EL FONDO DE LA ACTUALIDAD
La Gaceta de los Negocios
,
11 de octubre de 2003, Fin de Semana/3

 

No quiero ser normal


Jaime Nubiola
jnubiola@unav.es



Lo normal en nuestra sociedad ha adquirido una gran fuerza normativa. Todo el mundo, al menos, muchos de mis estudiantes, cuando les planteo unos objetivos exigentes y atractivos, responden con resignación: "Yo quiero ser normal". Con esto lo que quieren decir es que desean hacer simplemente lo que hacen los demás, o al menos, la mayoría de sus amigos y conocidos. No quieren plantearse metas que requieran un esfuerzo mayor, y, en particular, no quieren distinguirse en nada respecto de su entorno.

A muchas personas les atraen los bares atestados, las playas abarrotadas, los grandes almacenes concurridos, las colas y las rebajas: les gusta lo que está de moda y tienen un miedo cerval a la soledad y a la diferencia. Frente a esta tradición más bien gregaria del hombre masa orteguiano, siempre se han alzado los intelectuales. Unamuno hace cien años insistía en que para ser hay que ser distinto. Con esto a lo que invitaba era a pensar radicalmente las opciones personales, desconfiando instintivamente de aquello que hacen las mayorías. Por su parte Thoreau escribía en 1854 desde su retiro junto al lago de Walden, "hoy hay profesores de filosofía, pero no filósofos. Y sin embargo es admirable enseñarla porque en un tiempo no lo fue menos vivirla. Ser un filósofo no consiste meramente en tener pensamientos sutiles, ni siquiera en fundar una escuela, sino en amar la sabiduría hasta el punto de vivir conforme a sus dictados una vida sencilla, independiente, magnánima y confiada. Estriba en resolver algunos de los problemas de la vida, no sólo desde un punto de vista teórico, sino también práctico (...). El filósofo va por delante de su época incluso en su forma de vivir".

Lo que Thoreau escribía a propósito del filósofo, puede aplicarse a todos los que aspiren a guiarse por la inteligencia, y, por tanto, no les baste con ser "normales", no les baste con lo que hace la mayoría. Efectivamente, para poder vivir con originalidad es preciso no traspasar nuestras decisiones personales a los dictados de la moda, a lo que hace la mayoría, a lo que dicen los demás o a lo que se ha hecho siempre. Es preciso ponerse a pensar las cosas de nuevo y, en cierto sentido, intentar ser así cada uno un poco filósofo de su propia vida. Nadie quiere hoy ser revolucionario, pero el revolucionario es aquel que se para a pensar, aquel que no se conforma con lo normal y se empeña por vivir creativamente, aquel que se guía por la inteligencia.

Guiarse por la inteligencia significa entre otras cosas empeñarse en convertir en rutinarias —esto es, en excluirlas del ámbito de la decisión convirtiéndolas en hábitos— todo un conjunto de acciones aparentemente menores que llenan nuestro día sin acomodarse simplemente a lo que hacen los demás. Mediante la adquisición de hábitos se trata de lograr una articulación personal de continuidad y novedad en nuestro trabajo y en nuestro estilo de vida que libere tiempo y cabeza para poder atender realmente a las tareas más creativas, para poder pensar. "Conviene —escribió Eugenio d'Ors— que vivas tu vida de tal manera que tus actos se continúen en el tiempo de modo infatigable, que se repitan, que se hagan cotidianos... Pero conviene también que tu corazón renueve cada mañana la novedad, el interés, la emoción y por tanto la poesía".

Guiarse por la inteligencia significa también llegar a construir un estilo de vida que facilite el crecimiento personal, tanto el de uno mismo como el de las personas que estén a nuestro alrededor. Un estilo de vida creativo y abierto a los demás resulta a la postre mucho más humano que los comportamientos que se agotan en la posesión o en el consumo de cosas, en la colección de emociones o en la mera acumulación de poder. Sin duda, para quienes somos filósofos o estamos dedicados a la docencia es más fácil que nuestro tenor de vida esté en conformidad con esa aspiración, pero esto mismo ha de poder aplicarse a los hombres de empresa: en este sentido, me parece que si son capaces de descubrir a las personas de su alrededor estarán afirmando con su vida que no quieren ser "normales".

 

Fecha del documento: 9 de junio 2006
Última actualización: 9 de junio 2006


[Página Principal] [Sugerencias]

Universidad de Navarra