Elin Runnquist y Jaime Nubiola, Diccionario del diálogo Fe-Cultura, Miguel A. García (ed.), Monte Carmelo, (en prensa).


Lenguaje


Elin Runnquist y Jaime Nubiola
elin_runnquist@yahoo.es, jnubiola@unav.es



1. Definición; 2. Dimensión estructural; 3. Dimensión funcional; 4. Dimensión comportamental; 5. Lenguaje religioso, lenguaje de la fe y lenguaje teológico. Bibliografía.

 

1. Definición

Las dimensiones estructural, funcional y comportamental del lenguaje humano permiten definirlo como un sistema de expresión, representación y comunicación basado en un sistema de signos y reglas cuya utilización implica una forma particular de comportamiento.

2. Dimensión estructural

El lenguaje, considerado en sí mismo, puede describirse como un código; un sistema de signos que remiten a objetos o aspectos de la realidad distintos de ellos mismos. Estos signos pueden ser descritos aisladamente o respecto a las condiciones en que pueden ser combinados sin perder su capacidad de significar, mediante descripciones semánticas, sintácticas y pragmáticas.

Algunas características estructurales del lenguaje humano son la arbitrariedad de sus unidades y estructuras; la doble articulación del sistema lingüístico en fonemas (unidades no significativas) y morfemas (unidades con significado que resultan de la combinación, en condiciones fijadas por la gramática, de los fonemas); y la organización interna jerárquica y componencial, pues la combinación de sus unidades se rige por los principios y las reglas de las gramáticas particulares de cada lengua.

3. Dimensión funcional

El lenguaje también puede considerarse como un instrumento, puesto que sus usuarios se sirven de él para realizar distintos tipos de actividades. Desde este punto de vista, pueden destacarse dos funciones esenciales.

La primera es la función representativa: con el lenguaje representamos el mundo. A su vez, esta función presenta dos características fundamentales. Por una parte, el desplazamiento referencial: los signos lingüísticos no están ligados de forma necesaria o directa a referentes inmediatamente presentes en el tiempo o en el espacio, pudiendo, por tanto, referirse a aspectos de la realidad presentes, pasados o futuros, reales o imaginarios. Por otra parte, su carácter meta-representacional: el lenguaje significa la realidad mediante representaciones mentales.

La segunda función esencial del lenguaje es la comunicativa: el lenguaje es un sistema de comunicación biológico especializado en la transmisión de información significativa entre diferentes personas o también con uno mismo. La posibilidad de trascender la utilización instrumental directa o primaria de los signos y la posibilidad de utilizar el lenguaje en formas de comunicación más gratuitas o desinteresadas (chistes, relatos, etc.), muestran que los seres humanos establecen mediante el lenguaje formas de comunicación distintas cuantitativa y cualitativamente a las de otras especies.

4. Dimensión comportamental

Como conducta o actividad, el lenguaje adopta dos modalidades primarias o básicas: la producción y la comprensión, realizadas de forma simultánea y combinada durante la conversación. La actividad lingüística en tanto que conducta presenta también la característica de la intercambiabilidad de roles entre oyente y hablante.

Además el comportamiento lingüístico muestra la libertad y creatividad humanas: no depende necesariamente de los estímulos y los hablantes tienen la posibilidad de demorar sus respuestas. Así pues, el uso del lenguaje constituye un caso prototípico de conducta inteligente e intencional. La posibilidad de transformar la conducta, el conocimiento o las emociones de otros y de uno mismo a partir del lenguaje convierte a éste en uno de los principales instrumentos de regulación social, interpersonal e intrapersonal.

5. Lenguaje religioso, lenguaje de la fe y lenguaje teológico

El uso religioso del lenguaje es un uso particular del lenguaje de cada día: se trata de una ampliación del uso ordinario del lenguaje en otro contexto de vida. En este uso es posible distinguir dos modalidades diferentes. Por una parte está lo que se llama lenguaje religioso o lenguaje de la fe. Es el lenguaje que usan los creyentes para referirse a sus creencias y para expresarlas. Por otra parte, está el lenguaje teológico, el que usa el creyente en la reflexión intelectual sobre su fe.

Las características del uso religioso del lenguaje dependen principalmente de la peculiaridad del ser de Dios y de la naturaleza del acto de fe. Hay una infinita diferencia cualitativa entre Dios y el hombre, de modo que el lenguaje se muestra siempre inadecuado para expresar esta realidad. Para superar esta dificultad, el hombre religioso se sirve de todos los recursos que la lengua pone a su disposición. Siendo Dios la realidad explicativa de toda la realidad, que no puede ser expresado de forma directa, gran parte del lenguaje religioso se sirve de simbolismos y analogías. Por otra parte, el lenguaje religioso cristiano es principalmente narrativo, pues confiesa la actuación de Dios en la historia. Mediante el relato y la narración informa de lo que Dios ha hecho. Finalmente, en el uso religioso del lenguaje, el hablante se implica, pues utilizar el lenguaje religioso significa creer en Dios.

El lenguaje creyente presenta tres dimensiones funcionales: la emotiva (es capaz de originar sentimientos y actitudes); la conativa (invita a la acción); y la cognoscitiva (realiza una interpretación de la realidad). Estas tres dimensiones del lenguaje religioso están articuladas entre sí por la función cognoscitiva, que es la que ofrece fundamento para que el lenguaje pueda suscitar emociones y conductas.

Desde el punto de vista de los actos de habla, el lenguaje religioso conlleva un aspecto constatativo, pues afirma ciertas proposiciones. Además, es un lenguaje realizativo en todos sus aspectos. Esto se hace patente de un modo especial en el lenguaje litúrgico que muestra una triple fuerza realizativa: la de una inducción existencial (XX), la de una institución (XX) y la de una presencialización (Eucaristía).

 


Bibliografía



Fecha de la página: 22 de febrero 2008
Última actualización: 22 de febrero 2008

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