Eugenio d'Ors
GLOSARIO INÉDITO    
(ABC, 15-VII-1925)

GLOSAS DE ENTRETREN. UN GESTO.— Se dice de las gentes latinas que son siempre las más exuberantes de expresión, las más gesticuladoras y gesteras… Se dicen muchas cosas.
Pero hay un gesto, bien excesivo y agitado, que no he visto sino en austríacos y alemanes, y sospecho característico entre ellos.
Levantan la mano a altura de la cabeza, y, abierta casi en guisa de ala, la mueven al hablar, proyectándola repetidamente de dentro a fuera, de atrás a delante, cortando el aire con su filo, como una segur.

LECTURA Y CONVERSACIÓN.— Me parece que en Francia se lee cada día más. Peor, pero más.
En el interior de los compartimientos de tren, la lectura ha sustituido casi completamente a la conversación de otros días.
Precisamente cuando algunos espíritus empiezan a sospechar si para obtener el florecimiento de una civilización afinada no convendría, más que la lectura, la conversación.

LECTURA Y AVENTURA. También puede observarse que en el viaje, con la generalidad de la lectura, se aminora considerablemente la contingencia de la aventura.
Abunda hoy en los quioscos de las estaciones la literatura cínica; y por paradójico que parezca, el libro cínico es el que menos condiciones tiene para "libro galeoto"… ¿Imaginamos a un Paolo y a una Francesca leyendo juntos, hombro con hombro, a Paul Morand?
Es como si en los fastos de la música celestina quisiéramos sustituir la Sonata a Kreutzer, de tolstoyana memoria, por un Arthur Bliss.

FILOSOFIA "DE GÉNERO"(1).— Convendría precaverse contra una tendencia en plano inclinado, que nos lleva a hacer lo que llamaríamos filosofía de género; es decir, cifrada en la observación de pasiones y costumbres.
Como hay una pintura de género, hay una filosofía de género. Común peligro en las dos, la impureza y mancha del(2) pathos y de(3) la anécdota.
Y luego, el otro peligro, el éxito fácil. El éxito, que convirtió a Cicerón en un charlatán, y al Vasari, en un embustero. El éxito, que tanto esclaviza. "—Aquí, aquí, mi capitán, que acabo de hacer prisionera a una elegante lectora— gritaba, como el soldado del cuento viejo, el filósofo de mi nuevo eximplio. —Y, ¿por qué no la traes para acá? —Porque no quiere soltarme".

"LETTRES A MELISANDE"(4).— Se adivina que a Monsieur Benda le gustaría suceder a Monsieur Bergson en las veneraciones refinadas de Melisenda. Se adivina también que desde el principio ve la cosa(5) mal y que se bate a la defensiva y en retirada.
Lástima de veras. Porque, después de todo, Monsieur Benda, sobre tener de su parte la razón, tiene hoy el viento favorable de la moda. ¿Qué extraña sordera le ha impedido advertir esta palpitación y soplo en el corazón del momento? Sin duda, en la página 51 del libro no puede menos de tomar en cuenta el hecho de que, desde la boga de Monsieur Paul Valéry, aumente entre las gentes, con el menosprecio de la emoción, la adoración de la inteligencia pura… Pero esta observación de la página 51, la página 52 y(6) todas las siguientes parecen haberla olvidado(7). Y el educador filósofo habla a su educanda como si el último cuarto de siglo hubiese transcurrido vanamente(8).
La verdad es que se han perdido diez años(9), pero no veinticinco(10). Las Melisendas verdaderamente actuales ya no tienen en su gabinete el retrato inserto en el boj de Fernand Simeón, que el libro de Julien Benda lleva por cubierta. Antes lo han arrinconado. En lo cual es posible incurran tanto en(11) injusticia como en(12) ingratitud… Pero aquí no canonizamos; advertimos.
Como Spengler y otros en materia de artes, Benda, en materia filosófica, sólo se puede dirigir a Melisendas un poco atrasadas de noticias.

