CONFERENCIA INTRODUCTORIA SOBRE EL ESTUDIO DE LA LÓGICA


Charles S. Peirce (1882)

Traducción castellana de Juan Marrodán (2000)


P 225: Johns Hopkins University Circulars 2:19 (Noviembre 1882): 11-12. [Publicado también en W4:378-82, en CP 7.59-76, en HPPLS 940-44, y en EP 1, 210-214, de donde se toma el texto para esta traducción] En este "Esquema de las observaciones hechas por el profesor C. S. Peirce, al comienzo de su curso, septiembre, 1882," Peirce reflexiona sobre los logros de Darwin (que había muerto en abril) y los atribuye principalmente a su método. Al describir la conferencia a su hermano mayor, James Mills, en una carta del 4 de octubre de 1882, Peirce dijo: " Hablé de nuestro tiempo como la edad del método y dije que no se podía continuar rindiendo los honores más altos al mero especialista científico sino a aquellos que adaptaban los métodos de una ciencia a los usos de otra. Que una educación liberal, en la medida en que concierne al intelecto, quiere decir lógica, considerada como el método de los métodos, - la vía ad principia methodorum. Que el estudiante debería sentir desde el principio hasta el final de su curso, que, esté en el aula que esté, es lógica lo que está estudiando." Peirce define ahora su tarea como la aplicación de los métodos de la lógica, especialmente inducción e hipótesis, a la filosofía y a la ciencia1.




Podría suponerse que la lógica enseñaba que podía avanzarse mucho por el mero rumiar, aunque todo el mundo sabe que lo que se requiere es el experimento, la observación, la comparación, el escrutinio activo de los hechos, y que el mero pensar no logrará nada ni siquiera en matemáticas. La lógica había sido definida precisamente como el "arte de pensar" y como la "ciencia de las leyes normativas del pensamiento."2 Pero esas no son definiciones verdaderas. "Dyalectica," dice el manual de lógica de la Edad Media, "est ars artium et scientia scientiarum, ad omnium aliarum scientiarum methodorum principia viam habens3," y aunque, naturalmente, la lógica de nuestros días ha de ser por completo diferente a la de la época de los Plantagenet, esta concepción general según la cual se trata del arte de inventar métodos de investigación, - el método de los métodos,- es la idea verdadera y valiosa de la ciencia. La lógica no se encargará de informarte acerca de la clase de experimentos que deberías hacer para determinar del mejor modo la aceleración de la gravedad o el valor del ohmio;4 pero te dirá cómo proceder para formar un plan de experimentación.

Es imposible mantener que la superioridad de la ciencia de los modernos sobre la de los antiguos se deba a algo que no sea una mejor lógica. Nadie puede pensar que los griegos eran inferiores a cualquier gente moderna en aptitud natural para la ciencia. Podemos conceder que sus oportunidades para la investigación eran menores; y puede decirse que la astronomía antigua no podía hacer ningún progreso más allá del sistema ptolemaico hasta que no hubiese transcurrido tiempo suficiente para probar la insuficiencia de las tablas de Ptolomeo. Los antiguos no podían tener dinámica en tanto no se hubiese presentado algún problema dinámico importante; no podían tener una teoría del calor sin la máquina de vapor, etc. Por supuesto, estas causas tuvieron su influencia, y, por supuesto, no fueron la razón principal de los defectos de la civilización antigua. Diez años de observación astronómica con instrumentos como los que los antiguos podrían haber construido habrían sido suficientes para derrocar a la vieja astronomía. Los grandes descubrimientos mecánicos de Galileo fueron hechos sin ningún aparato digno de mención. Si, en una dirección cualquiera, los antiguos hubiesen comenzado una investigación según métodos correctos, se habrían logrado oportunidades de nuevos avances en la línea de aquellos que les precedieron. Pero lean el tratado lógico de Filodemo;5 vean cómo, con gran esfuerzo, argumenta que el razonamiento inductivo no carece por completo de valor y verán dónde se encuentra el fallo. Cuando un punto tan elemental como ese necesitaba de una argumentación seria está claro que la concepción del método científico era casi por entero deficiente.

