Charles Sanders Peirce. Razón e invención del pensamiento pragmatista
Anthropos, nº 212 (2006), pp. 179-182

Peirce en Reyes Prósper


Jesús Cobo

 

El estudio de la obra de Ventura Reyes Prósper (1863-1922) se ha abordado con frecuencia con la plausible —pero no siempre saludable— intención de llenar huecos, hallar fuentes y explicar fundamentos. En ocasiones, con benevolencia; otras, con ligereza; en general, con simpatía1. Es notable la curiosidad que, desde hace décadas, despierta un personaje tan complejo, tan inusual en el contexto cultural español de su tiempo. Un francotirador de la ciencia y de la vida; un amable recuerdo en la historia de una época.

La primera gran sorpresa que depara su biografía es la de su formación intelectual, seria, moderna, caudalosa y, en gran medida, autodidacta. Doctor en Ciencias Naturales en 1885, premio extraordinario de licenciatura y de doctorado, poseedor de un expediente académico espectacular, Reyes Prósper era ya, a la altura de 1885, un notable científico que unía al bagaje idiomático el conocimiento profundo de las ciencias naturales y de las matemáticas. La preparación conseguida en la carrera fue completada por copiosas lecturas en diferentes bibliotecas madrileñas, que encontró mal surtidas de publicaciones científicas recientes. Remedió las carencias, en lo posible, por medio de una sugestiva correspondencia epistolar con prestigiosos científicos de todo el mundo, de los que obtuvo numerosas separatas y libros2.

De todas sus cualidades intelectuales, la que dio mayor calidad a su talante científico fue la curiosidad, que tuvo carácter universal y se extendía también al estudio de las humanidades. Su afición a la historia corría pareja con su voracidad erudita y le inclinaba al estudio, en su época muy poco cultivado, de la historia de las ciencias. Bondadoso y excéntrico, operaban en él fuertes resabios temperamentales de carácter emotivo y sentimental. Se detecta en su obra una creatividad que no alcanzó su desarrollo y su sazón, ahogada por su ansiedad receptiva y por sus problemas de adaptación. Reyes fue durante toda su vida una esponja de ciencia, que, en ocasiones, se permitía algún pequeño desahogo creador o erudito. Toda su obra —por otra parte sugestiva, curiosa y, a veces, incluso, de relativa importancia— adolece de discontinuidad, de escasa fuerza constructiva.

En su relación con las matemáticas, Reyes Prósper superaba ampliamente –pese al autodidactismo ya dicho- la condición de aficionado. Su obra matemática es un ejemplo de asimilación, pero también de elegancia, de sencillez, de ingenio. Su entusiasmo estudioso halló dos campos de acción, entonces casi inéditos en España, que le apasionaron: las geometrías no-euclídeas y la lógica formal. Es en el primero donde dio muestras de mayor talento y capacidad creadora, evidentes en dos breves y sugestivas notas que publicó en los prestigiosos Mathematische Annalen de Leipzig3.

Conocemos, por testimonio del propio Reyes, cómo fueron sus inicios en el estudio de la lógica formal: "La primera publicación que leí del Sr. Schroeder fue su Operations Kreis des Logikkalküls. [...] produjo en mí una grandísima impresión. Desde entonces he venido dedicándome asiduamente a esta ciencia para mí tan querida"4. Tratando de afinar el contenido cronológico de esta cita, Del Val supuso que Reyes Prósper habría conocido el breve opúsculo de Schröder durante el viaje que realizó por Alemania en 1887. Queda la duda de si en la formación del joven don Ventura tuvo alguna influencia —que sería, seguramente, recíproca— Zoel García de Galdeano, la única persona que en España parece haber compartido con él, en aquellos momentos, el interés (o la curiosidad) por la lógica simbólica.

Ya introducido en su estudio, Reyes estableció relación epistolar con Christine Ladd-Franklin, probablemente en 18895, quien le envió varios trabajos suyos y algún artículo de Peirce. Animado por ello, escribió a Peirce una breve carta, fechada en Madrid el 5 de marzo de 1890, en la que le solicitaba información sobre la probable reedición de sus escritos lógicos6. No se conoce la respuesta de Peirce, pero es evidente que la hubo y que, con ella, remitió a Reyes algunas de sus obras7. El proceso informativo —y formativo— en el terreno de la lógica parece haber continuado con la lectura del tomo primero de las Vorlesungen de Ernst Schröder8, con el que mantenía activa correspondencia. Comenzó incluso una traducción compendiada del espeso tratado de Schröder, que, como muchos otros proyectos suyos, no llegó a acabar9.

