J. Nubiola: "Recensión de S. Haack: Evidence and Inquiry",
Anuario Filosófico XXVII/3, (1994), pp. 1090-1092.

Haack, Susan: Evidence and Inquiry. Towards Reconstruction in Epistemology, Blackwell, Oxford, 1993, x+259 págs.


La filósofa británica Susan Haack, que pertenece a la Universidad de Miami desde 1990, presenta en este libro el resultado de una prolongada reflexión durante diez años acerca del debate contemporáneo en la epistemología entre fundacionalismo y coherentismo. La autora muestra con singular habilidad las debilidades y confusiones de ambas posiciones y defiende brillantemente una nueva explicación de la justificación epistémica a la que bautiza como "fundherentismo" por su carácter intermedio entre aquellas dos posiciones más extremas.

Su estrategia en los tres primeros capítulos consiste primero en poner de manifiesto la impracticabilidad de la falsa dicotomía todavía al uso entre fundacionalismo y coherentismo; luego presenta con maestría los argumentos comúnmente esgrimidos a favor de uno y otro, y finalmente critica las ambigüedades en que incurren los defensores de ambas. Resultan singularmente acertadas la elección de C. I. Lewis para socavar el fundacionalismo en el que no hay lugar para la memoria y la experiencia subjetivas, y la discusión de la versión de Davidson del principio de caridad para mostrar la inconsistencia del coherentismo. El capítulo cuarto está destinado a presentar los aspectos causal y evaluativo del fundherentismo: "La justificación de una persona al creer algo no depende sólo de lo que cree, sino también de por qué lo cree" (p. 75). La relevancia de la justificación empírica de las ciencias se articula con el legítimo apoyo mutuo entre éstas. Para ilustrar su posición apela Haack a la analogía del crucigrama en el que las claves o definiciones corresponden a la evidencia experimental del sujeto y las respuestas horizontales y verticales vienen a corresponder a sus razones. Las definiciones no dependen de las respuestas, pero las respuestas dependen en diverso grado unas de otras (pp. 81-82).

El quinto capítulo se ocupa de Popper y de Watkins. Frente al primero Haack muestra el papel central que juega el sujeto humano cognoscente para articular una epistemología experiencialista y respecto del segundo la relevancia de las ciencias cognitivas para la epistemología. Frente a la pretensión popperiana de una clara demarcación entre ciencia y no-ciencia, Haack sostiene "que la filosofía difiere de las ciencias naturales sólo en grado de abstracción y de generalidad. Y, en lugar de considerar la epistemología como epistémicamente anterior a las ciencias, considero la epistemología y las ciencias como partes de una malla de creencias que se apoyan mutuamente unas a otras en mayor o menor grado" (p. 116). El capítulo sexto consiste en una magistral identificación del uso ambiguo por parte de Quine del término "ciencia" que oscila entre ciencia natural y saber humano en su sentido más general. Haack reconoce la filiación quineana de su naturalismo reformista a posteriori, al tiempo que rechaza el cientismo que pretende sustituir la epistemología por las nuevas ciencias cognitivas. La continuidad entre la filosofía y la ciencia natural no implica que no haya una diferencia de grado entre ambos saberes (p. 126).

El séptimo capítulo consiste en una discusión especializada del reliabilism de Alvin Goldman. En el octavo Haack denuncia con vigor la retórica del cientismo revolucionario de Stich y el agresivo materialismo de los Churchland. En el noveno muestra con cierta acritud el descarrío del "pragmatismo vulgar" de Rorty que niega la legitimidad de la epistemología y reduce la filosofía a un conversacionalismo relativista o a un cínico tribalismo contextualista. El reconocimiento de que los seres humanos son organismos físicos en un ambiente físico y con capacidad de pensar, de investigar, de actuar intencionalmente no excluye el que sus creencias contribuyan a explicar sus acciones intencionales (p. 179). Sobre este fondo crítico, concluye el libro Susan Haack ratificando en el capítulo noveno el "fundherentismo" como proyecto que explica mejor los criterios de justificación de nuestras aserciones.

Puede afirmarse que este libro —sumariamente descrito aquí— marca un hito en la filosofía angloamericana tanto por su extraordinaria claridad y el rigor analítico de su argumentación como por el talante constructivo con el que aborda las cuestiones epistemológicas más profundas y difíciles. Es de desear tanto su pronta traducción al castellano, como una ulterior obra de la autora en la que aborde las pautas de la investigación racional dejadas ahora expresamente al margen.



Última actualización: 30 de octubre 2007


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