Eugenio d'Ors
OBRA POÉTICA
«XENIEN»(1)
 
A un amigo algo aventurero,
regalándole, el día de su santo,
unas pantuflas y un libro de piedad.
 
 

Hasta para navegar
Cientos y cientos de millas
Conviene, junto a un hogar,
Tener unas zapatillas.

Y también al peregrino
De tierras y de pasiones
Le vale para el camino
Saber unas oraciones

 
* * *
 
A un hijo de Pemán,
que quiso acompañarme en Cádiz,
por una noche de Levante hórrido.
 
 

Alabaré en Juan Pemán
Esta feraz galanía
Que valió a su padre un día
Mote de Gran Capitán.
Señales entrambos dan
Tan a la fama patentes,
Que ya adivinan las gentes,
Dentro del mismo linaje,
Reproducido igual viaje
Por caminos diferentes.

 
* * *
 
Sobre Ignacio Zuloaga,
en un almuerzo
 
 

Fuego que Eibar encendió
Y París alimentó,
Y la ancianidad no apaga:
¡Feliz quien pudo admirar
Esta energía sin par
Del dibujar y el pintar,
Y el trabajar y el ganar,
Y el comer, y el torear
De don Ignacio Zuloaga

 
* * *
 
A madame Seynaeve V. Fernández,
en gracias de una tarta de manzanas.
 
 

Puisqu'elle a des couleurs, non moins chaudes et belles
Que vos vitraux de Sainte-Gudule, de Bruxelles;
Puisqu'elle rend ainsi, au sucré de ses pommes
Ce gout qu'au Paradis perdit le premier homme,
Permettez-moi, madame, de sacrer votre tarte
Sur l'autel d'Athénée, à l'exorcisme de Sparte

 
* * *
 
Sobre Ortega y Gasset,
al recibir nuevas de una convalecencia suya.
 
 

La vida nos reúne, hurtándose a la vista
De nuestras etiquetas y ajena a su control.
Ortega, vitalista; y yo, intelectualista,
Vamos a parecernos en el tomar drenol.

 
* * *
 
Elogio trenzado, a los estilos de Manolete
y del doctor Puig Sureda.
 
  Quédate aplomado, opera tranquilo,
Si un vivir —o el tuyo— penden de un hilo.
 
* * *
 
Al ama del párroco don Alfonso Roig, de Valencia,
que me mandó, en ocasión de las fiestas del ángel,
versos y dulces de su fabricación.
 
  I que bé s'explica,
En vers llemosí,
Quan s'adressa a mi
L'amable Pepica!
Mes tampoc claudica
Mon purissim goig
Quan don Alfós Roig,
Generós, combina
Cireril estoig
A coca cristina.
 
* * *
 
Al alcalde de Granada,
por sus obras de urbanización.
 
  Mucha gloria los siglos han dado
Al Quijote, que el poeta ha llamado
«Este libro inmortal, anotado
Por Francisco Rodríguez Marín»…
Y la misma —tal vez aumentada—
El Destino reserva a Granada,
Esta bella ciudad, renovada
Por Antonio Gallego Burín.
 
* * *
 
A Camilo José Cela, al saberle poeta entero
y verdadero, sobre novelador.
 
  «Pisando la dudosa luz del día»…
—Tenga cuidado usted con lo que pisa.
 
* * *
 
Para rehusar el postre tras de un buen asado.
 
  ¿Por qué jugar, gustador,
Tan grata reminiscencia
Al albur de una experiencia
Que, a lo mejor, es peor?
 
* * *
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(1) Publicado en Arriba, 3-VI-1945, p. 3; recogido en Novísimo Glosario, Aguilar, Madrid, 1946.

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Última actualización: 1 de marzo de 2007