Eugenio d'Ors
presentación | vida | obra | pseudónimos | retratos y caricaturas | galeria fotográfica |dibujos |entrevistas| enlaces    
EUGENIO d'ORS ANTE GOETHE      
Es imposible hablar de Goethe tranquilamente. Lo estorba una cosa dura de confesar, pero imposible de desconocer.
Estorba la envidia.
La envidia peor, porque no se refiere a los atributos, sino a la substancia. Generalmente se les envidia a las grandes figuras alguna propiedad o cualidad. Uno aspira a tener de ellos el don eminente o el botín precioso, pero sin dejar de ser uno mismo. Así Virgilio envidió la gloria de Homero, y Temístocles, cuando joven, veía turbados sus sueños por las victorias de Milciades… Pero la pasión respecto a Goethe se hace más grave, porque tienta a la blasfemia de renunciar a la propia personalidad.
Quisiéramas hablar como Demóstenes, escribir como Boccaccio, pintar como Leonardo, saber lo que Leibniz, tener, como Napoleón, un vasto imperio, o como Ruelbeck, un jardín botánico… Quisiéramos ser Goethe.
Todas las almas olímpicas ven en este olímpico la imagen de ellas mismas elevada al máximo poder, de gloria y de serenidad.

(Goethe, «Glosari», La Veu de Catalunya, 15-V-1918; recogido en El Valle de Josafat / La Vall de Josafat / Das Tal Josaphat / La Valle di Giosafat)
Eugenio d'Ors como Goethe
 
Eugenio d'Ors como Goethe
1. De izquierda a derecha: Darío Valcárcel, marqués de O'Reilly (disfrazado de Archiduque Rodolfo), Joaquín Calvo Sotelo (disfrazado de Napoleón I), Eugenio d'Ors (disfrazado de Goethe), Mariano Rodríguez de Rivas (disfrazado de Alfonso XII) y Tomás Borrás (disfrazado de Luis Candelas).
1 y 2. Febrero 1947 [ver más]
  2. Joaquín Calvo Sotelo (disfrazado de Napoleón I) y Eugenio d'Ors (disfrazado de Goethe).
«En fin, d'Ors, querido amigo inolvidable, que viniste a casa en 1947 —cuando teníamos edad y humor para hacer un baile de máscaras— disfrazado de Goethe, al que tanto admirabas, y que fuiste mi pareja de rigodón —sólo se bailaron bailes de la época—, vestido con frac azul, chaleco rameado y bordado, pantalón corto de raso, medias blancas y zapatos de hebilla de plata, bastón con puño de oro y pelo «éburifée» y un aire absolutamente goethiano. De tí dijo otro querido amigo que se fue —Tomás Borrás, que iba vestido, con mucha gracia, de Luis Candelas, el famoso bandido, en aquel inolvidable baile de 15 parejas del siglo XIX—: «El maestro, que siempre se siente un poco Goethe, hoy viene disfrazado de Eugenio d'Ors».
(Aurora Lezcano, «Eugenio d'Ors, ese clásico»)
 
Voldríem parlar com Demòstenes, escriure com Boccaccio, pintar com Leonardo, saber com Leibniz, tenir, com Napoleó, un ample imperi, o un jardí botànic, com Ruelbeck… Voldríem ésser Goethe.
 
Wir möchten sprechen wie Demosthenes, schreiben wie Boccaccio, malen wie Lionardo, wissen was Leibniz wußte, ein Reich besitzen wie Napoleon oder einen Garten wie Ruelbeck… Aber Goethe möchten wir sein.
 
Vorremo parlare come Demostene, scrivere come Boccaccio, dipingere come Leonardo, sapere quanto Leibniz, tenere come Napoleone un vasto impero o come Ruelbeck, un giardino botanico… Vorremmo essere Goethe.

Diseño y mantenimiento de la página: Pía d'Ors
Última actualización: 18 de enero de 2008