Los métodos modernos han creado la ciencia moderna; y este siglo, y especialmente los últimos veinticinco años, han hecho más para crear nuevos métodos que cualquier periodo igual anterior. Vivimos justamente en la edad de los métodos. Incluso las matemáticas y la astronomía han adoptado nuevos rostros. La química y la física se encuentran en sendas completamente nuevas. La lingüística, la historia, la mitología, la sociología, la biología, todas están siendo estudiadas de nuevas maneras. La jurisprudencia y el derecho han comenzado a sentir este impulso y, en el futuro, habrán de estar más y más influidas por él.

Esta es la edad de los métodos; y la universidad, que ha de ser el exponente de la situación viva de la mente humana, debe ser la universidad de los métodos.

Ahora bien, os garantizo que decir que esta es la edad del desarrollo de nuevos métodos de investigación dista tanto de decir que es la edad de la teoría de los métodos que es casi como decir lo contrario. Desgraciadamente, la práctica precede generalmente a la teoría, y es el destino habitual del hombre haber hecho primero las cosas de un modo vacilante y encontrar después cómo podían haber sido hechas más fácilmente y de un modo más perfecto. Y hay que confesar que nosotros, estudiantes de la ciencia de los métodos modernos, no somos otra cosa que una voz clamando en el desierto y diciendo, preparad el camino para este señor de las ciencias que está por venir6.

Pero ahora poco más que eso podemos hacer. La teoría de un acto no ayuda en modo alguno a llevarlo a cabo, con tal que lo que haya de hacerse sea de una descripción limitada, de modo que pueda ser regido por la parte inconsciente de nuestro organismo. Para estos propósitos, lo mejor son las reglas prácticas o ninguna regla en absoluto. No se puede jugar al billar según la mecánica analítica ni llevar un negocio según la economía política. Pero cuando han de abrirse nuevas sendas, una médula espinal no es suficiente; se necesita un cerebro, y que ese cerebro sea un órgano de la mente y esa mente esté perfeccionada por una educación liberal. Y una educación liberal - en la medida en que se relaciona con el entendimiento- quiere decir lógica. Eso es indispensable para ella y ninguna otra cosa lo es.

No necesito que me digan que la ciencia consiste en especialidades. Sé todo eso, porque pertenezco al gremio de la ciencia, he aprendido uno de sus negocios y estoy saturado de sus nociones usuales. Pero, a mi juicio, hay hombres científicos cuyo completo entrenamiento ha servido solamente para empequeñecerlos, y no veo en modo alguno que un mero especialista científico esté, intelectualmente, mucho más elevado que un artesano. Estoy bastante seguro de que un hombre joven que gasta su tiempo exclusivamente en el laboratorio de física o química o biología, está en peligro de sacar de su trabajo poco provecho más que si fuera un aprendiz en un taller.

Los especialistas científicos - medidores con péndulo y similares- están haciendo un trabajo grande y útil; cada uno muy poco, pero juntos algo vasto. Pero los más altos lugares en la ciencia en los próximos años serán para aquellos que tengan éxito en la adaptación de los métodos de una ciencia a la investigación de otra. Eso es en lo que ha consistido el mayor progreso de la generación pasada. Darwin adaptó a la biología los métodos de Malthus y los economistas;7 Maxwell adaptó a la teoría de los gases los métodos de la doctrina de las probabilidades, y a la electricidad los métodos de la hidrodinámica. Wundt adapta a la psicología los métodos de la fisiología; Galton adapta al mismo estudio los métodos de la teoría de errores; Morgan adaptó a la historia un método de la biología; Cournot adaptó a la economía política el cálculo de variaciones. Los filólogos8 han adaptado a su ciencia los métodos de los descifradores de mensajes. Los astrónomos han aprendido los métodos de la química; la radiación del calor es investigada con una trompeta de oído; el temperamento mental es interpretado con un nonio9.

Ahora bien, aunque un hombre no necesita la teoría de un método con vistas a aplicarlo tal y como ya ha sido aplicado, sin embargo, en orden a adaptar a su propia ciencia el método de otra con el que está menos familiarizado, y modificarlo con propiedad para que se adecue a su nuevo uso, una familiarización con los principios de los que depende será del mayor beneficio. Para esa clase de trabajo un hombre necesita ser más que un mero especialista; necesita un entrenamiento general de su mente y un conocimiento tal que le muestre cómo hacer más efectivas sus facultades en una nueva dirección. Ese conocimiento es lógica.

