II Jornada GEP
"La lógica de Peirce y el mundo hispánico"
Pamplona, 10 de octubre 2003


SIGNO EN ACCIÓN. EL ORIGEN COMÚN DE LA SEMIÓTICA Y EL PRAGMATISMO


Jesús O. Elizondo
Universidad Iberoamericana
jesus.elizondo@uia.mx





Signo en acción es el resultado de cuatro años de reflexión sobre el pensamiento de C. S. Peirce (1839- 1914). A finales de 1996 llegué a la Universidad Complutense de Madrid becado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACYT) para estudiar el Doctorado en Filosofía. Traía entonces entre las manos mi tesis de licenciatura que trata sobre el valor simbólico en las mercancías y en los objetos artísticos: una incipiente aproximación a la teoría semiótica de Peirce y mucho de Charles Morris y Jean Baudrillard.

En el programa Razón y Sociedad del Departamento de Filosofía IV de la Facultad de Filosofía, que entonces dirigía el Dr. Jacobo Muñoz Veiga, ahí encontré que el pensamiento de Peirce, su lógica, su pragmatismo y su teoría semiótica no se encontraban presentes en el plan de estudio ni en los contenidos temáticos de los programas académicos. Sin embargo, encontré a un grupo de jóvenes profesores que habían tomado la iniciativa de trabajar el pensamiento de Peirce en un seminario al que fui invitado gracias a Jacobo, quien al final, sería mi asesor de tesis. En Madrid como en el resto de los departamentos de filosofía que he visitado en México y en España, he visto cómo se privilegia el estudio del pragmatismo sobre cualquier otra teoría de Peirce. Y, paradójicamente se estudia el pragmatismo en filosofía para llegar a la conclusión de que no es una filosofía sino tan solo una manera de argumentar, o un estilo de argumentar. Es decir, se concluye con Peirce y contra William James, en el carácter metodológico de la máxima pragmática y poco más. También me ha llamado la atención, que el lugar de la semiótica como disciplina no se enseña en los programas de filosofía, sino en los programas de información, comunicación y diseño de la comunicación gráfica.

Sin embargo, cada vez es más común charlar con científicos, físicos, químicos o matemáticos que se interesan me parece que aún tímidamente, por el trabajo de Peirce, tal vez atraídos por la curiosidad que despierta imaginar que algo interesante para un científico debe haber en alguno de los ocho volúmenes de los Collected Papers, con títulos tan atractivos como V. III Exact Logic o V. IV The Simplest Mathematics.

En octubre de 2000 defendí mi tesis doctoral titulada "Signo y acción. La teoría de los signos de C. S. Peirce". Fue un trabajo resultado de mi lectura de los CP en busca de los parágrafos fundacionales de la semiótica y el pragmatismo. Pretendía capitalizar mi "tradición" semiótica americana - sino que me valió la etiqueta del mexicano que hace semiótica, porque claro, viene de América- y mis nuevos conocimientos sobre el pragmatismo y el practicalismo.

Tengo muy presente que pretendí citar a Perice en el inglés original para dar cuenta del talante de su reflexión, además -pensé- que bueno, si Karl Otto Apel1 lo trabaja así, ¿por qué yo no? Mis castellanos profesores me dejaron ver que el texto debería ser escrito íntegramente en español, lo que me puso a la labor de traducir los parágrafos seleccionados y mandar a nota al píe de página los originales en inglés. Al final decidí intercalar epígrafes en inglés al comienzo de los capítulos y apartados.

Recuerdo que cuando comenté con uno de aquellos profesores del seminario acerca de mi labor de traducción, se sorprendió y me dijo que aquello "era hacer arqueología", pues los textos ya estaban traducidos. Bueno algunos textos sí lo están anoté, pero algunos parágrafos fundamentales para mi tesis no lo están. Y entre los que están traducidos hay diferencias notables en la traducción de conceptos clave. De hecho, la comparación entre las diferentes traducciones, me divirtió mucho y dio pie a varias notas. Recuerdo el caso Terceridad y Tercería en castellano2, o cognition y knowledge, o entender power como "capacidad" o qué tal el caso de cognized y no known. Al final, después de haber traducido "Questions Concerning Certain Faculties Claimed for Man" y muchos otros parágrafos particularmente de los volúmenes dos, cinco y seis, decidí tomar la traducción de los indudablemente más conocidos textos pragmatistas del trabajo de José Vericat3, y cotejarlos con los originales en inglés4.

"Imaginar un lenguaje es imaginar una forma de vida" escribió Ludwig Wittgenstein en sus Investigaciones filosóficas5 y considero que para comprender el pensamiento de un autor hay que leerlo en su lengua original.

