II Jornadas "Peirce en Argentina"
7-8 de septiembre del 2006

La pérdida de memoria en el proceso de semiosis


Luis Dufuur
elplanetadelossignos@yahoo.com.ar

"¿Dónde estás?
Acabas de despertar en un cuarto de hotel.
Aquí están las llaves, sentís
que es la primera vez que estás ahí pero...
quizás lleves aquí
una semana, tres meses es difícil decirlo no sé.
Es un cuarto anónimo".
Texto de la película Memento1.


La noción de semiótica en Peirce implica el concepto de que los signos determinan acciones y conductas. El significado del signo, se extrae de las acciones que el signo promueve en el individuo o en la comunidad. Si la noción de signo está inserta en la comunidad producto de un proceso de semiosis, que sucede en el caso de que un individuo sufra la pérdida de memoria reciente, ¿el proceso de semiosis en el individuo existe?

El presente trabajo intentará responder la mencionada pregunta tomando como soporte teórico algunos de los conceptos semióticos pensados por Peirce, y ver como funcionan dichos conceptos, en tanto el individuo debe construirse de datos puntuales, de una realidad que no se termina por constituirse y menos de interpretarla. Estamos ante un caso muy particular, en que alguien vive en un mundo atado a una fuerte segundidad y desde esa fortaleza construye una terceridad débil, dicha debilidad afecta su interpretación de los hechos que lo rodean. En ésta afectación, el concepto de fanerón se debilita, ya que la noción de recuerdo cercano no permite construir cierta regularidad de las cosas. Vivir sin el recuerdo de lo anterior reciente, desafía la noción de conocimiento y de hábito, elemento sustancial en la semiosis. Por lo tanto es difícil ingresar a una terceridad e interpretar la realidad en forma lógica, cuando se han debilitado nuestros recuerdos. Ya que en la terceridad no sólo existe la noción de lógica, sino que Peirce va mas allá y sostiene que dicha relación se traduce en la construcción del pensamiento, de una ley, de un comportamiento o de un hábito, y estos conceptos tiene como traza genuina un código que confecciona el recuerdo.

Mi observación sobre el tema tiene como eje la película Memento . El protagonista del film Leonard Shelby (interpretado por Guy Pearce), sufre la pérdida de memoria reciente, es decir que los actos anteriores recientes no los recuerda. Este es el punto de partida para gestar una reflexión sobre el problema de la pérdida de memoria y hacer un par de preguntas al respecto:

a) ¿cómo nos ubicamos en una terceridad lógica a partir del olvido de los momentos recientes?,

b) ¿es posible convivir en un mundo de semiosis en el cual el olvido opera en forma decisiva sobre la memoria?

El problema de la ausencia de recuerdos en la Segundidad

El universo semiótico en Peirce se divide en tríadas. Un pensamiento triádico que involucra un primer correlato, un segundo y un tercer correlato. Este proceso de semiosis, es un proceso continuo mediante el cual los diversos tipos de signos engendran el sentido, que tiene su presupuesto ideológico en lo que Peirce llama faneroscopía2. Faneroscopía es "(...) la descripción de lo que está frente a la mente o en la conciencia, tal como aparece". (Deladalle, G. 1996: 59)3 por lo tanto está delante de mis sentidos sea real o imaginario. En éste punto, la presencia y la imaginación juega un papel fundamental en la estructura semiótica de Peirce. "Imaginación como forma de evocar o producir imágenes independientemente de la presencia del objeto al cual se refiere" (Aristóteles. 2004:164)4, es en este punto que ingresa la memoria, como evocadora de algo. En donde se vinculan las tríadas planteadas por Peirce "(...) la primera tríada es de comparación, la segunda tríada es de funcionamiento y la tercera tríada es la del pensamiento". (CP 2.234)5.

