Carta de Charles S. Peirce a su madre Sarah Mills
(Roma, 14.10.1870)



Esta carta desde Roma, fechada el 14 de octubre, fue dirigida por C. S. Peirce a su madre, ya que su esposa Zina había zarpado de Nueva York hacia Europa el 13 de octubre junto con Benjamin Peirce y otros observadores del eclipse.

El original se conserva entre los Charles S. Peirce Papers en la Houghton Library (MS Am 1632, L 341) de la Universidad de Harvard. La reproducción digital de la carta ha sido hecha a partir de la fotocopia disponible en el Peirce Edition Project. Para la transcripción se ha tenido en cuenta la que preparó Max Fisch [VBla(4)#3], accesible también en Indianapolis.
Letter transcription
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Roma 14 octubre 1870

Querida madre —¡Si en casa pudierais tener la más ligera idea de cuánto significa para mí la más mínima noticia de cualquiera de vosotros, y especialmente de ti, querida madre! Jem ha sido muy amable al escribirme y he correspondido de la forma más ingrata. Dile, a pesar de todo, cuánto he pensado en sus cartas. Pero tengo muy mala mano para la correspondencia1.

En algunos aspectos Roma parece un lugar insignificante después de Nápoles, pero es maravilloso lo mucho que hay aquí para ver. No vale mucho como ciudad, pero es la ciudad del Alma2 —creo que así la llaman, ¿no? El rey de Italia tenía la mejor oportunidad posible para pactar con el Papa. Francia no podía interferir; Austria precisamente acababa de pelearse con el Papa y estaba muy ansiosa

por estar en buenas relaciones con Italia. ¡El Papa fue llevado al absurdo de pedir ayuda a Prusia! Bajo esas circunstancias, si yo hubiera estado a la cabeza del gobierno italiano, hubiese tratado implacablemente al Papa. Primero, le hubiese hecho entender que el Vaticano es el palacio estatal de Roma y que debe pertenecer al poder gobernante, y que él tiene iglesias suficientes para concedérselas a sí mismo y a su gente. Segundo, le hubiese notificado que la usual prerrogativa de los reyes de nombrar a los obispos de su país no se abandonaría en el caso de Roma. Tercero, le hubiese dicho que nadie podría ser obispo de una ciudad italiana y vivir en otra parte. Considero que estas propuestas habrían encontrado suficientes defensores entre los sacerdotes por razones prácticas, y habrían equivalido a una reforma de la iglesia en Italia. Pero Víctor Manuel negoció con el Papa de una manera débil. Le autorizó


el gobierno municipal de la pequeña porción de Roma en el mismo lado del Tíber que el Vaticano, y la consecuencia es que el Papa, cuyos nuevos actos son cada vez más absurdos que los anteriores, ¡ha cerrado todas las colecciones vaticanas!3 Pero aunque el Vaticano esté cerrado hay todavía tanto que ver en Roma que esta mañana dudaba (ya que como ayer llovía y yo no estaba bien, no vi nada) de si contratar un guía, de modo que no perdiera tiempo en mi recorrido. Al final decidí no hacerlo y pienso que hoy he tenido mucho éxito aprovechando cada momento. No he comenzado hasta tarde, alrededor del mediodía. Entonces he ido primero al Palazzo Doria, donde está la mayor colección de pinturas de Roma. La mayor parte de ellas me han parecido poco interesantes. He recorrido esa galería y después he ido al Palazzo Barberini (parando por el camino para ver una fuente maravillosa4). Allí hay una galería pequeña, pero interesante. Primero he visto, en un salón privado del palacio por el que pasaba, algunos buenos frescos. En la galería he visto en primer lugar la célebre pintura de Beatrice Cenci por Guido Reni5, junto con unos interesantes retratos de su madre y de su suegra6. Después la célebre Fornarina de Rafael.

 