Esta doble conjunción entre semiótica y pragmatismo y lectura de los CP y el trabajo de traducción, comenzó a darle forma al trabajo de tesis. Una vez sustentada la defensa y ya de vuelta a México, el reto fue publicar un texto que diera cuenta de esta investigación pero con un carácter divulgativo para llegar al público de las licenciaturas de filosofía y comunicación.

Auspiciado por la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México donde trabajo como académico de tiempo completo, encontré que los alumnos de filosofía que tenían las bases de lógica necesarias para comprender el pensamiento de Peirce, eran escépticos respecto a su trabajo. A partir de sus juicios a priori me percaté que se le consideraba un pensador más o menos riguroso, o mejor, un científico metido a la filosofía, pero dista mucho de compararse con un filósofo en forma como Kant o Heidegger, o algún otro filósofo que sí tiene una ética, una lógica, una fenomenología, en suma, "una filosofía en condiciones". Además, el tema de la semiótica era visto más bien con incredulidad más que con interés. Esto en la disciplina filosófica.

En la división de estudios profesionales, sin embargo, en los programas de comunicación y diseño gráfico, industrial y textil, sí se estudia al menos la semiótica, como una herramienta teórica para discurrir sobre técnicas de comunicación icónica y sus implicaciones culturales.


2. Es gracias al atractivo de la semiótica que los alumnos descubren el pensamiento de Perice en su dimensión, lógica, metodológica, científica y filosófica. Ahí hay un nicho o mejor, una cuña para difundir el pensamiento peirciano como una lógica, al menos así me lo he propuesto en mi labor docente.

El tema de la semiótica como materia o contenido en los programas académicos a nivel licenciatura en México, se ha abierto paso atropelladamente. Después del entusiasmo de los años setenta, a finales de los ochenta se experimentó una pérdida del interés por la semiótica. En México a diferencia de Argentina, la semiótica no se hizo obligatoria en los planes de estudios de las carreras de comunicación. Ha sido en los años noventa que tras la caída de las ideologías y en un ambiente en el que todo aquél que mencione "lo ideológico" suena a antiguo, que el pensamiento científico, limpio, pragmatista y librecambista de Peirce encuentra un momento de expansión. En 1994 México, Canadá y los Estados Unidos de América firmaron un acuerdo de integración regional, que hizo entre otras muchas cosas, más intenso el intercambio entre los centros de investigación de los tres países. Es Peirce, en el contexto norteamericano fundamental, y sin embargo, los norteamericanos se reflejan en nosotros los extranjeros y reconocen en nuestro entusiasmo y en el auge de la semiótica al primer filósofo norteamericano que se negó a ser tal.

Considero que actualmente, la tendencia es a redefinir el lugar de la semiótica en los planes de estudio y contra el interés de muchos, se ve poco claro que logre ganarse un lugar como ciencia o disciplina independiente. Basta traer a colación aquí el inminente cierre del IRSE (Institut de Recherche en Sémiotique, Communication et Education) en la Universidad de Perpignan, fundado por Gerard Deladalle en 1974-75. No ha habido peor momento para tomar esta decisión que a pocos meses de la muerte de este estudioso del pensamiento peirceano.

En agosto de 2002 asistí al V Congreso Internacional de la Federación Latinoamericana de Semiótica FELS, en Buenos Aires. Recuerdo que ahí se trató la cuestión concerniente a la pedagogía de la semiótica y claramente se dibujó un doble escenario. Por un lado la semiótica contribuye a la formación de periodistas y estudiantes de comunicación de manera poco profunda. Se habló de la "perversión" de la semiótica al reducir el pensamiento de Peirce y de tantos otros teóricos sobre la materia en simples fórmulas para interpretar la imagen como procesos icónicos y estudiar su relación con diversos ámbitos de la cultura. El panorama para el posgrado promete en principio, un acercamiento a la cuestión mucho más profesional, una aproximación de carácter de investigación. Sin embargo, mi experiencia como titular de la cátedra de semiótica en el Programa de Maestría en Comunicación de la Universidad Iberoamericana, me ha llevado a trazar un escenario similar al de la licenciatura. Si bien el enfoque es más de investigación y reflexión de la pertinencia de la semiótica como campo específico de la reflexión sobre la significación, los alumnos provenientes de diversas áreas profesionales o disciplinares, carecen de una formación sólida en al menos los aspectos más generales de la reflexión sígnica. La falta de rigor lógico es evidente. Así las cosas, cada curso hay que empezar desde el principio más básico en detrimento de la investigación específica y profesional. Si para los argentinos este es el panorama que viven en la academia, en México, sin tener generalizado el estudio de la semiótica en licenciatura, el camino es más lento, más disperso, menos riguroso, más de divulgación que de análisis.