Bajo ésta determinación triádica se sostiene, que la segunda tríada es un elemento mediador entre una posibilidad y una ley que permite construir leyes, y por consiguiente un código que confecciona cierto mapa del hábito sobre los hechos y las cosas. "El segundo correlato es de los tres aquel que es considerado como de complejidad inmediata, de modo tal que si dos cualesquiera de los otros son de la misma naturaleza -sean ambos meras posibilidades, existencias reales o leyes- entonces el segundo correlato es una existencia real". (CP 2.237)6. Por lo tanto es una existencia real de algo, es un hecho o más concretamente un "esto". Para confeccionar estas tres categorías en el universo del signo hay un elemento que es sustancial la memoria, como componente evocativo de los hechos. La misma obliga en forma instantánea a que se desarrolle una operativa de comparación con lo anterior y eso tiene como acción el desarrollo de un proyecto es decir, un ir adelante o un ir lejos. La condición comparación, se traduce en forma activa en el objeto del signo, siendo el inicio de todo proceso de semiosis. "El concepto de memoria constituye la posibilidad de reclamar al necesario conocimiento del pasado y de hacerlo actual o presente lo que es precisamente el recuerdo" (Abbagnano, N. 1987:788)7, esto lo plantea Platón y lo retoma Peirce cuando sostiene que "el fundamento del representamen es una suerte de “idea” en el sentido platónico, una suerte de reminiscencia sobre algo (...)" (CP 2.228)8 y agrega sobre el concepto de la memoria lo siguiente: "(...) decimos que cuando un hombre recuerda lo que estaba pensado anteriormente recuerda la misma idea y que, cuando el hombre continúa pensado en algo, aún cuando sea por un décimo de segundo, en la medida en que el pensamiento concuerda consigo mismo, durante ese lapso, o sea continúa teniendo un contenido similar es la 'misma idea' y no es, en cada instante del intervalo una idea nueva" (CP 2.228)9. En la cita anterior se sienta las bases de una continuidad en el pensamiento, en donde se desarrolla la trama semiótica. Los signos que están en mi recuerdo, son convocados en un instante determinado, y se conectan con otros signos desarrollando, una interpretación de los acontecimientos. La posibilidad de crear un proyecto de interpretación sobre los hechos se sustenta en la continuidad de la memoria que vincula todos los tiempos. La memoria se comprende desde el tiempo.

¿No recordar implica estar fuera del circuito semiótico?

¿Cómo ingresar a un mundo de semiosis, si la memoria se muestra débil? ¿Cómo confeccionar una realidad en donde el olvido es un factor que juega un papel primordial en la producción de semiosis? ¿Cómo interpretar un mapa de nuestra realidad, si el recuerdo no se presenta en forma eficiente?

Todas estas preguntas tienen como punto de partida la memoria, el recuerdo y la producción de semiosis. Para analizar el tema desde una perspectiva semiótica, la película Memento ofrece una visión particular del problema. El protagonista de la película Leonard Shelby (Guy Pearce), sufre la perdida de memoria reciente. "Lo único que recuerda con certeza es la muerte de su mujer, y en ese ataque él fue golpeado y su cerebro pagó las consecuencias al afectarse la región encargada de generar nuevos recuerdos; la opción de vida es tener una disciplina que permita vivir sin esta posibilidad de memoria reciente, el objetivo con ello es muy simple: el deseo de aclarar el crimen y ese deseo lo lleva por una compleja investigación. Por lo tanto los recuerdos próximos, son parte de un olvido instantáneo. El protagonista intenta volver siempre al principio, es decir al punto inicial de todo, al recuerdo inicial y móvil de todo el problema, la muerte de su mujer"10; pero el camino es poblado de incertidumbres ante una actualidad constante, la posibilidad de relacionar los hechos se debilita, en el tiempo.

Si los recuerdos próximos son parte del olvido, vivir en un mundo carente de interpretación pasa a ser un extranjero en ese mundo. Inserto en un mundo de signos complejos y no interpretados por momentos el protagonista Leonard Shelby, debe retomar el camino de lo anterior. Pero la interpretación de los acontecimientos es débil y la noción de los objetos como parte del universo de semiosis también. Para intentar estar en el interpretante como condición lógica o habitual nuestro protagonista, se sirve de dos prótesis: una prótesis es su piel que la usa a modo de libreta de apuntes o hipertexto y la otra prótesis es una cámara de foto instantánea que ocupa el lugar de la mirada; ya que en todo instante hace de cada foto un documento mnemotécnico11, nuestro protagonista ahora se transformó en un ciborg12.

