UN SISTEMA DE LÓGICA


Charles S. Peirce (1870)

Traducción castellana de Daniel Otamendi (2008)




Este texto, correspondiente al MS 723, fue redactado por Peirce en 1870. En él afirma que el estudio de la lógica debería comenzar con el silogismo, y que los términos y las proposiciones deberían estudiarse después. Realiza además algunas observaciones sobre la concepción de la lógica de Duns Scoto y de Aristóteles.

 

Capítulo I. El Silogismo

§1. Por qué empezamos con el Silogismo

La causa de la existencia de la lógica ha sido, como hecho histórico, un deseo de tener una ciencia para probar las inferencias. Que la lógica sirva a otros fines, y que sea susceptible de una definición más alta, lo admito; pero no puede ser entendida así desde el principio.

Antes de Aristóteles, la lógica consistía en un método inductivo para alcanzar definiciones, y una gran cantidad de sofismas. El primero era un modo de trazar inferencias de modo que fueran ciertas. Y, ¿cuál era el interés de esos sofismas? Probar, tal vez, que las cosas eran autocontradictorias. Pero hasta aquí no habían creado ningún conocimiento lógico; sólo cuando el interés pasó a ser probar la suficiencia y validez de las formas de pensamiento adoptadas, se hizo a la vez necesario tener una ciencia del silogismo. Supongo que debe haber ocurrido que las consideraciones sobre tales sofismas ayudaron a la creación de la teoría aristotélica del silogismo. Hasta acá esto es un recuento cierto del origen de la lógica, originado en el deseo de formar una teoría de la inferencia.

Pero, como muestra Duns Scoto1, cualquier cosa de la que se ocupe la lógica además de las inferencias, es decir, proposiciones y términos, son sólo partes de los silogismos, y la lógica se ocupa de ellos por su referencia al silogismo ¿Por qué es el tratamiento gramatical de las proposiciones tan distinto del tratamiento lógico? Meramente porque la lógica considera sólo aquellas diferencias entre proposiciones de las que dependen diferencias entre silogismos. La lógica no dice nada sobre las oraciones interrogativas, imperativas y optativas que son de importancia fundamental en la teoría general de las proposiciones; pero por otro lado, a las distinciones entre afirmativas y negativas, universales y particulares, que difícilmente tienen importancia en gramática, se las deja tener la más alta importancia en lógica. La razón evidentemente es que las preguntas, las órdenes y los deseos no pueden formar parte del silogismo, mientras que la diferencia entre un silogismo válido y uno inválido a menudo dependerá de la diferencia entre una [proposición] universal y una particular, o sobre una entre una proposición afirmativa y una negativa. Lo mismo puede ser dicho de los términos. Los principios de extensión y comprehensión, distintividad y confusión, que la lógica considera, son de importancia relativa a la teoría de las inferencias, mientras que las distinciones entre nombres y adjetivos, nombres compuestos y simples, singulares y plurales, junto con las innumerables distinciones de verbos que la lógica omite, no tienen relevancia aparente sobre la inferencia.

Con esta convicción, creo que es totalmente erróneo tratar las proposiciones y los términos antes que el silogismo; puesto que no se deben introducir distinciones de proposiciones y términos que la teoría del silogismo no requiera, ninguna debería introducirse antes que la teoría del silogismo haya mostrado su necesidad.

§2. Sobre las Características Esenciales de un Argumento

Durante el siglo trece se puso en uso una forma de argumento diferente del silogismo, que fue llamado consequentia y merece alguna consideración. Aquí les presento un ejemplo real de tal argumento, que copio de Duns Scotus, y que utilizaré como texto para una explicación. Es un argumento para mostrar que el tema del libro de Aristóteles sobre las categorías no son las diez categorías, y que se basa en el supuesto de que es una obra de lógica. Yo abrevio un poco el argumento.

De istis est scientia realis; non ergo Logica. Consequentia patet per Aristotelem 3. De Anima, cont. 38. Scientiae secantur, ut res; sed Logica est diversa ab omni scientia reali; ergo subiectum eius a subiecto cuiuslibet scientiae realis est diversum. Probatio antecedentis; quia de istis determinat Metaphysicus, ut patet 5 Metaph. cont. 14. et inde, et 7. Metaphysicae, cont. 1. et inde.

Esto debería traducirlo como sigue: una ciencia real se ocupa de las diez categorías; la lógica, por lo tanto, no lo hace. La consecuencia (la validez del lazo entre antecedente y consecuente) aparece de lo que dice Aristóteles en el Libro III del De Anima, Contexto 38. "La división de las ciencias se sigue de la división de los objetos con los que se relacionan". Ahora, la lógica es distinta de cualquier ciencia real, y consecuentemente su tema es distinto a aquellos de cualquier ciencia real. Prueba del antecedente: la metafísica se ocupa de las diez categorías, como se sigue de dos pasajes de Aristóteles.

Se percibirá que esta forma de presentar un argumento supone que un argumento se compone de un antecedente o premisa, y un consecuente (consequens) o conclusión; mientras la validez del argumento depende de la verdad de un principio general llamado consecuencia (consequentia).

 


Notas

1. Super Universalia, Quaestio 3. Scoto mantiene que el objeto [de estudio] de la lógica es el silogismo [Nota de CSP].

 



Fin de "Un sistema de lógica" (1870). Fuente textual en MS 723 y W2.430-432.


Una de las ventajas de los textos en formato electrónico respecto de los textos impresos es que pueden corregirse con gran facilidad mediante la colaboración activa de los lectores que adviertan erratas, errores o simplemente mejores traducciones. En este sentido agradeceríamos que se enviaran todas las sugerencias y correcciones a sbarrena@unav.es.



Fecha del documento: 10 de febrero 2008
Ultima actualización: 27 de febrero 2011

[Página Principal] [Sugerencias]