J. Nubiola: "Recensión de A. Llano, ed.: Ciencia y cultura al servicio del hombre",
Investigación y Ciencia Número 90, Marzo 1984, pp. 126-127.


Ciencia y cultura al servicio del hombre. Dirigido por Alejandro Llano. Editorial Dossat: Madrid, 1982. Este volumen recoge la transcripción de cuatro mesas redondas que tuvieron lugar en el Colegio Mayor Zurbarán de Madrid en el otoño de 1981. Participaron catorce españoles y dos franceses, actuando como moderador Alejandro Llano, decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Navarra.



"La sociedad se preocupa mucho ahora por atribuir un papel moral a la ciencia. Es un esfuerzo inútil ya que el hallazgo científico, por sí mismo, no es bueno ni malo: lo que ocurre es que ese hallazgo no está en el vacío, está hecho por hombres y para los hombres. La ciencia brinda a los hombres una cosa hermosa: el conocimiento, y una cosa difícil: la responsabilidad". Estas palabras de Julio R. Villanueva, en el prólogo, enmarcan en buena medida estos diálogos, en los que se alude a la tensión frecuente entre un progreso científico intrínsicamente beneficioso y unas consecuencias negativas que se estudian en sus raíces: el incremento de la desigualdad social, los desastres ecológicos, la utilización bélica de los conocimientos científicos, los riesgos de la energía nuclear y de la manipulación genética, las ideologías pseudocientíficas.

"La ciencia actual entre el temor y la esperanza" es el título del primer coloquio, en el que intervienen los catedráticos Alonso Santos (energía nuclear), Carpena Artés (química agrícola), Julio R. Villanueva (microbiología) y el profesor Díez Hochleitner. El debate se centra en las expectativas y temores suscitados por el progreso científico de las últimas décadas, aportando numerosos datos y reflexiones de gran interés. Sólo cinco países consumen casi el 85 por ciento de los fondos mundiales que se dedican a la investigación; más de dos millones y medio de científicos y técnicos trabajan en los países desarrollados, mientras que unos trescientos mil lo hacen en los países en desarrollo. En la actualidad hay capacidad potencial para alimentar a cuarenta mil millones de personas, pero el problema del hambre no se resolverá mientras los países desarrollados no inviertan mucho más para hacer posible la investigación agrícola aplicada a los países que necesitan ser alimentados. En el curso del diálogo, Rodríguez Villanueva matiza los riesgos sociales de la reciente ingeniería genética, y sostiene una actitud de esperanza fundada en una consideración ética de la investigación.

En el segundo coloquio, con el título "La ciencia y el enigma del hombre", intervienen los catedráticos José María Macarulla (bioquímica), Sánchez del Río (física atómica y nuclear), Claude Bruaire (filosofía, de la Sorbona) y Pedro Rodríguez (teología dogmática). La pregunta "¿Qué nos puede decir la ciencia acerca del misterio de la humana condición?" constituye el leit-motiv de la sesión. La cuestión así formulada pone de manifiesto la naturaleza propia del trabajo científico. "La ciencia —dice Sánchez del Río— es, básicamente, una descripción, y no una explicación. A pesar de que frecuentemente se dice que se explican las cosas, se trata en realidad de una descripción. La ciencia consiste en la formulación de unas cosas obvias de manera tal que las consecuencias que se deduzcan ya no sean obvias... En el fondo no responde a la pregunta del porqué, responde únicamente a la pregunta del cómo" (p. 52). En este sentido, Sánchez del Río y Macarulla dan cuenta de las descripciones científicas de la génesis del cosmos y de la génesis evolutiva de la vida, respectivamente; pero son el filósofo Claude Bruaire y el teólogo Pedro Rodríguez quienes abordan ese plus de realidad por el que el hombre trasciende su descripción científica.

Esta temática prosigue en el tercer coloquio, centrado en el tema "Ciencia y cultura ante la dignidad humana". Alejandro Llano plantea desde el comienzo el problema: "nunca como hasta ahora la dignidad humana se había proclamado con más fuerza, y nunca como hasta ahora se ha conculcado de manera más eficaz" (p. 63). Intervienen en el debate los catedráticos Larrodera López (planeamiento urbanístico), de la Cuesta Rute (derecho de la publicidad), y Cervós Navarro (neuropatología), quienes consideran desde distintos puntos de vista la manipulación de que el hombre puede ser objeto mediante la aplicación de los conocimientos científicos y técnicos. Emilio Larrodera denuncia la pérdida de la relación humana en la ciudad actual. José Mª de la Cuesta llama la atención sobre el sentido de mediación de los medios de comunicación social. Jorge Cervós. de la Universidad Libre de Berlín, postula trascender los reduccionismos simplificadores en línea con Eccles, en El yo y su cerebro (Editorial Labor, 1982): "la imponente cerebralización del hombre, que es un sustrato necesario para sus funciones psíquicas, no puede ser la causa de esas funciones psíquicas" (p. 82).

El último coloquio recogido en el libro, "Ciencia y fe", es especialmente ágil y polémico, como han puesto de relieve cruces epistolares de las distintas posiciones en los medios de comunicación científica. Intervienen los profesores Gutiérrez Ríos (química inorgánica), Alvaro del Amo (genética), Mariano Artigas (filosofía de la ciencia) y el filósofo y escritor francés Christian Chabanis. Se registra el profundo cambio que de modo paulatino se ha producido en la mentalidad científica moderna: frente a posturas reduccionistas todavía influyentes en los comienzos de nuestro siglo, se ha tomado conciencia acerca de la especificidad de los métodos científicos, con sus posibilidades y limitaciones. Chabanis aporta una curiosa encuesta sobre el problema religioso en distintos profesionales de la ciencia. Mariano Artigas analiza el tránsito del antiguo cientificismo optimista al moderno, de corte pesimista, según el cual todo conocimiento sería conjetural, y muestra las insuficiencias de ambos planteamientos. Gutiérrez Ríos da una visión clara de las motivaciones y actitudes del investigador. Alvaro del Amo expone la situación actual de las teorías evolucionistas: "el antagonismo entre creación y evolución carece de sentido".




Última actualización: 30 de octubre 2007


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