La piel como texto y la cámara de foto instantánea, construirán dos principios de realidad sobre el hecho. Un primer principio es "estoy aquí", cuando se mira la piel a través del espejo; y un segundo principio es "estuve ahí" cuando fotografía el hecho. Dos categorías indiciales del ser: el tiempo y el espacio. En cada foto obtendrá un dato, una referencia, y en cada frase marcada en la piel el ingreso al mundo de semiosis. Pero con esos datos indiciales no alcanza para estar en la realidad que lo rodea, entonces todo es confuso. Para que texto y foto funcionen como vínculos indiciales se necesita el involucramiento del sujeto con el objeto, este conjunto de elementos desencadena la interpretación, y es en ese momento que se pone en marcha el proceso de semiosis. En este caso el índice deberá hacer referenciar algo en la mente de alguien, a una suerte de "asociación por continuidad"13, y en este lugar la "memoria"14 juega un papel fundamental, para gestar el conocimiento sobre el objeto. Dicha acción gestiona una regularidad de los hechos que produce hábitos. El olvido de lo anterior, y por consiguiente de lo anterior siguiente, lo lleva hacia atrás en el tiempo, sin saberlo, no hay producción de hábitos y solo se está a merced de la incertidumbre. Si la noción de recuerdo queda interrumpida, la segundidad o relación referencial se ve afectada de manera tal que cuando recobra la memoria no hay recuerdos sobre los hechos, hay una desconexión de los acontecimientos no hay sucesión de tiempos. La única conexión real surge de un dato indicial, el ser y el estar se constituyen en el tiempo, en este caso a través de los textos y las fotos. ¿Estas coordenadas espacio temporales lo llevan al encuentro con los hechos primeros (la causa de la muerte de su mujer)? La respuesta es no. La relación con los hechos es débil, se mueve en un territorio extraño, y en la medida que no tiene punto de comparación, su mundo de semiosis es débil. Decimos que es débil, porque la interpretación de los acontecimientos es efímera y todo cuando lo rodea es motivo de desconfianza, duda.

Si el proceso de semiosis es una cinta de Möbius (como lo ha desarrollado Fernando Andacht), que no tiene un afuera, ni un adentro, sino que es un continuo fluir en el tiempo imponiendo una continuidad constante; el no recordar algo implica una ruptura de la continuidad en dicha cinta. "La cinta ejemplifica la continuidad y el dinamismo infinito de los tres polos del modelo peirceano, la pura indeterminación o primeridad sensorial, el hecho bruto y limitador de la segundidad existencial y la conexión que pone en movimiento perpetuo la cinta experimental de la vida, la terceridad". (Relaciones n° 74. 22)15. Este proceso es infinito pero, en el caso que estamos analizando la memoria no es continua. Por lo tanto la cinta es una discontinuidad permanente. El mundo de semiosis es discontinuo, laberíntico, con fugas, pero sin salida. La incertidumbre lo lleva a lugares desconocidos en donde está sometido a una intranquilidad manifiesta. Está a merced de la incertidumbre, del azar, del engaño o de la falla. Peirce diría lo falible. Ir de A hasta B implica una ruta compleja, tortuosa. Los hechos suceden todo el tiempo y el olvido también. En esta cinta de Möbius los puntos se presentan como continuos, sin embargo en este caso aparecen como distantes, la conexión entre puntos de una misma recta es imposible. Si la interpretación es una conexión de puntos en un espacio infinito habitados por palabras, la trama interpretativa en este caso se presenta como no referenciada producto del olvido. Se desarrolla algo así como el problema planteado por Zenón entre Aquiles y la tortuga16. Quizás el protagonista nunca llegue al final del trayecto porque la ausencia de recuerdos es un obstáculo, para la consolidación del proyecto final o interpretación final. En un mundo de semiosis, el problema no es sólo el desarrollo de los hechos, sino la vinculación con el tiempo, la interpretación es un espacio que involucra necesariamente al tiempo. Y el tiempo en este caso no opera en una trayectoria lineal, sino que se desliza por interpretaciones inesperadas, nuestro protagonista aparece perdido en un mundo que por momentos le es muy lejano. El olvido deteriora el recuerdo, por consiguiente se debilita la categoría del antes y del después. Se trata siempre de buscar la causa de lo anterior, se trata de viajar al inicio del problema, de explicar el recuerdo más vivo, la muerte de su mujer. En éste caso se viaja hacia atrás todo el tiempo, todo el tiempo se está retrocediendo.

Esa noción de ir hacia atrás lo plantea el film en la sucesión de hechos. El film retrocede siempre una perpetua analepsis. No hay un punto siguiente, siempre hay un punto anterior. Por lo tanto estar en un lugar concreto implica un deterioro del futuro y una búsqueda del pasado, y la única conexión con el pasado es, a través de las fotos y las inscripciones en la piel.

