Eugenio d'Ors
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INICIATIVAS EDITORIALES
 
Calendario y lunario. La Vida Breve
(Blanco y Negro, 25-VII-1926)

Jueves.

Los libros de Les quatre chemins representan, por decirlo así, la fantasía en materia de ediciones de arte. Los preparados por León Pichon, el clasicismo.
Pichon ha sido hombre de irse a la propia casa de Plantin, hoy museo Plantin-Moretus, en Amberes, y predicar allí y exponer allí lo que hace. Y salir con todos los honores de la prueba.
Su casa, con la imprenta, está situada donde debía estar. En la deliciosa isla de San Luis, en un viejo inmueble de la rue Christine. La entrada es gris; la escalera, negra; la luz que viene del patio, muy clara.
Allí estaban cuatro reunidos, cuatro de hablar bastante matizado. Estaban la Presidenta, toda intelecciones y timideces, toda dudas y eficacias; y el Pintor, todo grises y todo nervios; y el Filósofo molinero, con las yemas de los dedos acariciando libros, o categorías, o porcelanas, o amistades, y el Artesano, es decir, el propio Pichon, hoy consagrado, como es bien justo, a concretar.
La concreción se hizo. A. L. A. se separó del Caos. Y, en un principio, fue el Prospecto.
El Prospecto de A. L. A. está, por de pronto, en francés. Sus versiones castellanas se imprimirán fuera de aquí. Por de pronto, éstas de ahora ya bastan para darnos a conocer que la A. L. A., es decir, la Sociedad de Amigos del Libro de Arte de España y de América, se ocupará de la edición de textos castellanos, con propósito de constituir, por los cuidados literarios, artísticos y tipográficos de que rodeará sus publicaciones, una obra perfecta cada vez, tanto desde el punto de vista de la técnica como de la sensibilidad.
«A despecho de toda etimología y de toda literalidad —dice el Prospecto—, bibliofil no significa exactamente lo mismo que amigo del libro. Habrá siempre quien se interese en éste como en un joyel que el arte cincela, y quien le ame como un ser vivo, como un hermoso animal, dulce de acariciar, que el arte domestica». Los de A. L. A. pertenecen, naturalmente, al último grupo. Son capaces de mirarle los ojos o de acariciarle el entrecejo a un libro de arte como a un perro de caza.
Creo que el Pintor ha quedado todavía un poco escéptico sobre el resultado de la tentativa. Ya le pasará.

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Última actualización: 22 de octubre de 2008