J. Nubiola: "Recensión de Goodman: Wittgenstein and William James",
Anuario Filosófico XXXVI/3 (2003), pp. 805-807


Goodman, Russell B.: Wittgenstein and William James, Cambridge University Press, Cambridge, 2002, 212 págs.


Este libro de Russell Goodman, profesor de filosofía en la University of New Mexico, constituye un hito en la comprensión del pragmatismo de Wittgenstein y en el estudio del alcance del efectivo influjo que sobre él ejerció la lectura de William James. Frente a la opinión común de que James fue importante para Wittgenstein sobre todo porque ejemplificaba algunos errores fundamentales en filosofía de lo mental, "encontré —escribe Goodman en el "Preface"— que aunque Wittgenstein había encontrado esos errores en The Principles of Psychology, amaba a William James a través de sus escritos tanto en cuanto persona como en cuanto filósofo. Descubrí que The Principles y The Varieties of Religious Experience ejercieron una vasta influencia positiva sobre la filosofía de Wittgenstein, tempranamente y después" (p. viii). Mi tesis —dirá pocas páginas más adelante (p. 5)— "no es simplemente la de que James y Wittgenstein comparten algunas opiniones en temas concretos, sino que comparten un conjunto de compromisos: con el antifundacionalismo, con la descripción de los detalles de la vida humana, con la prioridad de la práctica sobre el intelecto, y con la importancia de la religión en la comprensión de la vida humana".

En el último año de su vida, Wittgenstein escribió en On Certainty, 422: "Estoy intentando decir algo que suena como a pragmatismo". En cierto modo, todo el libro de Goodman es un lúcido intento por esclarecer el sentido de aquel comentario aparentemente incidental. En el primer capítulo, "Las variedades de la experiencia pragmática" (pp. 11-35), se da cuenta del conocimiento que Wittgenstein tuvo del pragmatismo y se abordan los temas de On Certainty en los que Wittgenstein se refiere al pragmatismo de James. Para aclarar a fondo esta cuestión, en los cuatro capítulos siguientes —titulados respectivamente 2) Wittgenstein y The Varieties of Religious Experience (pp. 36-59); 3) Wittgenstein y The Principles of Psychology: Una introducción (pp. 60-88); 4) ¿Qué es ser un ser humano? (pp. 89-118); y 5) Lenguaje y significado (pp. 119-149)— se estudia la conexión a lo largo de casi cuarenta años de Wittgenstein con los escritos de James, los puntos de acuerdo y de desacuerdo, las actitudes compartidas, sus divergencias, y la profunda afinidad temperamental. Como dijo un día Wittgenstein a su alumno Drury, James fue "un buen filósofo, porque era un ser realmente humano". James era para Wittgenstein la buena persona que a él le hubiese gustado ser (cf. J. Nubiola: "W. James y L. Wittgenstein. ¿Por qué Wittgenstein no se consideró pragmatista?", Anuario Filosófico XXVIII, 1995, pp. 411-423).

En el capítulo sexto, "El pragmatismo reconsiderado" (pp. 150-171), Goodman estudia el otro pasaje de Wittgenstein en el que alude expresamente a su relación con el pragmatismo para negar que sea un pragmatista: "porque yo no digo que una proposición es verdadera si es útil" (p. 158). La razón última de ese rechazo se encuentra muy probablemente en que Wittgenstein no comparte el meliorismo pragmatista, la confianza en la ciencia, la convicción del pragmatismo clásico de que el empleo de la razón puede hacer progresar al género humano. Finalmente, el libro se cierra con una "Coda" (pp. 172-180) que ofrece una evaluación final de las relaciones entre James y Wittgenstein.

El libro, escrito con gran agilidad y con una excelente prosa, aporta con exhaustividad las fuentes disponibles para dilucidar el tema de estudio. "Goodman —ha escrito Rorty a propósito de este libro— es un fino y delicado lector tanto de James como de Wittgenstein, y su libro será de gran ayuda a los estudiosos de ambos filósofos". A mi parecer, esta obra interesa a todos los que estudien la filosofía del siglo XX en general, pues aunque James y Wittgenstein sean presentados de ordinario como pertenecientes a dos tradiciones muy distintas —pragmatismo y filosofía analítica—, descubre con claridad su amplia y profunda interrelación. Más aún, Goodman muestra con acierto que una de las raíces de la filosofía analítica se encuentra en el pragmatismo de James, lo que ayuda también a comprender la reciente transformación pragmatista de la filosofía analítica contemporánea de la mano de Hilary Putnam y Richard Rorty.



Fecha de la página: 13 de noviembre 2007
Última actualización: 13 de noviembre 2007

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