Eugenio d'Ors
1912-1919
recortes de prensa
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"XENIUS", EN BILBAO
(“Euzkadi”, Bilbao, 16-I-1915)
Esta tarde, puesto el sol, dirá en Bilbao su palabra preciosa este gran escritor. Hace un año, cuando Eugeni d’Ors llegó desde su Cataluña a la altiplanicie castellana, para dar en Madrid su lección de método y de serenidad, hicimos aquí la glosa del glosador catalán. Una vez más nos acogimos a las páginas de La ben plantada.
En su mármol perduradero, La ben plantada sonreía con una elegancia fría y reposada. Pasaban las tres hermanas hacia el mar; La ben plantada se llenaba de armonía para dar a las ondas azules su perfil de Jonia. Un tropo griego cruzaba en un vuelo de oro sobre nuestra frente, mientras hacíamos acaso una divagación sobre Anaximandro.
Habíamos dicho entonces:
“Hace unos días, el glosador de La Veu llegó a Castilla con su ofrenda serena y sutil. Yo he visto en un mármol antiguo el relieve de un arquero. Tiene en sus manos el arco en tensión. El arquero, lleno de gracia helénica, ha disparado una flecha encantada. En el arco hay un fino temblor y parece que el mármol tiene una vibración eterna.
Desde el Ateneo de Madrid nos llega la emoción de la palabra de “Xenius”, como una flecha de oro. La palabra aguda de Eugenio d’Ors ha cantado en el silencio azul de Castilla.
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Yo quiero pensar que entre los vascos tiene “Xenius” varios discípulos, y que dentro de algún tiempo han de ir aumentando. Desde la Biblioteca, desde el Instituto de Estudios Catalanes, la voz serena de “Xenius” nos llega como un magisterio reposado, imponiendo sus normas clásicas a la inteligencia”.
Esto decíamos en Febrero de 1914. Hoy, “Xenius” nos visita en Bilbao. Eugeni d’Ors viene a ofrecernos la flor de sus elegancias. Todos los días hemos leído sus divagaciones sobre el arte, sobre la política, sobre el gusto. En La Veu de Catalunya, Eugeni d’Ors nos da su estética y su filosofía. Diremos de “Xenius” lo que él decía hace poco hablando de Marcel Boulanger: “es una fina flor de selección humana”.
Ha hecho en Barcelona su “Instituto de Estudios Catalanes”; ha dado a su catalán un ritmo latino y un cierto aire mediterráneo y transparente. El catalán de “Xenius” resuena con un timbre de plata. Ama como Barrés “su tierra y sus muertos” y exprime sobre su copa de oro antiguo los racimos de las vendimias de Chios. Sus glosas nos cantan como un exámetro latino.
Bienvenido sea a esta tierra de un fuerte y puro nacionalismo, el hombre que se llena de elegancia para trazar con la mano serena una línea de augusto renacimiento sobre mármoles de su ciudad.
LA CONFERENCIA DE "XENIUS"
(“Euzkadi”, Bilbao, 17-I-1915)
Eugeni d’Ors dio anoche su conferencia. Se llenó el salón para escuchar al pensador catalán. La disciplina de la inteligencia nos imponía un homenaje interior a Eugenio d’Ors, y fuimos allí, en nacionalistas vascos, ante el renacentista mediterráneo. Fuimos ante el pensador y el artista.
Y alrededor del Mediterráneo hizo girar el tema de la unidad moral de Europa. Definía los valores del Renacimiento y jamás el tono de cordura y de serenidad cedía a la exaltación. Seguíamos al investigador con un cierto placer clásico y aguzábamos el oído para alcanzar todo el encanto de “Xenius”.
Realmente, ¡oh maravilloso glosador catalán!, fue la conferencia de anoche, más que una divagación, un símbolo. Al final, después de aquellos versos de Rubén, “Xenius”, para quien siempre ha sido un sacrificio levantar la voz, nos dejaba sus concreciones, sus definiciones, sus medidas ideales. Y, así, comprendíamos bien cómo ha podido realizarse el prodigio del Renacimiento catalán. Sin quererlo, acaso, o quizá deseándolo vivamente. La ben plantada —¡le llamaron el breviario de su raza!— se aparecía a nuestros ojos en toda su aristocracia espiritual. Y también se aparecía la figura de Nando el remero, afanado en el esfuerzo cotidiano, en la continua labor humilde y oscura, pero eficaz y viva como en el poeta alemán.
No sé cuántos nacionalistas jóvenes escuchamos ayer a “Xenius”. Le debíamos ese homenaje al pensador, al artista. Le debíamos homenaje, porque “Xenius” es para nosotros como un ejemplo perdurable de esfuerzo precioso, como un símbolo que nos muestra el valor de las virtudes de las Razas. Ha pensado, medido y definido el catalán; le ha infundido un aliento nuevo, y al final, ya lo ve elevarse hasta un alto prestigio y sonar en un tono de sabiduría serena. Ha creado su Instituto de Estudios Catalanes, y desde el último confín del mundo, ha llevado a su Cataluña nueva todo el pensamiento universal. El pensamiento universal es, al fin y a la postre, el renacimiento. El renacimiento es la unidad moral de Europa. Otra vez leeremos reposadamente la conferencia de “Xenius”, pero antes, habremos cumplido nuestro homenaje al pensador y al artista catalán.
IMANOL
 


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Última actualización: 13 de noviembre de 2008