natural.

Esta comprobación abarca desde el dominio de las formas ornamentales a la manipulación de conjuntos urbanos. Para exponer esta idea secuencialmente, narrarla como un proceso en un tiempo, hay que exagerar (resumir, agrupar, nivelar). Pero exagerar no es mentir : es el único modo de explicar una realidad variada. Si las realidades que se relacionan con el diseño urbano fueran complejas (como los espacios de más de tres dimensiones), admitirían una explicación sencilla. Se la pediríamos a un genio con virtudes pedagógicas. Pero estas realidades no son complejas, son variadas : es fácil conocer a los actores, es fácil comprender sus acciones, es fácil comprobar sus resultados; pero los actores son multitudes, múltiples las circunstancias, muchos los resultados. Hay que hacer caricaturas.

Me gusta insistir en que todos los niveles de fomalización reflejan el afán de presentar buena cara, conservar la reputación, lograr buena imagen, recibir la consideración de los demás; por eso afectan a las personas físicas y a instituciones. La fuerza conformadora -no necesariamente negativa- de la opinión pública (y a escala urbana, hay opinión pública) conforma verdaderamente las apariencias de instituciones y personas : les obliga a adoptar las fórmulas previstas, que logran -realmente logran (ese es el mensaje de la asignatura)- una presentación digna y amable, y muchas veces bella; empezando por el arreglo personal, o el atuendo; y afectando a los objetos de todas las escalas, la vajilla, el mobiliario, los coches, los edificios : a través de los motivos ornamentales, los esquemas compositivos, y los modelos volumétricos.

Lo que importa para esta asignatura es que la misma fuerza social que obliga a vestir de traje o utilizar un tenedor -a ser elegante- es la que exige atenerse a los tipos de iglesia, palacio o teatro.

the city as last step in design

Hemos advertido que el primer modelo europeo de edificio propiamente dicho es la catedral o iglesia grande. Luego se han constituído (nunca por entero) los diversos géneros de palacios. Finalmente, se ha acuñado una forma reconocible para ciertos edificios públicos de usos peculiares, que denominamos tipos.

Un paso más : desde los inicios de la ciudad se crearon ámbitos abiertos, más o menos regulares. En la escala urbana, el diseño no depende de la genialidad del diseñador.

El urbanismo del siglo XIX no fue obra de Napoleon III, ni menos de Haussman. Los factores y actores fueron muchos; fueron muchas las fuerzas; y sólo cuando fue posible hacerlas coincidiry coordinarlas, fue posible plantearse un diseño urbano. Y por eso, solo a mediados del siglo XIX, con la consolidación de los gobiernos centralizados (capaces de emprender y financiar), una opinión pública condescendiente (informada e interpelada por la prensa diaria), una suficiente máquina burocrática (que ejecutaba y controlaba), y técnicos especializados (en escuelas especializadas y politécnicos) fue posible operar quirúrgicamente y manosear con energía las viejas ciudades desarticuladas para darles forma urbana : "hacer" "grandes" ciudades : estructurarlas (no se pudo), y dotarlas de buena cara.

De ese esfuerzo surgieron las "ciudades" de la Europa de las capitales : París, Viena, Praga, Budapest, Londres, Madrid.

En su mayor parte, la operación consistió en abrir surcos y huecos, heridas de un tamaño nunca visto en el caserío preexistente. Serían los espacios públicos, para las personas públicas, más numerosas y ricas que nunca, selladas por el prejuicio burgués del "qué dirán" : el inapelable compromiso de guardar las formas, y exigir de los demás el mismo trato respetuoso.

Y, por encargo directo o indirecto de esa burguesía, los arquitectos de las primeras generaciones de las escuelas, recientemente fundadas, tomaron medidas y vistieron las avenidas, los paseos y las plazas con fachadas importantes y uniformes (o no inconformes), atentos a ordenanzas recién estrenadas. Ese entramado se jalonaba con muy numerosos edificios públicos (la mayor parte construidos entre 1870 y 1920), y en él quedaron engastados los importantes monumentos antiguos (unas pocas iglesias, puertas y palacios).

Las autoridades públicas garantizaban que, en esos espacios públicos, se podría hacer vida pública : permanecerían secos (con saneamiento), limpios (servicios regulares de limpieza), iluminados (con gas), cómodos (asfaltado y aceras), y seguros (policía urbana diurna y nocturna).

the real image of a CAPITAL

la silueta reconocible

En el medioevo, las ciudades adquirieron una imagen externa, una silueta característica, gracias a construcciones altas : murallas, castillos y campanarios de iglesias.

la planta distinguible

El desarrollo de la artillería obligó a bajar esas construcciones, y en concreto el perímetro, a ras de suelo : hubo que moderar cualquier elemento excesivamente sobresaliente.

En torno a muchas ciudades europeas, situadas en territoros fronterizos (las fronteras "naturales" oscilaron 300 kilómetros), creció una gigantesca coraza de fortificaciones, construcciones grandísimas de líneas sencillas y de geometría muy acusada; de este modo, en lugar de silueta externa, muchas ciudades europeas adquirieron una figura reconocible en planta.