En resumen, si mi criterio es el verdadero, un hombre joven necesita una educación física y una educación estética, una educación en los modos del mundo y una educación moral, y con todas éstas, la lógica no tiene nada que ver en particular; pero en la medida en que necesita una educación intelectual, es precisamente lógica lo que necesita; y tanto si está en un aula o en otra su propósito último es mejorar su capacidad lógica y su conocimiento de los métodos. Hacia este gran fin debería ser dirigida la atención de un joven cuando llega por vez primera a la universidad; él debería mantenerlo constantemente ante sus ojos durante todo el periodo de sus estudios; y, finalmente, hará bien en revisar su entero trabajo a la luz de lo que una educación en lógica arroje sobre él.

Yo debería ser el primero en insistir en que la lógica no puede ser aprendida de los libros de lógica o de las clases de lógica. El material de la ciencia positiva debe formar su base y su vehículo. El profesor de método podría hacer relativamente poco, incluso aunque dominara el espectro completo de las ciencias. No obstante, pienso que puedo impartiros algo de real utilidad, y que la teoría del método arrojará mucha luz en todos vuestros otros estudios.

Está extendida la impresión de que el éxito en lógica requiere una cabeza matemática. Pero esto no es verdad. El hábito de mirar las cuestiones de una manera matemática es, debo decir, una gran ventaja, y por tanto una inclinación por las matemáticas es de mayor o menor utilidad para cualquier ciencia, física o moral. Pero un talento brillante para las matemáticas no es en absoluto necesario para el estudio de la lógica.

El curso que voy a dar comienza con algunos preliminares necesarios acerca de la teoría de la cognición10. Porque es un requisito formarse una idea clara del contorno de aquello en que consiste el conocimiento y considerar un poco qué son las operaciones de la mente por las que es producido. Pero abrevio esta parte del curso lo máximo posible, en parte porque será tratada por otros profesores y en parte porque deseo pasar a mi tema principal, el método de la ciencia.

A continuación comienzo con el silogismo, la más inferior y rudimentaria de todas las formas de razonamiento, pero muy fundamental porque es rudimentaria. Trato esto según el estilo general de De Morgan, con referencias a la vieja doctrina tradicional. A continuación viene el álgebra lógica de Boole, una materia extremadamente fácil en sí misma pero muy útil tanto desde un punto de vista teorético como también en la medida en que proporciona un método para resolver ciertos problemas que aparecen con frecuencia y no son fácilmente comprensibles. Desde esta materia, paso naturalmente a la consideración de los términos relativos. La lógica de los relativos, en la medida en que ha sido investigada, es clara y fácil, y, al mismo tiempo, proporciona la clave de muchas de las dificultades de la lógica y ha servido ya como el instrumento de algunos descubrimientos en matemáticas11. Una aplicación fácil de esta rama de la lógica es la de la doctrina de la amplitud y profundidad de las relaciones entre objetos y caracteres. A continuación introduzco la concepción de número y, tras mostrar cómo tratar ciertos problemas estadísticos, paso a la doctrina de las probabilidades. Un método matemático muy simple y elegante para tratar ecuaciones de diferencias finitas pone al estudiante en posesión de un poderoso instrumento para la solución de todos los problemas de probabilidad que no introducen dificultades ajenas a la teoría de la probabilidad misma.

Llegamos así al estudio de esa clase de inferencia probable que es realmente distintiva; es decir, la Inducción en su sentido más amplio - el Razonamiento Científico12. La teoría general del tema se desarrolla cuidadosamente con la ayuda de una gran variedad de ejemplos reales, y se dan reglas para la realización de esta operación. Estas reglas no han sido escogidas al azar ni son tampoco meramente las que la experiencia recomienda; están deducidas metódicamente de la teoría general.

Finalmente, es deseable ilustrar una larga concatenación de inferencias científicas. Para este propósito tomamos la gran obra de Kepler De Motibus Stellae Martis, la mayor pieza de razonamiento inductivo jamás producida13. Debido a la manera admirable y excepcional en que esta obra está escrita, es posible seguir el curso completo de la investigación de Kepler, desde el principio hasta el final, y mostrar la aplicación de todas las máximas de inducción ya expuestas.

