GLOSARIO INÉDITO
A RUDYARD KIPLING
(La Cataluña, 21-XII-1907)
Rudyard Kipling, bueno es que te den el premio Nobel, por tu amor a la Guerra, cuando ya tiene otro premio Nobel Roosevelt, por su amor a la Paz. Que Paz y Guerra júntanse —como dos signos en monograma— en el espíritu complicado del Novecientos.
Rudyard Kipling: la Guerra que tú dices es un útil magnífico de Justicia. Porque tu Imperio es Justicia también. Porque tú en él exiges la presencia activa del Señor. Así, en la hora del «jubileo imperial» de Inglaterra, en el momento culminante del orgullo británico tal vez, tú —en verso, desde el Times— dirigiste al Todopoderoso una súplica para que no se ausentara de entre vosotros.
Rudyard Kipling: nosotros empezamos a balbucear palabras imperiales hoy…
Rudyard Kipling: llegue hoy hasta aquí un eco de tu cantar grave, para recordarnos cómo es fuerza que la imposición sea Derecho. Y que no tiene legítimamente «dominio sobre pinos y palmeras» sino aquel a quien empuña y sujeta la «terrible Mano» de lo alto. Y que toda vindicación o expansión de Patria debe apoyarse en una vindicación o expansión de la Justicia. Y que cualquier Imperio es cosa vana, si no está preñado de Dios.
Rudyard Kipling: la Guerra que tú dices es un útil magnífico de Justicia. Porque tu Imperio es Justicia también. Porque tú en él exiges la presencia activa del Señor. Así, en la hora del «jubileo imperial» de Inglaterra, en el momento culminante del orgullo británico tal vez, tú —en verso, desde el Times— dirigiste al Todopoderoso una súplica para que no se ausentara de entre vosotros.
Rudyard Kipling: nosotros empezamos a balbucear palabras imperiales hoy…
Rudyard Kipling: llegue hoy hasta aquí un eco de tu cantar grave, para recordarnos cómo es fuerza que la imposición sea Derecho. Y que no tiene legítimamente «dominio sobre pinos y palmeras» sino aquel a quien empuña y sujeta la «terrible Mano» de lo alto. Y que toda vindicación o expansión de Patria debe apoyarse en una vindicación o expansión de la Justicia. Y que cualquier Imperio es cosa vana, si no está preñado de Dios.