  • ciudades fortificadas

los inconfundibles escenarios urbanos

Además de eso, desde el mismo nacimiento de la ciudad, siempre se intentó organizar y diseñar en alguna medida los espacios públicos; pero, en general las actuaciones esporádicas constituían lugares que nadaban en una extensión invertebrada; ajustada a las singularidades del terreno, y agrupada a lo largo de los caminos antiguos.

Roma es una formidable ejemplo, y también una excepción, pues está abarrotada de monumentos, y con espacios abiertos y perspectivas diseñadas ex profeso.

Y otro ejemplo es Venezia. Venezia posee una forma propia : porque los canales son muchos más amplios que las callejas, y las fachadas son mucho más importantes.

las ciudades de papel

Las piante. Estas ciudades se publican por medio de planos, que con frecuencia adoptan una semiperspectiva o una perspectiva caballera, más o menos deformada.

Las guías urbanas. La mayor parte de las guías están concebidas para ser leídas con detenimiento; y las leen también personas que jamás visitarán esas ciudades, pero que se interesan por sus elementos, y a veces imágenes, más peculiares. La principal casa editorial europea fue (y todavía perdura) Baedecker.

Los diorama. Esas las ciudades se pintaban en grandes lienzos, y se exhibían en edificios especiales : donde el expectador permanecía en el centro, y a su alrededor, para dar la impresión de paisaje, se extendía el lienzo circular : los Panorama, Cyclorama, Diorama, etc., iniciados a fines del XVIII, en Inglaterra y popularizados luego en Estados Unidos y Europa Continental; son habituales desde mediados del XIX.

las ciudades y souvenirs

En la segunda mitad del siglo XIX, las capitales, con un crecimiento desmesurado (la superficie se multiplicó por 10, en general), perdieron cualquier asomo de forma externa. Sin embargo esas ciudades -un caos creciente que se intentaba vanamente límitar- recibieron por primera vez en la historia su imagen urbana : una imagen interna consistente, es decir memorizable.

Las fachadas se sobreponían a callejuelas infectas y construcciones ruinosas, y hacían olvidar los informes suburbios; "conducían" con sentido y encauzaban el tránsito y la mirada hacia monumentos significativos, antiguos o nuevos : los puntos dignos de postal. De este modo, el ciudadano, y más todavía el visitante, aprendía a "orientarse" : "conocía" la ciudad; una expresión sorprendente.

Son las ciudades compuestas por imágenes que "salen" en las revistas ilustradas.

Y más tarde se popularizan en postales. Las postales llevan ilustraciones desde la década de 1870, cuando se editan principalmente con ocasión de las Grandes Exposiciones, y comienzan a considerarse como recuerdos.

Y son las vistas que recogen los álbumes de reproducciones, e ilustraciones : los portfolios.

las ciudades en la literatura

Porque una ciudad era algo que se podía conocer (una forma memorizable, reconocible); y una ciudad era algo que poseía también una fisonomía moral : un carácter, que exhibían sus numerosas caras; y ese carácter sería verbalizable : atraería a los escritores; y, por tanto, las ciudades se convierten en literatura. París de Balzac, Londres de Dickens; o, mucho después, el Madrid de Benito Pérez Galdós, La Habana de Alejo Carpentier, Buenos Aires de Jorge Luis Borges.

FRAGMENTAtioN

Es importante darse cuenta que en la historia del diseño no hay más escalas. Muchos de estos escenarios urbanos se han desmontado en la segunda mitad del siglo XX, por el exilio de la actividad social a otros puntos mejor preparados, con el consecuente traslado de la población más adinerada al extrarradio, y la tugurización de muchos núcleos.

Su diseño se ha desfigurado por la construcción de edificios con materiales de color y texturas discordantes, con un diseño fachada incogruente con su entorno, una silueta incómoda, y sobre todo un tamaño -anchura, altura, huecos- muy superior al tradicional.

Por necesidad perentoria, los poderes públicos han asegurado la supervivencia de los ciudadanos, el tráfico, y su comodidad en los espacios abiertos, los lugares de esparcimiento. Y desde el último cuarto del siglo XX se han empeñado en salvar los restos de la ciudad del XIX que permanece en el corazón de las ciudades contemporáneas.

Salvo contadas ocasiones, como New York (con la península de Manhattan), la ciudad se identifica con imágenes aisladas (sin entorno), desconectadas de la realidad física (tamaño), y fácilmente transmisibles por fotografía, cine, televisión e internet (superficiales, en el sentido estricto de la palabra) : y en todo caso, muy llamativas.

Muchas ciudades son un solo edificio, como la Ópera de Sidney o el Guggenheim de Bilbao (y en cierto modo, el Parthenon de Atenas).

Para "todos nosotros" no hace falta más; globalmente, no podemos dedicarles mayor atención.

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

VIII. Building Types

09. CAPITALES DE EUROPA

Conocer Mundo
London. La Cabeza del Imperio
Berlin. La Majestad Imperial
Wien. La Grandeza Austríaca
Budapest. La Segunda Capital
Munchen. Centro del Arte
Francfurt. Centro del Negocio
Bruxelles. La nueva Bélgique
Saint Petersburg, a lo lejos
Washington: una capital europea
otras grandes ciudades
 
top
Home Escuela de Arquitectura Home Universidad de Navarra