4. 2. Teatro alla Scala. Milan, 1778

La Scala de Milan es uno de los teatros más importantes del mundo, y una referencia obligada para la Ópera. En la historia de la música europea, su papel ha sido decisivo. En la historia de la arquitectura es un poco más difuso.

Aunque construido en 1778, es importante sobre todo por sus reformas. El edificio ha sido repetidamente reformado, para que en cada momento estuviera en las mejores condiciones. Hacia 1830 había cobrado el aspecto actual. Los bombardeos de 1943, durante la WWII, dañaron muy gravemente el teatro: y fue rápidamente restaurado.

En La Scala se aprende que un teatro es más que un edificio: es una institución, un logro social. En otras ciudades ocurría algo parecido, pero en ninguna con la intensidad y las consecuencias de Milan. Merece la pena detenerse en este asunto.

Fondazione Teatro alla Scala di Milano. Official webpage

El proyecto de Piermarini

El diseño se encargó a Giuseppe Piermarini di Foligno.

La tutela regia

Desde 1714, el Ducado de Milan pasó de la dominación española a la austríaca; y su territorio fue desmembrado por los tratados siguientes. Con la invasión francesa de 1796, la vieja capital de Lombardía recuperó su protagonismo sobre el norte de Italia. Su naciente burguesía (parcialmente ennoblecida) se demostró muy activa, comercial e industrialmente, y convirtió a Milan en la ciudad más importante de Italia y uno de los principales centros de Europa.

El viejo Teatro di Corte, que ocupaba un ala del palacio, se incendió en 1708. En 1717 se levantó el Regio Ducale Teatro, notorio en sus proporciones, y la forma de sus palcos, pero sin especial relevancia ni en su distribución ni en su exterior. Este teatro ardió la noche del 25 de febrero de 1776.

Los "Cavalieri Associati", propietarios de los palcos, promovieron un nuevo edificio, con apoyo del gobierno, que cedió los terrenos de la antigua iglesia de Santa Maria della Scala, a la que debe su nombre. El gobierno y luego el Comune de Milano (Ayuntamiento de la Ciudad) pasó a ser copropietario.

El nuevo teatro se inauguró el día 3 de agosto de 1778. Los grandes gastos que conllevó su construcción se sufragaron en parte con la venta de más palcos (muy caros). La Scala llegó a tener la abrumadora cantidad de 194 palcos, además del palco real, y el paraíso o "loggione".

El teatro estaba confiado a unos empresarios. Pero la intervencion regia (de la emperatriz Maria Teresa) y del comune se hacía notar en la regulación de la vida teatral, por decreto muchas veces.

El gobierno de la ciudad emitía decretos públicos sobre promover funciones gratuitas, o prohibirlas en algunos días, detallando sobre las repeticiones, las mascaradas, o la regulación del tráfico de carrozas.

Recepciones y fiestas. Referencia para toda Europa.

Desde su construcción, el teatro experimentó repetidas mejoras internas, en la decoración de su sala, y espacios circundantes: 1807, 1814, 1830. Cada palco era independiente, y el propietario (o propietarios compatidos, como era frecuente) lo arreglaba a su gusto, en color, sillas, candelabros, y cortinajes; lo usaba para tertulia y juego (a veces prohibido) y lo abría o lo cerraba en las funciones. Era necesario acordar los tonos.

En 1829 un decreto establece que los palcos "deben estar en perfecta uniformidad en cuanto a su aspecto exterior según el modelo establecido ... que se verá efectuado en el palco nº 16 de la primera fila a la izquierda del destinado al Comandante militar..." (92). En 1844, el palco real está tan desgastado que se decide redecorarlo en en color "cedrone brillante". Se invita a a todos los propietarios "a seguir el ejemplo del Gobierno" y mandar al tinte los entelados de su palco: se recomienda un determinado artesano, que tiene la muestra en su taller para no alejarse demasiado del tono (120).

La intromisión de la administración se compensaba con el apoyo económico permanente. El teatro acusó los adelantos técnicos, con una cierta demora, comenzando por la iluminación. Las iniciativas abundaban, pero despertaban grandes discusiones. Los particulares usaban sus propias lámparas, que a veces se pedía encendieran para algún festejo. En 1821, se colocó "la grande Lumiera" del centro de la sala, con 84 lámparas Argand, no sin resistencia: estorbaba la vista, perturbaba la acústica, cegaba a los asistentes. En 1842 se intentaba que todas las luces empleadas por los particulares estuvieran protegidas (113). En 1860 se adoptó la iluminación a gas.

Además se convirtió en una referencia urbana: fue completando y mejorando su exterior, antes reducido a la fachada. En 1857 se abrió una plaza a sus pies, luego nuevamente aumentada y urbanizada.

Corpo dei Palchisti

Con la inauguración del nuevo teatro, a fines del 18th, Milan había arrebatado el liderato a Napoli: y durante los tres primeros cuartos del siglo 19th, en el apogeo de la ópera italiana, la Europa civilizada consideraba al público de Milan como piedra de toque de las grandes composiciones musicales. La parte más significativa socialmente -y la más operativa- de la ciudad, se identificaba con el edificio, que actuaba como su insignia.

La economía falló cuando Lombardia pasó a formar parte del reino unificado de Italia. A partir de 1863, la hacienda del nuevo reino decidió ahorrar y dejó sin respaldo los teatros hasta entonces subvencionados.

Los propietarios, "i palchisti", formaron el "Corpo dei Palchisti", con una delegación permanente que se demostró muy activa. Los palcos se heredaban como un bien preciosísimo; constar en el censo, actualizado cada veinte años más o menos, significaba valer algo en Milan; y pertenecer a la Delezione dei Palchisti della Scala era ambicionado como un título de honor, que podía declararse junto al de senador o diputado. Lo que llenaba de orgullo a "i palchisti", era la labor musical que allí se realizaba.

Fueron años difíciles. La Opera tendía hacia el gigantismo. Meyerbeer. Competencia de los grandes teatros de 1860s.

Reformas interiores en 1865, y en 1878-1879. En 1883-1884 la luz eléctrica. En 1884 se adecentaron y regularizaron sus fachadas laterales.

La orquesta della Scala era, además de excelente, proverbialmente amplia (120 profesores en 1879). Desde 1813, poseía una escuela de baile, y desde 1864, una escuela de canto coral.

Las puestas en escena eran formidables. En 1897 se calculaba que en la temporada teatral trabajaban 1160 personas, y contando con las tareas auxiliares, podrían depender del teatro unas 1800 familias.

Durante algunos periodos, un grupo de ilustres ciudadanos (incluido el Rey de Italia) sostuvo una parte del deficit. Cuando el Comune suspendió su apoyo, el teatro se vio obligado a cerrar, por primera vez. La organización mancomunada se demostró incapaz de adaptarse a los rápidos cambios Fin de siécle. Tras varias crisis económicas, en 1921 el Comune de Milano se convirtió en el único propietario della Scala.

 
Joaquin Lorda. CLASSICAL ARCHITECTURE

VII. Theaters

4. 19th century Theaters

4. 2. Teatro alla Scala. Milan, 1778
4. 3. Teatro Carlo Felice. Genova, 1828
4. 2. 19th century French theaters
4. 3. 19th century German theaters
4. 4. 19th century British theaters
4. 5. 19th century Spanish theaters
4. 6. Other 19th century European theaters
 
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