Eugenio d'Ors
ENTREVISTAS Y DECLARACIONES
volver
MANUEL DEL ARCO, VD. DIRA... EUGENIO d'ORS
(Diario de Barcelona, 6-I-1946)

Eugenio d’Ors ha llegado a Barcelona, donde pronunciará una conferencia sobre el secreto de la filosofía. ¡Ahí es nada!, el secreto de la filosofía; porque a juzgar por los pocos filósofos que quedan en el mundo, pocos seres estarán en el secreto… Y al filósofo d’Ors he ido con la intención de que me revelase el secreto que va a hacer público en la próxima conferencia.
—¿Dónde está, señor d’Ors, el secreto de la filosofía?
—Espere, espere, tracemos un hilo conductor.
—Trácelo, don Eugenio.
—Pues bien; hace precisamente un año, di una conferencia en el Ateneo, donde nunca había hablado, y ahora vuelvo a tener otro contacto con el público, que casi me desconoce; porque yo soy popular y desconocido. Me conocen por nombre y me desconocen por fisonomía.
—Pero lo interesante es el nombre y la obra.
—Sí, sí; mas llega una edad en que conviene recopilar y legar. Y en eso estoy, en la actividad de la ordenación de las actividades de producción. Convertirse en alejandrino de sí mismo.
—¿Alejandrino?
—Sí, ordenar el legado de Grecia. Los textos de Homero quedaron sin orden y luego fueron ordenados.
—Ya, ya.
—Muchos textos dicen que la metafísica viene detrás de la física. Pero la idea de Aristóteles era que la metafísica había que aprender primero y más tarde venía la física. Pero los ordenadores alejandrinos lo organizaban de otro modo y aquí viene la equivocación moderna.
—¿Y usted va a volverse alejandrino?
—Sí, aunque la tarea cotidiana obligue a prolongar todavía mi obra; mi actividad profesional me hace producir, cosa que hago con gusto. En filosofía no se puede ser demasiado precoz. Ahora se publicará mi ”Glosario completo”, tres volúmenes de 1500 páginas cada uno, y también un Tratado de filosofía, doctrina de la inteligencia, resumen donde se encierra todo el pensamiento filosófico.
—Plena producción, efectivamente.
—Es la ordenación de mi tarea; que la serviré, además, en la medida en que pueda, en conferencias. Como quien hace testamento.
—¿Y a Barcelona hace usted un legado?
—Barcelona, mi ciudad natal, la escojo en cuanto a escenario; y en cuanto a materia, trato de la filosofía. Y así, uno a Barcelona con la filosofía; dos de mis grandes amores.
—¿Y nos revelará al fin el secreto de la filosofía?
—Ya hemos llegado. El secreto de la filosofía consiste en último término en unas palabras del Evangelio: “Qui facit veritatem venit ad lucem”, “Quien hace la verdad viene a la luz”. Quiere decir que la verdad se hace y hay un deber de colaboración humana en la producción de la verdad.
—¿Luego, la filosofía es una cosa muy seria?
—Protesto de la consabida forma “primero vivir, luego filosofar”. No conozco ni el antes ni el después. Vida sin filosofía es infancia; como filosofía es pedantería pura. Llamo filósofo a quien vive en conciencia de la eternidad del momento.
—“A quien vive en conciencia de la eternidad del momento”… que complicado resulta saber si uno es filósofo…

DEL ARCO

Diseño y mantenimiento de la página: Pía d'Ors
Última actualización: 10 de junio de 2010