Con este bagaje, que se completó con la lectura de todas las obras que logró adquirir, el joven Reyes afrontó la tarea de ofrecer a la "curiosidad de nuestro público científico"10 lo que Vega Reñón ha llamado con acierto una "miscelánea de notas impresionistas"11 sobre la historia y el contenido de la lógica simbólica. Contó Reyes entonces con una coyuntura favorable: la revista El Progreso Matemático, fundada en Zaragoza en 1891 por don Zoel García de Galdeano. En ella publicó catorce artículos sobre lógica y geometría que, si no importancia sustancial, tuvieron el valor de ser pioneros en España, abriendo en ella un panorama matemático lleno de nuevas posibilidades12, que, por diversas causas y motivos, ni desarrolló ecos ni encontró seguidores.

Reyes aludió a Peirce en todos sus artículos de tema lógico; y lo hizo, además, con entusiasmada admiración. Dedicó al comentario de su obra uno de sus artículos en El PM13 y caracterizó con su nombre uno de los siete grupos de su proyecto de clasificación de los escritos lógicos14. Es evidente que su más alta consideración se reparte, casi por igual, entre Peirce y Schröder; dos estilos diferentes que Reyes Prósper parece haber asimilado con la misma facilidad. El mayor mérito de Peirce, o su ventaja, se fundaba en la elevada calidad de sus discípulos, en la potencia de su escuela, la que Reyes llamaba escuela de Baltimore. Admiraba de Peirce la sagacidad intelectual, la hondura de pensamiento y el cientifismo de su doctrina lógica. Para él, Peirce era, antes que nada y sobre todo, un científico, con el que compartía notables afinidades: la consideración del álgebra de la lógica como una disciplina matemática, el optimismo logicista, la actitud recelosa y hostil ante la filosofía tradicional, la pretensión de fundamentar el análisis matemático en forma puramente lógica... Afinidad receptiva, que halla en el rigor peirceano confirmación y seguridad, es decir, magisterio15. Al margen de la admiración y el entusiasmo, Reyes no ha superado la condición de discípulo —lejano y libresco— de Charles S. Peirce. En lógica, dependió más que en geometría de los recursos de autoridad. La misma valoración, en la que insiste, de la importancia de la introducción por Peirce de la cópula implicativa le llega a través de Schröder.

Dado el carácter meramente informativo, historiográfico y, a su manera, vulgarizador de los artículos publicados en El PM, no hay en ellos aportación personal alguna de carácter expositivo en la que pudiera rastrearse un influjo peirceano. Diferente es el caso de un truncado artículo publicado en la revista científica madrileña Naturaleza, Ciencia e Industria, cuyo carácter y entidad no se conocieron hasta que lo editó Vega Reñón, acompañado de un excelente estudio16. Es, desde luego, el más expositivo de los escritos lógicos de Reyes y el único que, en rigor, podría haber enseñado los fundamentos de la lógica formal, porque los publicados en El PM "están escritos de tal manera que suponen que el lector conoce el tema y simplemente le proporcionan una información complementaria"17. En él sí hay "intención de ofrecer una presentación general de la lógica simbólica"18, aunque limitada a parafrasear los resultados más elementales de los trabajos de Peirce y Schröder. El propio Reyes admite que marcha más bien por las trazas del primero, aunque adoptando en lo posible las notaciones de Schröder19. Vega Reñón ha puesto en evidencia cómo "la parte central del artículo viene a ser una transcripción de ciertos pasajes" del artículo "On the Algebra of Logic: A contribution to the philosophy of notation", publicado por Peirce en 1885, al que sigue hasta en las erratas20.

El artículo "La lógica simbólica en Italia", publicado en febrero de 1893 en El PM, vino a marcar la conclusión abrupta de la actividad lógica de Reyes Prósper. En las tres cartas conservadas de su correspondencia con Christine Ladd-Franklin, escritas en 1895 y 1896, se muestra ya lejano, triste; aunque parece mantener un resto del antiguo interés: "Me será muy agradable saber noticias de los progresos de la Lógica"21. Y, en la lejanía, el recuerdo del siempre admirado maestro: "El señor Charles Santiago Peirce, ¿ha publicado algo nuevo sobre Lógica o Matemáticas? ¿Dónde podría yo encontrar una biografía de su padre Benjamin Peirce?"22 Cuando don Ventura llegó a Toledo, en el otoño de 1898, su pequeña aventura logicista era ya —también— historia.