Con vistas a ilustrar el método de razonamiento acerca de un tema de tipo más metafísico, abordaré entonces las teorías científicas de la constitución de la materia.

Al final de todo, daré unas pocas clases para mostrar las lecciones que el estudio del procedimiento científico enseña con referencia a cuestiones filosóficas, tales como la concepción de causación y similares.


Traducción de Juan Marrodán (2000)



Notas

1. La conferencia propiamente dicha va precedida de los dos párrafos siguientes:

"El profesor C. S. Peirce comenzó su instrucción para la presente sesión con una conferencia en Hopkins Hall acerca de los métodos que subyacen en la lógica moderna. Asistieron tanto profesores como estudiantes. Atendiendo a la petición de un resumen de su conferencia, que fue dada sin notas, el conferenciante ha dado el siguiente resumen.

"Mr. Peirce dijo que había pedido a los profesores que le hiciesen el favor de escuchar sus observaciones porque pensaba que un clara comprensión del propósito del estudio de la lógica podía eliminar algunos prejuicios conduciendo a una verdadera estimación de su naturaleza.". [Nota de EP]

2. Las dos referencias corresponden, respectivamente, a Port-Royal Logic, 2ª ed. (Edinburgh, 1851) y al System der Logik de Friedrich Ueberweg (Bonn, 1857); en ésta última, la lógica es definida como "la ciencia de las leyes normativas o ideales de la cognición humana.". [Nota de EP]

3. Esta es la primera frase en las Summulae logicales de Pedro Hispano (a la que Peirce ha añadido "aliarum scientiarum" de la segunda frase) Peirce tradujo la frase como "la Lógica es el arte relativo a las artes, la ciencia relativa a las ciencias, que enseña el camino hacia los principios de todos los métodos" (W 4:400). [Nota de EP]

4. La unidad de resistencia eléctrica llamada así por Georg Simon Ohm. [Nota de EP]

5. Ver su On methods of Inference, donde defiende métodos empíricos epicúreos contra los estoicos. [Nota de EP]

6. Paráfrasis de Peirce de Mateo 3,3. [Nota de EP]

7. Los economistas clásicos Adam Smith y David Ricardo, que desarrollaron el concepto de libre comercio. [Nota de EP]

8. Los neogramáticos, notablemente Friedrich Karl Brugmann, que aplicó métodos de las ciencias naturales a la lingüística. [Nota de EP]

9. Aquellos astrónomos que aplicaron el método espectroscópico, especialmente Lewis Morris Rutherford en los Estados Unidos; Sir George Stokes ilustró los fenómenos de emisión y absorción de la radiación del calor mediante la resonancia del sonido; Wilhelm Wundt aplicó a la psicología los métodos experimentales de las ciencias naturales. [Nota de EP]

Nonio, de Nonius, forma latinizada de Nunes, apellido de su inventor portugués Pedro Nunes Salaciense. Consiste en una reglilla auxiliar que se aplica a la regla principal y que está dividida de tal modo que diez de sus partes corresponden a nueve de la regla principal. Sirve para mediciones muy exactas y puede ser recto (para las longitudes) y curvo (para los grados de circunferencia). Forma parte de varios instrumentos matemáticos. Algunos atribuyen su invención a Pedro Vernier, en 1637. [Nota del T.]

10. Para un resumen de esta parte del curso, ver "On the Algebra of Logic" (1880). [Nota de EP]

11. Para uno de estos - a saber, la primera axiomatización con éxito de la aritmética- ver "On the Logic of Number" (W 4:299-300). [Nota de EP]

12. Para la teoría general de la inducción de Peirce en esta época, ver su "A Theory of Probable Inference" (W 4:408-50). [Nota de EP]

13. De Motibus es una parte de la Astronomia Nova de Kepler. [Nota de EP]




Fin de: Conferencia introductoria al estudio de la lógica. Traducción castellana de Juan Marrodán, 2000. Original en: W4, pp. 378-82.

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Fecha del documento: 20 de enero 2001
Ultima actualización: 30 de enero 2011


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