LAS VIDAS PARALELAS(13).— Ya que he aludido al poeta Paul Valéry, detengámonos un punto en su recuerdo, trayéndole a contraste del(14) reciente viaje a Madrid de una figura literaria, en cierto sentido paralela a la suya, la del poeta Paul Claudel.
Dicen que todas las comparaciones son odiosas; pero yo me pregunto cómo, sin el denuedo necesario para arrostrar esta odiosidad, sabríamos nada de nada. Por lo menos, aseguro que no hay mejor situación de ánimo que la de un hombre un poco cansado de Paul Claudel, para comprender y gustar plenamente de Paul Valéry.
Entonces se ve y registra que(15) el primero, a pesar, en muchas ocasiones, de su apariencia de claridad, entra de lleno —como el mismo Bergson, que es, culturalmente, su coetáneo— en lo que, con Vernon Lee, ya hemos llamado varias veces el Oscurantismo(16). Mientras que Paul Valéry, a quien el vulgo dice oscuro, es, no obstante, un hombre adscrito a las luces, y a las luces fiel.
Establecido esto, creo no tener necesidad de especificar cuál de los dos es el mío.

CLARIDAD Y FACILIDAD(17).— No me cansaré de insistir en la conveniencia de no confundir estas nociones, atribuyendo siempre claridad a lo fácil y oscuridad a lo difícil; cuando lo más frecuente es el caso contrario.
Las abstracciones matemáticas son más difíciles que las observaciones biológicas. Y, sin embargo, más claras que ellas.
La vida, lo más oscuro, no es lo más difícil.

SIEMPRE HAY QUE IR A ITALIA CON EL VASARI(18).— También se ha aludido, un instante ha, al Vasari y a sus embustes.
Sabido es que éstos eran muchos menos(19) en la primera edición de las Vidas de los ilustres pintores y escultores florentinos. Pululan, en cambio, a partir de la segunda edición. ¿Qué había pasado entre aquélla y ésta? El eruditísimo Kallab lo explica así: "Entre la primera y segunda edición, el Vasari había tenido éxito, se había desmoralizado por el éxito”.
Inmoral y todo, dejadme ahora abrir, inquieto, la maleta, para asegurarme de que no lo he olvidado.

LOS CAMINOS DEL BIEN.— No sé; pero me figuro que la calentura xenófoba que sentían los franceses el año pasado empieza a remitir.
Ellos se figuran que lo hacen por cálculo.
Por "atracción de forasteros" y en razón a la Exposición de artes decorativas… Pero el Bien tiene más caminos de lo que los buenos se figuran.
A veces hay, en la hipocresía, tres capas. Y resulta que es la máscara, y no el rostro, la que reproduce el secreto —tal vez inconsciente— dictado del corazón.


(1) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, p. 158.
(2) del] en el Nuevo Glosario.
(3) de] en Nuevo Glosario.
(4) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, p. 159.
(5) la cosa] las cosas Nuevo Glosario.
(6) la página 52 y] en la página 52 y en Nuevo Glosario.
(7) parecen haberla olvidado] parece olvidada Nuevo Glosario.
(8) vanamente] en vano Nuevo Glosario.
(9) diez años] dos lustros Nuevo Glosario.
(10) veinticinco] cinco Nuevo Glosario.
(11) es posible incurran tanto en] hay Nuevo Glosario.
(12) como en] no menos que Nuevo Glosario.
(13) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, pp. 159-160.
(14) del] con Nuevo Glosario, vol. II.
(15) que] cómo Nuevo Glosario.
(16) el] om. Nuevo Glosario, vol. II.
(17) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, p. 160.
(18) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, pp. 160-161.
(19) muchos menos] menos copiosos Nuevo Glosario.

Diseño y mantenimiento de la página: Pía d'Ors
Última actualización: 19 de junio de 2008