Sin embargo, esfuerzos como el del Programa Permanente de Semiótica en el Tecnológico de Monterrey (quienes colaboran de cerca con la Asociación Internacional de Semiótica Visual), son los que en el marco institucional logran hacerse un lugar para dialogar sobre el trabajo de Peirce. Espero de verdad, que ante el desalentador ejemplo del IRSE, a vuelta de unas décadas, no veamos otro catastrófico vaivén institucional.

El Taller de Semiótica Aplicada (TASA) es un proyecto de investigación individual que desarrollé durante los dos primeros años de mi regreso de España. A partir de la premisa de que la docencia de la semiótica encuentra serios problemas cuando los alumnos no tienen bases sólidas en lógica y en lingüística y considerando que las bases teóricas que nutren a la semiótica provienen por un lado, de la lógica analítica, del trabajo científico, y por el otro de la lingüística estructural, se requiere de una técnica pedagógica que permita avanzar en el curso sin perder el rigor requerido.

Los conceptos abstractos que se requiere transmitir a los alumnos sólo pueden ser comprendidos cabalmente desde un enfoque pragmático. Con enfoque pragmático me refiero al método que permite aclarar las ideas en función de su repercusión práctica en la experiencia vivencial del estudiante.

El perfil del estudiante de licenciatura y posgrado en comunicación se define por su marcado interés práctico. La experiencia docente me ha demostrado que si un concepto como "ícono" o "indexical" o "símbolo" no se grafica de alguna manera creativa, el proceso de comprensión de los conceptos se complica y retrasa considerablemente. Con la creación del TASA se pretende incidir en ese proceso, motivando en el alumno la creatividad, la comprensión de los conceptos abstractos por medio del proceso de elaboración de materiales iconográficos propios e incentivando la publicación de los resultados sobresalientes.

El TASA funciona ya, aunque no con ese nombre, como un seminario permanente de discusión, creación y análisis de fenómenos semióticos, icónicos y comunicativos. Este enfoque sólo se aplica en el curso de Semiótica del posgrado. Pretendo que esta manera de trabajar se extienda a los contenidos temáticos de otras asignaturas en el posgrado y en la licenciatura en comunicación. El TASA se vincula con las líneas temáticas de posgrado Estudios de la Sociedad Digital, Comunicación y Cultura, y Derecho de Acceso a la Información Pública.

El TASA es un proyecto que se propone hacer congruente la teoría semiótica pragmatista con la creación de mensajes icónicos en el ámbito didáctico de la comunicación. Pretende distanciarse del enfoque estrictamente teórico de la semiótica y aterrizar en semiosis específicas. Lamento decir lo siguiente en este foro, pero tengo la impresión de que la edición de resultados en compilaciones y actas de congresos no es suficiente para el avance en el desarrollo de una pragmática de los signos icónicos, sino que se limita al análisis formal de los procesos sígnicos en general (Cfr. las actas del Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Semióticos: Gimate- Wellsh, Ensayos semióticos. México, Porrúa, 2000).

Para ir terminando, he de decir que un ejercicio real de semiótica pragmatista constituiría en crear hábitos de investigación y difusión, que han de encontrar su lugar en acciones institucionales concretas, a partir de la firme creencia en la validez del pensamiento científico de Peirce.






REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS






NOTAS

1. Cfr. Apel, K. O., El camino del pensamiento de Charles S. Peirce. Madrid, Visor,1997.

2. "Tercería", se usa en la traducción de J. Rovira Armengol, de: Morris, C. Foundations of the Theory of the Signs, La Haya-París, Mouton, 1971. (Trad. Rafael Grasa en Barcelona, Piados, 1994). Leyendo los CP me percaté de una errata: en la cuarta edición y ya dentro del texto arriba mencionado, el apartado "Man, a sign" aparece numerado con el número cinco, pero es en realidad el cuarto, detrás de 1. The spirit of cartesianism 2. Mental action y 3.Thought- signs, así es que "Man, a sign" debe ser el número cuatro y no el número cinco como aparece numerado en la página185 del volumen V.

3. Charles S. Peirce. El hombre, un signo. Antología de textos. Edición de José Vericat, Barcelona, Crítica, 1988.

4. Peirce, C. S., Collected Papers of Charles Sanders Peirce (Vol. V). Vols. 1 - 6 editados por C. Harsthone and P. Weiss, Cambridge, Massachusetts, The Belknap Press of Harvard University Press, 1931 - 1958.

5. Wittgensttein, L., Investigaciones filosóficas. Edición bilingüe alemán - castellano de U. Moulines y A. Suárez. Barcelona, Instituto de Investigaciones Filosóficas, U.N.A.M. y Editorial Crítica, 1988 p. 31


Fecha del documento: 23 octubre 2003
Última actualización: 23 octubre 2003


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