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Compás de punta seca y compás para trazar

La palabra compás proviene del latín compassare que significa pasear o medir. Se trata de un antiquísimo instrumento conocido por los egipcios y que la mitología griega atribuía su inmemorial invención a Pérdix, sobrino de Dédalo.

Formado por dos piernas articuladas terminadas en punta y que están unidas en su parte superior, puede servir para dos tareas: para tomar medidas o para trazar circunferencias, arcos y segmentos curvos.  Una gran variedad de compases romanos se conservan en distintos museos y colecciones. El tratado de Vitruvio cita este instrumento en el Libro I con la palabra latina circinus.

Durante la Edad Media los compases de pequeño tamaño eran usados en los monasterios para preparar los manuscritos para su posterior iluminación o para trazar dibujos de ingeniería o arquitectura. El compás de mayor tamaño o de hierro forjado fue un utensilio ampliamente empleado por canteros y carpinteros. Esta muestra incluye algunos de este tipo, empleados en la construcción, de los siglos XVIII y XIX.

A partir del siglo XVI aparecen dos tipos diferenciados de compás: los de punta seca y los utilizados para trazar.

El compás de punta seca presentaba en sus dos piernas puntas de acero y servía únicamente para dimensionar, tomar medidas a escala, dividir en partes iguales o copiar dibujos sobre distintas superficies. Se fabricó en una gran variedad de formas y con distintas articulaciones para adaptarse a los usos de diferentes disciplinas como la Ingeniería militar o náutica, o la Arquitectura. En esta muestra se incluyen distintos ejemplares de los siglos XVII al XIX. El compás más antiguo que data del siglo XVII se reconoce fácilmente por la bisagra con la que se ajusta la abertura en forma de abultada articulación redonda.

Por otra parte, el compás para trazar incorporaba en una de sus puntas un lápiz o tiralíneas; los compases de los siglos XVIII y XIX muestran una evolución con mejoras en sus articulaciones y adaptabilidad a distintos accesorios, fijaciones, puntas intercambiables o alargaderas, dando lugar a la fabricación de distintos tipos:

Compás de bigotera permitía una regulación exacta mediante un largo tornillo horizontal que atravesaba los dos brazos o piernas del instrumento a un tercio de su altura. Existen ejemplares a partir de 1500. Este tipo de compás, siendo de pequeño tamaño, es conocido también como de balaustre (una denominación de origen francés) y servía para dibujar círculos de muy pequeño diámetro. Se comienzan a fabricar desde 1700 y en Inglaterra se llegaron a fabricar reducidos ejemplares de 50 a 65 mm de altura. Desde 1800 presentaban un mango que sobresalía en la parte superior: en Francia y en Alemania este mango era de marfil o hueso; y a mediados del siglo XIX, en Francia se fabrica de metal moleteado. En esta muestra se exhibe una pequeña caja de bolsillo que contiene tres variantes de compases: de punta seca, con tiralíneas y portaminas.

Compás de espesores o compás de gruesos presentaba las piernas encorvadas, con las puntas hacia dentro, y servía para medir espesores o gruesos.

Compás de puntas reversibles, descrito desde el siglo XVIII, presentaba las puntas articuladas de tal manera que se podían girar para emplear las distintas modalidades de sus extremos.

Compás plegable o de bolsillo, un tipo que data del siglo XIX, disponía de brazos tubulares y articulaciones que permitían plegar sus brazos y guardarlo de forma compacta.

Bailarina, se trata de un compás para trazar círculos muy pequeños. El brazo que traza gira en torno a otro brazo exactamente perpendicular a la superficie fijado con una punta de aguja.

Compás de cuarto de círculo o compás de cuadrante, se trata de un compás que tiene en una de las piernas un semi arco que pasa por un hueco de la otra. Un tornillo de presión permitía regular con mayor exactitud su abertura. Proviene de la versión simple en hierro forjado que usaban los artesanos y se fabricaron infinidad de versiones adecuadas a cada disciplina o a la fortuna de su propietario, habiendo bellos ejemplares decorados. Fueron muy populares hacia 1600.

Compás de muelles eran fabricados con hierro de una sola pieza y presentaban en la parte superior una forma circular no cerrada. Los brazos se articulaban con un muelle y un pequeño tornillo. Resultaron muy comunes desde 1700; y desde 1800, las extremidades de los brazos disponían de unas articulaciones a manera de rodillas que permitían mayor precisión al mantener los dos brazos perpendiculares a la superficie del dibujo o de medición.

Compás de viga o compás de vara, consiste en una regla con una punta fija en uno de sus extremos y otra movible a lo largo de ella. Conocido desde la Antigüedad, Leonardo da Vinci representa gráficamente este instrumento en sus cuadernos hacia 1493. Es empleado para trazar círculos o segmentos de curvas de grandes diámetros. En esta muestra se presentan dos ejemplares: una viga de madera con puntas y accesorios metálicos y un estuche francés con distintos accesorios de compás del Fabricante F. Darnay & Cie., 7 Rue Coypel París, del siglo XIX.




Imagen vitrina de exposición
Vitrinas de exposición
Imagen vitrina de exposición
Imagen vitrina de exposición

Imagen de compases de punta seca
Compases de punta seca
Imagen del compás de trazar
Compases de trazar
Imagen del compás de hierro
Compás hierro de cuarto círculo
Imagen de compases bigotera
Compases bigotera

Imagen de compases de bolsillo
Imagen de compases de bolsillo
Imagen de compases de bolsillo
Imagen de compases de bolsillo
Compases plegables de bolsillo y compases de puntas reversibles. Siglo XIX. Compás plegable. Siglo XVIII

Imagen de compases de vara
Compases de vara
Imagen de compases de vara

Biblioteca Universidad de Navarra

Comisaria y Textos: María Angélica Martínez Rodríguez

Fotografía: María Calonge, Manuel Castells y Magdalena Olmedo

Diseño web: Inmaculada Pérez

Colaboración: María Antonia Frías y Pablo Arza
Universidad de Navarra | Campus Universitario. 31009 Pamplona. Navarra (España). Tel. +34 948 425 600