 


Notas

1. Las primeras referencias acerca de la importancia y calidad científica de Reyes —aparte un par de artículos necrológicos— se deben a Ricardo San Juan, en una presentación somera y precipitada (R. San Juan, "La obra científica del matemático español D. Ventura de los Reyes Prósper", Gaceta matemática, 1ª serie, 2, 2 (1950), pp. 39-41) y a Julio Rey Pastor, en su discurso de contestación al de ingreso de R. San Juan en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Madrid, 1956, pp. 38 y s.). En 1966, Juan Antonio del Val acometió el estudio de la figura de Reyes Prósper con una mayor ambición intelectual (J. A. del Val, "Un lógico y matemático español del siglo XIX: Ventura Reyes y Prósper", Revista de Occidente, 2ª ép., 35 (1966), pp. 252-261); desde entonces, se ha venido incrementando la atención concedida a su biografía y a la adecuada caracterización de su obra.

2. Gran parte de su interesante biblioteca se conserva en la Unidad de Matemáticas del CSIC, en Madrid. Su voracidad lectora y su avidez comprensiva contaban con el apoyo de una legendaria facilidad para el aprendizaje de idiomas.

3. V. Reyes y Prósper, "Sur la géométrie non-Euclidienne", MA, 29, 1 (1887), pp. 154-156, y "Sur les propriétés graphiques des figures centriques", MA, 32, 1 (1888), pp. 157 y s.

4. V. Reyes y Prósper, "Ernesto Schroeder. Sus merecimientos ante la Lógica, su propaganda lógico-matemática, sus obras", El Progreso Matemático (en lo sucesivo: El PM) 14 (15 febrero 1892), pp. 33 y s. El opúsculo de Schröder, que se había publicado en 1877, aparece bien citado (Der Operationskreis des Logikkalkuls) en la p. 36 del mismo artículo de Reyes.

5. De esa correspondencia se conservan únicamente tres cartas de Reyes, escritas en Cuenca y fechadas el 10 de abril de 1895, el 26 de junio del mismo año y el 2 de mayo de 1896. Han sido publicadas por Jesús Cobo y Jaime Nubiola, "Cuatro cartas americanas. Correspondencia de Ventura Reyes Prósper con Charles S. Peirce y Christine Ladd-Franklin", Llull, 20, 39 (1997), pp. 757-768.

6. Ibid., pp. 759 y 764.

7. V. Reyes Prósper, "Proyecto de clasificación de los escritos lógico-simbólicos, especialmente de los post-boolianos", El PM, 20 (15 agosto 1892), p. 230.

8. E. Schröder, Vorlesungen über die Algebra der Logik, I, Leipzig, 1890.

9. El proyecto de traducción fue anunciado por Reyes Prósper en su artículo "El raciocinio a máquina", El PM, 9 (20 septiembre 1891), p. 217; se hicieron eco de él García de Galdeano ("Revista bibliográfica", El PM, 24 (15 diciembre 1892), p. 355) y el mismo Peirce en agosto de 1891 (Cf. K. L. Ketner y J. E. Cook (ed.), Contributions to "The Nation", Lubbock, 1975, I, p. 111).

10. V. Reyes Prósper, "El raciocinio a máquina", cit., p. 220.

11. Luis Vega Reñón, "La lógica en España (1890-1930): desencuentros", Teorema, XX, 1-2 (2001), p. 24.

12. Los artículos de tema lógico fueron editados, con un estudio preliminar, por J. A. del Val: "Los escritos lógicos de Ventura Reyes y Prósper (1863-1922)", Teorema, III, 2-3 (1973), pp. 315-354.

13. V. Reyes Prósper, "Charles Santiago Peirce y Oscar Howard Mitchell", El PM, 18 (15 junio 1892), pp. 170-173. En él repasa ligeramente las publicaciones más importantes de Peirce, al que caracteriza como “heredero científico de De Morgan", y ofrece una idea, breve pero adecuada, de su estilo científico y de su posición e importancia en el campo de los estudios lógicos.

14. V. Reyes Prósper, "Proyecto de clasificación...", cit. , p. 231.

15. "Maestro venerable" le llama en "El raciocinio a máquina", cit., p. 217.

16. L. Vega Reñón, "Ventura Reyes Prósper (1863-1922) y la introducción de la nueva lógica en España", Asclepio, LIV, 2 (2002), pp. 181-209.

17. J. A. del Val, "Los escritos lógicos...", cit., p. 325.

18. L. Vega Reñón, art. cit. en n. 16, p. 184.

19. Ibid., pp. 202 y s.

20. Ibid., pp. 185 y s.

21. Reyes a Christine Ladd, Cuenca, 2 mayo 1896. Cf. "Cuatro cartas americanas...", cit., pp. 763 y 765.

22. Ibid.

 



Fecha de la página: 19 de noviembre 2007
Última actualización: 26 de enero 2008

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