Portada

Un fenómeno paneuropeo

El éxito de este género editorial se advierte, entre otras cuestiones, en los diversos lugares de edición que presentan y, sobre todo, por el elevado número de ediciones que poblaron el continente europeo durante los siglos modernos. Resulta evidente que aquellas sociedades demandaban cualquier novedad con tal de estar informadas, lo que favoreció la multiplicación del número de ediciones de un mismo suceso. A esto se unirían los traslados manuscritos que también difundían los acontecimientos, junto a las traducciones a otras lenguas, pues ambas estrategias ayudaron a propagar los relatos.

En resumen, estamos ante un fenómeno global que trascendió las fronteras de los reinos occidentales en la era previa a las revoluciones industriales y a la posterior aparición de Internet. Sin embargo, se fue tejiendo —a pequeña escala— una sociedad de la información a partir de estos impresos gracias a la existencia de rutas formales e informales de circulación de las noticias. Cabe afirmarlo porque las relaciones de sucesos se imprimieron en casi todas las ciudades de la Monarquía Hispánica, aunque sobresalieron Madrid, Barcelona o Sevilla, pero no menos relevantes fueron Valencia y Zaragoza, e incluso enclaves como Granada, Pamplona, Salamanca, Toledo, Logroño, etc. Este mismo esquema se reprodujo en Portugal, Italia, Francia, Alemania e Inglaterra, llegando incluso a México, Perú o Filipinas.

Todos estos centros editoriales funcionaron gracias a unos fluidos canales informativos que nos muestran cómo interactuaban entre sí, desde el centro a la periferia, aunque también es cierto que se advierten realidades policéntricas. Es decir, hubo importantes conexiones entre las redes de comunicación que se conformaron a partir de nodos secundarios que no pasaban por las capitales de algunos reinos. Esta circulación noticiera nos evoca a que la distribución de aquellos relatos a lo largo de la Edad Moderna debe ser concebida desde una óptica tridimensional. Bien es cierto que lo más reseñable de tales circuitos informativos fue la consolidación que manifestó este género editorial en la imprenta manual.