Eugenio d'Ors
GLOSARIO INÉDITO    
(ABC, 21-II-1924)
EL PRESTIGIO DE SERGIO KUSSEWITZKI(1).— Hay, realmente, en tanto poder sobre la orquesta, en la maravilla de tan inquietante animación, algo que no está del todo claro… Si cosa de hipnotismo o de magia, no sé.
Pero sé que cuando nuestro vencimiento rompe a aplaudir —entusiasmado, embriagado, alocado—, detrás nuestro, la diosa de los ojos cerúleos —que ahora, si nos volviéramos, veríamos empañados por la pesadumbre— reprueba, reprueba…

REPROCHE(2).— A ver, ¿cuándo nos habían dado, antes de ahora, un Beethoven fosforescente?

ALUCINACIÓN(3).— Así que la pálida procesión de los espectrales "pianisimos" se extingue con el preludio de Mussorgsky, encontramos, mezclados a nuestra emoción, un poco de terror, una sorda angustia.
Estamos a punto de gritar —así los romeros de la Galicia supersticiosa, en sus noches alucinadas—:
— ¡He visto la Hueste! ¡He visto la Hueste!

EL PACTO DE PAGANINI(4).— Como la nuestra ante Sergio Kussewitzki, debió de ser ante Paganini la impresión de sus contemporáneos.
De ahí la leyenda de un pacto con Lucifer.
El tipo de esta secreta convención nos turba más que el caso del Fausto. Al fin, lo que el Doctor obtiene en el trueque es la juventud: una ventaja humana, saludable y, siquiera por el momento, útil. Mientras que el diabolismo del violinista fantástico o del Kapellmeister brujo tiene mucho de excesivo, de estético y superfluo.
A veces, en pleno curso de la ejecución de un fragmento, Kussewitzki hace una seña extraña en que nada se ordena ni sugiere a los músicos… No es para ellos, es para el Otro.

LOS EXPERIMENTOS DE MISTRESS FROMKIS(5).— Nuestra amiga mistress Fromkis, la esposa del celebrado pintor norteamericano (y, entre paréntesis, Mrs. Fromkis es una dama que tiene mucho "pep"), quiere estudiar experimentalmente, en el público de los grandes conciertos, las tesis de Gustave Le Bon sobre la psicología de las muchedumbres.
Está bien; pero siempre a condición de que las muchedumbres no estén embrujadas.

DOCTRINO EN HUMILDAD(6).— La genericidad, y aun la solidaridad, ¡se establecen en ocasiones por vías tan sutiles, tan impensadas!
—¿Qué tengo yo de común —decíame anoche un laureado escritor— con el(7) imbécil de Fulano, con el puerco(8) de Zutano?
—Tienen ustedes de común una cosa —le contesté—. El precio. Cinco pesetas el volumen.

OTRA FORMA DE LA MISMA REFLEXIÓN (9).— Todo Catálogo es una "Danza de la Muerte".

MÉDICOS, NOTARIOS Y CONFESORES(10).— Ante estos hombres, la Vida se desnuda y enseña el detalle de sus pasiones, como los avances de un mal.
¿Cuál es, pues, la razón de que no conozcamos buenos novelistas, buenos dramaturgos, entre médicos, notarios y confesores?
Será que el conocimiento de las pasiones, como la virtud de los talismanes, se agota y cesa cuando se pretende sacar de eso(11) algún rendimiento venal.

DIBUJOS DE BENJAMÍN PALENCIA.— Benjamín Palencia ve, que es siempre la mejor ciencia… Por eso de buena fe, estudio y estudiaré los dibujos de Palencia.

CON LA MUERTE DE ARTHUR MEYER.— Con la muerte de Arthur Meyer, Francia pierde un abuelo.
Pero la impresión es más bien la de que a París se le ha roto un juguete.

PEDAGOGÍA.— Hay hombres así… Hijo mío, no quieras ser así.
No te fabriques una cabeza ni un carácter. No le des, al posible caricaturista futuro, la mitad del trabajo hecho.
Que el futuro caricaturista, ante el grave misterio de tu personalidad —y aun, simplemente, ante el de tu fisonomía—, se turbe, sude, forcejee y, al fin, fracase.

POLÍTICA.— (Patria mía, no quieras tampoco ser así).

HAY MANERAS Y MANERAS(12).— Me gusta la conversación de este hombre.
Habla mal de las gentes(13); pero, así como otros parecen deslizar sus opiniones en billetes anónimos, éste parece publicarlas en osados pasquines.

NIEVE(14).— Cada vez que asisto a un episodio meteorológico extremo, me acuerdo del fracaso del "Calendario republicano" de la Revolución francesa.
¡Aquellos nombres, con que se bautizaba de nuevo a los meses, pretendían ser, por lo racionales, universales! No se olvidaban más que del hemisferio austral…
Pienso en la cara del ciudadano de Montevideo, pongo por caso, teniendo que fechar "Floreal" o "Thermidor” una carta escrita en un día como fue en Madrid el de anteayer.

(1) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. I, p. 878.
(2) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. I, p. 878.
(3) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. I, p. 878.
(4) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. I, p. 879.
(5) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. I, p. 879.
(6) recogido, con el título «Doctrina de humildad»," en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, p. 97.
(7) el] ese Nuevo Glosario, vol. II.
(8)
el puerco] ese cochino Nuevo Glosario, vol. II.
(9) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, p. 97.
(10) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. I, pp. 879-880 y Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, p. p. 98.
(11) eso] ello Nuevo Glosario, vol. II.
(12) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. I, p. 880 y Nuevo Glosario, Aguilar, vol. II, p. 98.
(13) las gentes] los ausentes Nuevo Glosario, vol. II.
(14) recogido en Nuevo Glosario, Aguilar, vol. I, p. 880.


Diseño y mantenimiento de la página: Pía d'Ors
Última actualización: 30 de mayo de 2008