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Eugenio d'Ors
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SERIES DE PRENSA DEL GLOSARIO
GLOSARIO en La Libertad
Eugenio d'ORS, «Glosario», La Libertad, Madrid (7-I-1920—21-XII-1922)          

 
Cuando el cuerpo pide dialéctica (Sócrates y la chiquilla / El nuevo enemigo / Nadar y volar / Un ingeniero / Grande y pequeña velocidad / El secreto de Inglaterra / A los nuevos ricos) (30-VI-1921, pp. 1-2)            
Sócrates y la chiquilla(1)
Así la chiquilla de la portera, que, en cuanto el callejero piano de manubrio lanza a los vientos los primeros compases, ya anda bailando, dale que le das, en el fondo de la entrada, con la primera amiguita que encuentra a mano, y si no, con la ligera silla, y si no, con el bastidor de bordar, así Sócrates, para darse, ardiente, a danza dialéctica, no espera, como señorita de salón, morosa, que le saquen a bailar.
El socrático imita esta flaqueza o, si queréis, esta virtud. Todo le sirve para compañía del baile, hombre, mujer, silla o bastidor. Es, sencillamente, que el cuerpo le pide dialéctica.
Por esto es costumbre que al dialéctico de vocación le den tantos chascos.
El nuevo enemigo(2)
Alguien hubo de repetir anoche, ante nuestro Octavio de Romeu, la afirmación corriente de que la moderna sociedad, a pesar de todas sus apariencias de refinamiento perverso, ha sido incapaz de inventar un nuevo pecado. Es una afirmación que a D. Juan Valera, por ejemplo, le gustaba mucho.
—Esto es verdad, concedía Maestro Octavio; pero lo que sí me parece haber inventado la sociedad moderna es un nuevo enemigo del alma.
—¿Un nuevo enemigo del alma, además de los tres que nos enseña el Catecismo?
—Un enemigo distinto que aquel en el Catecismo llamado «la Carne»; peor que «la Carne». A éste le podríamos designar así: «Epidermis»… Ya me entendéis, ¿no es cierto?… Los enemigos del alma, en el turbio mundo del día, son cuatro: Mundo, Demonio, Carne y Epidermis.
Nadar y volar(3)
Nadar y volar, los dos supremos deportes. Aquellos en que encuentran ensanche más lejano y magnífico los límites fatales de la naturaleza humana.
¡Volverse pez, ave! ¡Perder la tierra de vista, a lo lejos, o abajo! ¡Ah, embriagueces de vida intensa!
De los dos supremos deportes, el de volar es el más nuevo y el que mejor hiere a las imaginaciones populares, tanto por la cantidad de riesgo como por la previsión de utilidades. Pero hay, en la natación como deporte, más pureza y más belleza aún.
Más pureza, más belleza, porque la natación la realiza el hombre sin aparato.
Volar con avión o dirigible puede compararse a navegar en navío. Pero el nadar es cosa que no encontraría equivalencia sino en volar con el cuerpo solo.
Un ingeniero(4)
Mi amigo el ingeniero, hombre de mente y de ademanes perentorios, me asegura que también le gusta la filosofía:
—Cuando he trabajado mucho y tengo la cabeza fatigada de cálculos, tomo un libro de filosofía para distraerme.
Y cuando dice «tomo un libro», dibuja con la mano en el aire un gesto así, como si se agarrara al pasamano de un tranvía eléctrico en marcha para saltar a su plataforma.
Grande y pequeña velocidad(5)
Hay una manera de vivir que no me gusta. Aquélla en que los acontecimientos más interesantes son como palos telegráficos ante ojos de viajero de expreso.
Andar de prisa, nada tan agradable. Ser arrastrado de prisa, nada tan desagradable. Si tu auto corre mucho, haz de chofer tú; es la única manera de alcanzar la sensación de que el movimiento viene de ti.
También en las revoluciones, si uno quiere gozar un poco, debe hacer de chofer.
El secreto de Inglaterra(6)
Veinticinco años pasó el continente tratando de imitar a la sombrerería inglesa, sin lograrlo. A los cinco lustros descubrióse, por fin, el magno secreto: los sombreros ingleses eran sombreros como los de todas partes; sólo que eran más anchos. Bastaba, pues, que Cristobalito buscase un fieltro a la medida de Cristobalón, para que Cristobalito resultara tocado a la inglesa.
Solución semejante tiene otro problema, en que el continente quiere, también en vano, remedar la elegancia inglesa. Se refiere al que llamaríamos, en lenguaje de bazar de París, «rayon de garçonnets» ¿Cómo el Henriot francés, o el Beppo italiano, o nuestro Paquillo, alcanzarán en el atavío el sello y prestancia de un colegial de Eton? La respues­ta, una vez revelado el secreto, es sencilla. Simplemente, adaptando las maneras de vestir de las personas mayores y reduciendo las medidas.
En política —otro «rayon»— parece hoy descubrirse algo análogo. ¿Cómo imitar, preguntábanse muchos, a los políticos ingleses?… Puestos a prueba, puesto a prueba todo el mundo, ha resultado que los políticos ingleses eran políticos como todos los demás. Sólo que tenían más dinero.
A los nuevos ricos(7)
«Vive como si debieses vivir siempre, y a la vez, como si debieses morir mañana». Este proverbio árabe está lleno de sabiduría.
Había un hombre opulentísimo en Bagdad. Visitóle un santo para decirle:
—Hombre rico, tú vives como si debieras serlo siempre. ¿Pero quién te dice que algún golpe de la fortuna no te reduzca, mañana mismo, a la pobreza?
El hombre opulentísimo, sin decir nada, tomó la mano del santo y le condujo a una habitación pequeña y desnuda, situada en el rincón más esquivo del palacio suntuoso.
—Ésta es mi habitación, susurró, al llegar allí, al oído del santo.
Entonces éste comprendió que se encontraba ante un hombre de fina discreción. Que vivía así como si debiera ser siempre rico, y a la vez, como si debiera volverse pobre al día siguiente.
Gastad, nuevos ricos. Es vuestro derecho, y acaso, acaso, vuestro deber. Pero, entre factura y factura, pensad en la revolución.

(1) Publicada originalmente en catalán, con el título «Sócrates i la ninona», en La Veu de Catalunya, 12-V-1917, p. 1.
(2) Publicada originalmente en catalán, con el título «L'enemic nou», en La Veu de Catalunya, 6-X-1917, p. 6.
(3) Publicada originalmente en catalán, con el título «Nedar i volar», en La Veu de Catalunya, 8-X-1917, p. 9
(4) Publicada originalmente en catalán, con el título «L'engenyer canadenc», en La Veu de Catalunya, 11-IX-1917, p. 6.
(5) Publicada originalmente en catalán, con el título «De pressa, de pressa», en La Veu de Catalunya, 13-XI-1917, p. 5.
(6) Publicada originalmente en catalán, con el título «El secret d'Anglaterra», en La Veu de Catalunya, 26-X-1917, p. 5.
(7) Publicada originalmente en catalán, con el título «Als nous rics», en La Veu de Catalunya, 3-XII-1917, p.

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Última actualización: 1 de abril de 2009