Eugenio d'Ors
GLOSARIO INÉDITO
XENIUS A SU PLUMA
(Publicado originalmente en catalán, con el título «Ploma, ploma meva», en La Veu de Catalunya, el 25-XI-1911; reproducido en Caras y Caretas, año XXIV, nº. 1180, 16-VII-1921, p. 116)

Pluma, mi pluma, única compañera en las batallas, espada y escudo, pluma fiel, pluma experta, sumisa y buena servidora… He entrado a oscuras en mi cuarto. Tú estabas sobre la mesa, en tu sitio; y la mano, avezada, te ha sabido encontrar en seguida. Entonces, los dedos te han tomado amorosamente y te acariciaban en la oscuridad… Fuera, el mundo está silencioso. Cerca, la casa está tranquila… ¿A quién le contaría este fiero orgullo y este anhelo, esta delicia de la victoria y del tormento, sino a la buena y antigua camarada? Pluma, mi dulce esclavitud, mi libertad, mi tesoro, mi vida; dócil pluma, a las vibraciones de la mente, resistente y rígida, para no servir a sus desórdenes; libre pluma, no torcida nunca, pluma «sans peur et sans reproche»; ardiente por el deseo de eficacia, reposada por el sentido de la medida. ¡Qué viajes y qué aventuras juntos, pluma mía! ¡Cuántos recuerdos comunes, que sólo conocemos tú y yo! ¡Cuántos secretos y confidencias entre nosotros! ¡Cuántas ocasiones en que tú has detenido mi ira y su impulso malo en el camino largo y delicado de tu cuerpo esbelto! ¡Cuántas veces, al contrario, has sostenido mi fatiga, mi desaliento, y has sabido tornar en fuerza la fatiga que te recogía como un bastón! Pronta a la obediencia, prudente en el consejo para mí, nunca perezosa ni fugitiva, yo te llamaría mi demonio familiar, sólo por miedo a la impiedad de llamarte mi ángel de la guarda. «Plena del seny, dirte que t’am no cal que se be prou que tu t’en tens per certa». Yo también me tengo por cierto, y nuestra amistad vieja es una seguridad pura… Ahora, sobre la mesa, abrazándote tiernamente en la oscuridad, séllanla una vez más esta amistad nuestra, tú y mis dedos.


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Última actualización: 17 de septiembre de 2007