PROEMIO: EL CARACTER ARQUITECTONICO DE LA FILOSOFIA1


Charles S. Peirce (c. 1896)

Traducción castellana y notas de Fernando C. Vevia (1997)*





176. El paralelo, universal y justamente alabado, que Kant estableció entre una doctrina filosófica y una obra de arquitectura tiene excelencias que el principiante en filosofía puede fácilmente pasar por alto, y no es la última de ellas el reconocimiento del carácter cósmico de la filosofía. Uso "cósmica" porque "cosmicus" es una palabra elegida por el propio Kant; pero debo decir, que pienso que "secular" o "pública" se hubieran acercado más a la expresión de su significado. Las obras de escultura y pintura pueden ser ejecutadas para un solo patrocinador y tienen que ser hechas por un solo artista. Una pintura siempre representa un fragmento de una totalidad más amplia. Está delimitada por su marco. Es para ser colgada en una habitación y admirada por unos pocos. En tales obras, la individualidad del pensamiento y el sentimiento son elementos de belleza. Pero un gran edificio tal cual solo puede poner de manifiesto la intimidad del alma del arquitecto, se ha pensado para toda la gente y es levantado por los esfuerzos de un grupo representativo de todo el pueblo. Es el mensaje con el que cada edad está cargada, y que entrega a la posteridad. Consecuentemente, el pensamiento característico de un individuo -el mordaz, el amable, el listo- es demasiado pequeño para jugar el más breve papel, aun subordinado, en la arquitectura. Si alguien duda que esto es igualmente verdadero en la filosofía, le recomendaría el espléndido capítulo tercero de la metodología, en la Crítica de la razón pura.

177. Al carácter cosmológico o secular de la filosofía (al cual, cercanamente conectado, Kant con su discernimiento indefectible, une la circunstancia de que la filosofía es una cosa que ha de crecer por la fisión de partes minúsculas y no por acrecentamiento) se debe la necesidad de planificarla desde el principio. Sin duda, cada pintura tiene igualmente su composición, pero ésta no es un problema en realidad importante, excepto en ese tipo de pintura que es concomitante a la arquitectura, o es, muy pública en su estímulo (appeal). En verdad la pintura histórica es una de esas excepciones con las cuales probar la regla de que en obras que aspiran a ser seculares, más que individualistas, la cuestión preliminar de la planeación es en particular importante y gravosa.

178. Y la razón es muy simple y sencilla. Los instintos de los animales más débiles responden a sus propósitos mucho más infaliblemente, que lo que pudiera hacer un entendimiento discursivo. Pero para el hombre, el discurso de la razón es requisito, porque los hombres son tan intensamente individualistas y originales, que los instintos, que son ideas raciales, quedan sofocados en él. Por consiguiente, una facultad lógica deliberada ha de tomar su propio lugar en el hombre, y la única función de esa deliberación lógica es quebrantar el carácter arbitrario e individualista del pensamiento. De ahí que: y ya que en cualquier lugar la arbitrariedad y el individualismo son particularmente lesivos, allí a la deliberación lógica, o al discurso de la razón, debe permitírsele tanto quehacer como sea posible.

179. Este es el motivo por el cual la filosofía debe ser deliberada y planeada, y esta es la razón por la que, aunque "aventar al azar" artículos dentro de un volumen es un método fácil y preferido para hacer un libro, Mr. Peirce no ha juzgado este método como el más apropiado para la exposición de los principios de filosofía, de modo que, en lugar de conformar este libro mediante una colección de viejos artículos con adiciones, ha preferido escribir un libro completamente nuevo, como si nunca antes hubiera puesto la pluma sobre el papel2.


Traducción de Fernando C. Vevia (1997)



Notas

* (N. del E.) Reproducido con el permiso de Fernando C. Vevia. Esta traducción está publicada en Charles S. Peirce. Escritos filosóficos, El Colegio de Michoacán, México 1997, pp. 101-102.

1. Aparentemente un preámbulo al volumen Principios de filosofía, c. 1896.

2. Sin embargo, fue usado el método de "aventar" en la única obra filosófica que Peirce completó, The Grand Logic (La gran lógica). Los editores, por supuesto, fueron impelidos a "aventar", aunque trataron de hacerlo de acuerdo con un plan sugerido por las clasificaciones contenidas en el presente libro.




Fin de "Bosquejo de una clasificación de las ciencias", C. S. Peirce (c. 1896). Traducción castellana y notas de Fernando C. Vevia. En: Charles S. Peirce. Escritos filosóficos, F. Vevia (tr., intr. y notas), El Colegio de Michoacán, México 1997, pp. 101-102. "The Architectonic Character of Philosophy" corresponde a CP 1. 176-179.

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Fecha del documento: 8 mayo 2001
Ultima actualización: 11 de marzo 2010

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