2. 2. A Preface for me

Este es el simpático Prefacio que Gombrich escribió para mi libro Gombrich, Una teoría del Arte, Barcelona. 1991

Lo coloco aquí como Prefacio a la entera Página Web.

PREFACe of E. H. GOMBRICH

En un famoso paso de la comedia de Moliere, Le Bourgeois Gentilhomme, Monsieur Jourdain descubre asombrado que durante toda su vida ha hablado en prosa. Gracias al profesor Lorda, y a otros amigos de muchas partes del mundo, he descubierto que también yo he escrito en prosa durante más de medio siglo. Si mis escritos fueran poesía, no se habrían traducido a tantas lenguas, ni estudiado e interpretado por colegas de tan distintas formación y tradiciones. Se dice con frecuencia que la poesía representa aquella función del lenguaje que rechaza traducirse. Yo añadiría algo más, y sugeriría que resiste igualmente la paráfrasis. Sus significados residen no sólo en las palabras, sino también en las imágenes que evocan, en sus sonidos y ritmos. Y, si se suprimen, no pocas veces el sentido se desvanece.

No me gusta hablar de generalidades, y desearía ilustrar este punto citando algunos versos, que tomo de una antología de poesía española; se trata de un poema de Francisco de Quevedo y Villegas :

En crespa tempestad de oro undoso
Nada golfos de luz ardiente y pura
Mi corazón, sediento de hermosura,
Si el cabello deslazas generoso.

Cuesta creer que, llegado el caso, el poeta consiguiera explicar a Sancho Panza cuanto se significaba en estas líneas. Mejor le sería, tal vez, decir sin más que le gustaba el pelo de su amada. Parece impertinente citar ejemplos de escritos sobre arte, aunque no costaría mucho encontrar pasajes que alaben a El Greco, Velázquez o Goya, de un modo que desconcertaría igualmente al prosaico compañero de Don Quijote. Ciertamente, tampoco faltan dificultades al traducir o hacer paráfrasis de un texto en prosa. No obstante, acertar aquí es un asunto de más o menos : un trabajo científico sobre química o física se traduce con facilidad a cualquier lenguaje que disponga del vocabulario imprescindible; por el contrario, la narración de los recuerdos de infancia se relaciona tan estrechamente con las particularidades de la lengua materna del autor, que pondrá en un aprieto a cualquier traductor.

Me ha tocado cambiar mi alemán nativo y adoptar el inglés; y sé bien que rara vez se dan equivalencias exactas : muchas palabras y expresiones dependen de tradiciones culturales que no son de ninguna manera universales. Y si a mi traductor francés le confunde la noción de "hobby horse" (caballo de juguete), quizá mi traductor chino no halle en su vocabulario una palabra para designar el emblema. Sin embargo, a diferencia del que traduce poesía, el intérprete no tiene porqué desesperarse. Ordinariamente, incluso cuando no obtenga equivalentes exactos, conseguirá explayar qué se dice y, aun a costa de la elegancia estilística, su paráfrasis cobrará sentido.

Quizá sucede así con mis escritos sobre arte. He medido mis palabras buscando su sentido antes que sus efectos poéticos. No faltará quien piense que semejante actitud no se adecúa al misterio del arte, que merece celebrarse en términos exaltados. Es verdad que el arte se nos presenta con un halo de misterio, pero sucede lo mismo con la naturaleza. La belleza de las rosas ha suscitado muchos poemas; y con todo, los libros de botánica, para dar información y exponer las teorías e hipótesis que ha revelado el estudio de las plantas, deben escribirse en prosa. Sienta personalmente lo que sienta ante una gran obra de arte, en mis escritos intento siempre formular ideas, ideas que sobrevivirán a su traducción o paráfrasis.

La naturaleza de las cosas no me deja averiguar hasta qué punto he logrado mi ambición; jamás supe japonés, ni turco, ni finés, ni hebreo; incluso, por desgracia -he de confesar la amarga verdad- mi conocimiento del castellano no me permite juzgar si en todo momento se ha recogido exactamente lo que yo quería decir. Pero, en el caso del profesor Lorda, me fío de que, por encima de la barrera del idioma, me ha comprendido. Me ha conmovido su esfuerzo por parafrasear las hipótesis que ha encontrado subyaciendo en mis escritos, y no tengo duda de que lo ha logrado. Mi confianza se basa en una agradable experiencia : he encontrado en nuestra correspondencia, que comenzó en 1987, que ha entendido el sentido de mis chistes, tanto como yo he apreciado el humor de sus cartas. Ninguna prueba mejor de una conjunción de inteligencias.

Londres, Julio de 1991

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

Gombrich's ideas

2. A historic historian

2. 1. Gombrich and us
2. 2. A Preface for me
2. 3. Intelectual biography
2. 4. Theorical intention
 
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