Eugenio d'Ors
GLOSARIO INÉDITO
LAS MANTAS. CRÓNICA DE LA ERMITA
(Arriba, 9-VIII-1947, recogido en De la ermita al finisterre).
Estos amigos tienen la costumbre de huir de los calores hacia la época actual del año, y dedicarse, por dos o tres semanas, al deporte montañero, en las alturas de los Pirineos. Después, al regreso, nos cuentan maravillas sobre lo frescamente que lo han pasado. Y hasta mencionan un frío, que en otras estaciones se tomara a tortura, pero que ahora es irisado por nuestra envidia con matices de compensación.

Va para tres veranos que en tal ocasión nos dijeron:

—En el Refugio, por la noche, no teníamos lo suficiente con una manta. Todos tomamos dos y hasta Mercedes tomó tres.
El año pasado, ya fuimos nosotros quien se adelantó a la estadística del abrigo.
—Ha sido una excursión estupenda.
—¿Tres mantas, cuatro?
—No, ya nos bastaba con un par.

El otro día, una postal nos llegaba de nuestros amigos. Estaba fechada, como en homérica adjetivación, en Ordesa, "la de la rica fresa".

Esta vez, ya ni hemos esperado la nueva presencia entre nosotros. Hemos contestado a la postal con otra postal y una especie de versos.

"Ordesa,
La de la rica fresa…

Pero —vamos al grano—, ¿cuántas
Mantas?"…

Nuestra venganza completa será el enero, en que desde Buenos Aires, podremos mandarles, para regalo de Reyes, un abanico.

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Última actualización: 29 de agosto de 2006