Hacia la construcción y conservación de Mementos

Inmerso en un mundo de interpretación débil dos elementos juegan un rol importante en el protagonista, los textos en la piel y las fotos instantáneas. Esas cosas construyen, una referencia, un dato, que intentan ser la clave para resolver el problema. Esos elementos operan a modo de mementos y son parte de la semiosis que intentan explicar el porque de los hechos. Estos mementos se instalan en la segundidad. En la carta a Lady Welby, Peirce escribe sobre la Segundidad lo siguiente: "La Segundidad puede ser genuina o degenerada. La calidad de lo genuino admite muchos grados. En términos generales una Segundidad genuina consiste en alguna cosa que actúa sobre otra cosa esto es acción en estado bruto. Digo bruto porque en la medida en que la idea de alguna ley o razón aparece al mismo tiempo aparece al mismo tiempo la terceridad". (carta a Lady Welby .1986: 88)17. Por lo tanto la realidad que le sucede a Leonard (al tener un fuerte componente de olvido), desarrolla acciones que no las puede explicar, existiendo un defasaje entre lo sucedido y lo que no recuerda; lo anterior reciente sólo ingresa en la terceridad por la confianza que le deposita a las fotos, a las marcas de la piel, eventos mediadores que construyen parte de su interpretación del mundo. Los amigos y lugares circunstanciales, son reconocidos en las fotos que él posee, mediante inscripciones que están debajo de cada imagen. Para eso, se sirve de las mismas, elementos estos que le permite confeccionar un interpretante acotado de cada personaje o lugar por el que transita. Con tres o cuatro fotos, intenta componer una realidad, a modo de mapa y que le permita extraer una interpretación cabal de lo que sucede, buscando pistas sobre lo sucedido, y entablando una dura batalla con lo concreto, con lo tangible con aquello que lo golpea en los sentidos. Al olvidar lo sucedido no llega a componer la experiencia, entonces fotos y tatuajes son prótesis de un "supuesto" orden de cosas y hechos.

La triada semiótica se compone de signo18, objeto e interpretante. La noción de signo nos permite ubicarnos en un territorio donde el objeto juega un papel central en este proceso. El problema en el cual está inmerso Leonard (en esa terceridad envuelta en dudas y olvido), se percibe con más claridad cuando entra en juego en el proceso de semiosis, el signo o representamen con sus tres componentes: el fundamento, el objeto y el interpretante. La noción de objeto en este caso también está puesta en crisis, al existir un conflicto entre objeto inmediato y objeto dinámico19. Si el objeto inmediato es el connotador del signo y el dinámico es el denotador del mismo, es interesante ver (en este caso) como el objeto dinámico está en un campo de acción distinto al objeto inmediato. El objeto dinámico trata de inaugurar el proceso de semiosis, a modo de coerción sobre el signo pero no tiene la correspondencia en el objeto inmediato; ya que la evocación o el recuerdo es cercenado por el olvido. Los únicos elementos que arrastran a Leonard por el camino de una semiosis, son los datos de la piel y las fotos que potencian esa realidad, que él trata de conocer. De acuerdo a lo establecido nuestro amigo vive en un mundo de acción y reacción, en donde la memoria la lleva escrita en la piel a modo de texto y la cámara como retina de una mirada que se pierde en el tiempo. En este caso la segundidad esta jaqueada por varios componentes, ya que si la misma está dominada por el olvido a modo de hecho cronológico, el tiempo se desvanece y las acciones se pierden en el propio tiempo. Al no recordar, no hay un orden previsto y solo la vinculación con el mundo a través de objetos muy puntuales implica estar en el mundo, expuesto a la deriva constante. Por lo tanto ni una foto, ni un dato, ni una pregunta, puede ser motivo para reconocer y reconocerse en el mundo. La realidad es algo lejana y la deriva en el tiempo lo hace ser dueño de actos efímeros. En el inicio del film las fotos se borran, las mismas viajan hacia el olvido pero... ¿ese es el final del relato?, ¿es el final de todo o el inicio de todo el relato? El protagonista cierra (abre) el relato con una frase que lo sitúa en alguna parte de realidad, -¿En qué estábamos?- y quizás la respuesta sea en el final de todo proceso de semiosis, (el olvido). Una semiosis infinita que desafía el planteo echo por Peirce, semiosis que se pliega sobre si misma teniendo un fuerte componente centrípeto se viaja al inicio del problema. Al viajar hacia atrás se va hacia algún recuerdo pero en este caso, es la incertidumbre que lo condena a nuestro protagonista. Pensar en una semiosis ilimitada es pensar en lo anterior, ya que estamos compuestos básicamente por la ilusión de un futuro pero sometidos a las coordenadas interpretativas del pasado. Desde este lugar el pensamiento se vincula con el pasado gestionando una especialidad un lugar que nos sitúa en algún lugar del tiempo. Pensar en el futuro es plegar el tiempo hacia atrás, la película demuestra que la interpretación es un texto que me vincula con lo anterior y desde ese lugar estoy viajando siempre hacia atrás.