Luego un cuadro de Rafael Mengs de una de sus hijas. Luego un curioso cuadro de Albrecht Durero de Cristo entre los doctores7. Había algunas otras pinturas que eran indudablemente interesantes para los expertos. Después he tomado un coche y me ha llevado al Foro y de allí al Coliseo. Me he quedado atónito al ver lo destruido que está ese anfiteatro. Es una mera cáscara. Apenas queda nada de él o más bien [queda] una gran cantidad, pero una proporción muy pequeña del conjunto original. Todas las ruinas que veo me hacen pensar más en aquellas que vi en Siracusa, que ciertamente están muy bien conservadas. Yo pensaba que lo que hacía las ruinas era "la mano del tiempo", pero no es otra cosa sino el que sean usadas como canteras. Del Coliseo me he dirigido a la iglesia de Santa María Mayor. Esta iglesia es una de las más grandes y bonitas de Roma. ¡Fue construida originalmente alrededor del 350 D. C.! ¡Bastante antigua! Pero, su efecto general, tal y como está ahora, corresponde al trabajo que se hizo cien años después. Es muy rica y bella. Hay allí una pintura de la Virgen que dicen que fue pintada por San Lucas. Me ha impresionado mucho esta iglesia. Antes de ir a esta iglesia había estado en el Laterano8. Después fui al foro de Trajano, donde, entre otras antigüedades, está la Columna Trajana9. De allí me dirigí por el Ponte Sisto a San Pedro. Me impresionó y me reanimó mucho. Es en verdad maravillosa y grande. Pero no iguala a la Catedral de Salisbury.

 

 

 

[Croquis del recorrido por Roma
el 14 de octubre de 1870]



Hay una ausencia de creencia verdadera en San Pedro. Es todo apariencia10. Me confirmó sin embargo en la idea de que St. Paul en Londres es realmente una iglesia muy bonita. Son el enorme tamaño y las proporciones perfectas de San Pedro lo que le impresionan a uno. Aparte de eso no hay nada grande acerca de ella. Después de San Pedro he ido al Pincio, que ha sido famoso como parque durante aproximadamente 2000 años. Allí he visto muchos hermosos carruajes y, después de pasear por allí un buen rato y de admirar la vista11 y los alrededores, he vuelto a mi hotel a cenar. Pienso que he visto mucho en seis horas. El secreto de los hoteles europeos

 

es seleccionar el hotel únicamente por sus habitaciones confortables y no tomar nunca ninguna comida en el hotel, ni siquiera el café de la mañana12. Aquí, un café, pan y huevos cuestan por la mañana en un café 1.15 francos, y lo mismo, no mejor, en el hotel cuesta 2.50. En el hotel la cena cuesta 8.50 francos; en un restaurante puedo conseguir una cena mejor por 4 francos. He estado leyendo mucho a Balzac13 y me parece que es uno de los mayores escritores de todos los que alguna vez han escrito, pero pienso que sus defectos son muy evidentes. Primero, tiene una devoción apasionada por la iglesia católica y por los Borbones, y considero ambas muy poco filosóficas. A continuación, pienso que tiene siempre una tendencia a mirar la vida con un ojo demasiado cínico. Tercero, su Comédie Humaine se refiere sólo al carácter francés. Cuarto, pienso que su capacidad de analizar los caracteres humanos, aunque buena, no es muy grande; su grandeza reside en su capacidad descriptiva. Quinto, como novelista falla al no interesar nunca mucho al lector en ninguno de sus personajes; es todo un mero estudio sin simpatía hacia su Dramatis Personae14. Sexto, no creo que la gente sea tan egoísta como él piensa; creo que es mera teoría y no observación por su parte15.



Tuyo afectuosamente,
C. S. P.

 


Notas

 

1. No se conserva la carta que aquí se menciona de su hermano Jem. Charles S. Peirce lo despidió en Londres y le escribió desde Berlín el 30 de julio, desde Dresde el 11 de agosto y desde Pest el 25 de agosto. Probablemente al final del verano debió de regresar a la casa familiar en Cambridge.

2. La denominación de Roma como "City of the Soul" fue popularizada por el poeta Lord Byron (1788-1824) en su poema "O Rome! My Country", incluido en su "Childe Harold's Pilgrimage", y se convirtió en un cliché de los poetas del siglo XIX [Fuente: Wikiquote].

3. Llama la atención que la hostilidad de Charles S. Peirce hacia el pontífice Pío IX parece ser, sobre todo, porque ha cerrado el acceso a los turistas a las colecciones vaticanas a raíz de la ocupación de Roma por parte del ejército italiano de Víctor Manuel II. Peirce, de conformidad con las enseñanzas recibidas en su infancia y juventud en Nueva Inglaterra, se siente profundamente anti-romano.


Philippe Benoist, Rome dans sa grandeur, 1870

Philippe Benoist, Rome dans sa grandeur, 1870

4. Se trata muy probablemente de la Fontana de Trevi, muy próxima al Palacio.

5. En la actualidad ese retrato de Beatrice Cenci se atribuye a Elisabetta Sirani (c.1662).

6. Según los datos disponibles, Guido Reni fue "un soltero empedernido y vivió con su madre hasta la muerte de esta". Probablemente C. S. Peirce pensó que el cuadro de esa anciana era el retrato de la suegra.