Habría que recodarle la frase de con la que cerramos o abrimos el presente texto: "Sólo una cosa no hay. Es el olvido" (Jorge Luis Borges).



BIBLIOGRAFÍA




Notas

1. Memento. Dirección Christopher Nolan. País: USA. Año: 2000. Duración: 116 min.

2. Fanerón: Faneroscopía o también llamada ideoscopía. La ideoscopía es la descripción y clasificación de la ideas que pertenecen a la experiencia ordinaria o que surgen naturalmente en conexión con la vida cotidiana, sin tener en cuenta su grado de validez, ni sus aspectos psicológicos. Charles, S. Peirce, La ciencia de la semiótica. Nueva Visión. Buenos Aires, 1986, p. 88.

3. Deladalle, Gérard. Leer a Peirce hoy. Barcelona, Gedisa, 1996, p. 59.

4. Aristóteles. Del Alma. Buenos Aires, Losada, 2004, p. 164.

5. Peirce, S. Charles. La ciencia de la semiótica. Buenos Aires, Nueva Visión, 1986, p. 26.

6. Ibid., p. 26.

7. Abbagnano, Nicola. Diccionario de filosofía. México, Fondo de Cultura Económica, 1987.

8. Peirce, S. Charles. La ciencia de la semiótica. Buenos Aires, Nueva Visión, 1986, p. 22.

9. Ibid., p. 22.

10. http://www.cinenganos.com/pelicula/Memento/

11. Mnemotecnia: arte que procura por medio de varias reglas aumentar las facultades y alcance de la memoria. Diccionario de la lengua española. Madrid, 1947.

12. El cyborg reúne en un mismo cuerpo lo cibernético y lo orgánico. La naturaleza y la cultura. En este caso nuestro protagonista está vinculado indisolublemente a la máquina de fotos y a una (re)escritura del cuerpo. La noción de "cyborg" la tomo del libro de Donna Haraway: Simians, Ciborg and Women Nueva York, Routledge, 1991, p. 150.

13. Peirce, S. Charles. La ciencia de la semiótica. Buenos Aires, Nueva Visión, 1986, p. 60.

14. Ibid., p. 60.

15. "Faneroscopía, pragmática, abducción". Revista Relaciones. Número 74. Montevideo. Julio de 1990.

16. La paradoja de Zenón. Argumento de Aquiles y la tortuga. Según este argumento, el más rápido de los hombres, Aquiles, no podrá alcanzar nunca al más lento de los animales, la tortuga, si se da a ésta una ventaja inicial en una carrera. Pues, mientras Aquiles recorre el camino que la tortuga llevaba por la mencionada ventaja inicial, la tortuga habrá recorrido otra porción, aunque más pequeña. Cuando Aquiles haya llegado a recorrer esta última porción de camino, la tortuga habrá avanzado otra porción más pequeña, y así la tortuga llevará siempre la ventaja hasta en espacios infinitamente pequeños, con lo cual, Aquiles no podrá alcanzarla nunca.

17. Peirce, Charles S.. La ciencia de la semiótica. Buenos Aires, Nueva visión, 1986.

18. "Un signo, o representamen, es algo que representa para alguien algo en algún aspecto o capacidad. El signo representa algo, su objeto. Representa ese objeto, no en todas sus peculiaridades], sino con relación a una especie de idea, que a veces he llamado el fundamento [ground] del representamen" (CP 2.228). La ciencia de la semiótica. Buenos Aires, Nueva visión, 1986.

19. "Esto es, debemos distinguir el Objeto Inmediato, que es el Objeto tal como es representado por el Signo mismo, y cuyo Ser es, entonces, dependiente de la Representación de él en el signo; y, por otra parte, el Objeto Dinámico, que es la realidad que, por algún medio, arbitra la forma de determinar el Signo a su representamen". La ciencia de la semiótica. Charles S. Peirce. Buenos Aires, Nueva Visión, 1986, p. 65.


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Fecha del documento: 4 de octubre 2006
Ultima actualización: 4 de octubre 2006

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