7. Actualmente en el Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid.


 

8. Muchos años después, en un manual sobre la escritura de la lengua inglesa (MS 1180) Peirce anota: "Recuerdo en Roma, en 1870, un obelisco egipcio, cubierto de jeroglíficos, coronado por una cruz dorada y apoyado en una base con una inscripción de Trajano. Este monumento me gustó mucho, como un epítome de Roma. Probablemente, así es la vida, la cruz haya sido eliminada por aquellos a quienes les ha parecido bárbaramente ahistórica. No fueron conscientes de que su propio modo de proceder era bárbaramente desconsiderado con la historia. Yo no lo habría restaurado, pero por su remoción habla el espíritu de una nueva fase histórica de la Ciudad Eterna. La grafía inglesa es como Roma: es un compuesto histórico de los más heterogéneos elementos. Es a menudo absurda; pero esa misma absurdez es de valor para nosotros. Destruir Roma y hacerla reconstruir por un arquitecto de Chicago iría menos en detrimento de los más altos intereses de la raza humana que reformar la grafía inglesa para hacerla completamente fonética. Lo primero no sólo ejercería una terrible violencia sobre nuestros sentimientos, sino que, sin duda, afectaría al desarrollo estético del mundo. Pero incluso esto, no sería tan malo como privar a la lengua inglesa —pensamiento escrito—, no diremos de su vestido, pues esta sería una metáfora muy inadecuada. Intentar revolucionar la grafía inglesa mientras se deja intacto el pensamiento anglosajón sería como intentar quemar la celulosa de una rosa mientras se deja su color, su belleza y su significancia...".

La inscripción al pie del obelisco parece ser de Constantino, no de Trajano, como recuerda Peirce. Hay que tener en cuenta que en Roma hay ocho obeliscos del antiguo Egipto y cinco de la antigua Roma: es la ciudad que más obeliscos tiene del mundo.


Obelisco de Letrán, Roma
[Fuente: Wikipedia]


Interior de la Basílica de San Pedro
Fotografía de Giorgio Sommer, c. 1870

 


9. Puede verse aquí el pie de la Columna Trajana en 1860.

10. La reacción de Peirce ante la Basílica de San Pedro refleja bien el prejuicio antipapista de Nueva Inglaterra. Cuando en noviembre de 1873 William James visitó Roma por primera vez describió así San Pedro en una carta a su padre:

"El edificio —es decir, su esqueleto— es uno de los actos titánicos de la mente humana; pero apesta tanto en cuanto sostiene ahora la negación del Evangelio al que pretende servir, que es un monumento perfectamente explosivo del orgullo humano, la insolencia, la presunción o cualesquiera otras palabras que expresen la transgresión de 'aquellos límites que todos debemos respetar' que por el momento me sentí completamente como Martín Lutero o cualquier otro fanático evangélico moderno que vea en Roma la encarnación de Satán". Carta del 30 de noviembre, The Correspondence of William James, vol. IV, p. 462.

 

 

11. Puede verse a la derecha una imagen de la vista de Piazza del Popolo desde el paseo del Pincio en un grabado de la época.

12. No sabemos en qué hotel se alojó, pero probablemente era en alguno próximo a la Piazza di Spagna, quizás en el Hotel de l'Europe donde se alojará con su familia en la siguiente estancia.

13. En la carta de 4 de septiembre desde el Helesponto escribía ya: "Alguien en Constantinopla me dio un volumen de Balzac que contiene Honorine, etc. Nunca antes había leído nada suyo y lo estoy disfrutando mucho. ¡Ojalá tuviera más volúmenes además de ese! ¡Qué conocimiento de la naturaleza humana!".

14. Con esta expresión se denomina el elenco de personajes de una novela u obra teatral [Fuente: Wikipedia].

15. Llama la atención que Charles, en una carta a su madre, dedique tanta atención a valorar la obra literaria de Balzac. Esto sugiere también la amplia cultura de su madre, Sarah Mills Peirce (1808-1887), hija del senador Elijah H. Mills (1776-1829).

 

 

 



Philippe Benoist, Rome dans sa grandeur, 1870



Traducción de Sara Barrena (2009)

Proyecto de investigación "La correspondencia europea de C. S. Peirce: creatividad y cooperación científica (Universidad de Navarra 2007-09)

Fecha del documento: 22 de enero 2009
Última actualización: 9 de agosto 2021
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