CORRESPONDENCIAS
CARTA DE ADHESIÓN AL HOMENAJE A AZORÍN
(24-XI-1913)
(fragmentos publicados en ABC, 25-XI-1913, p. 5 [«En honor de 'Azorín'»])
(fragmentos publicados en ABC, 25-XI-1913, p. 5 [«En honor de 'Azorín'»])
«Si Academia quiere decir archivo de humanidades, arca de gusto, torre de fino desdén, baluarte de aristocrática contención; si una Academia representa en cada país algo muy nacional, pero a la vez, y en función de catolicidad, algo que sea un poco griego y un poco francés, ¿quién será para eso en España mejor que Azorín, el recto hombre de recta plaza?»
«Lo que ha hecho Azorín por los clásicos castellanos no tiene precio. Él nos ha enseñado a sentir a esos viejos autores como "contemporáneos nuestros"; y así, por un lado, a gozarlos directamente, cuando nos traen placer; por otro lado, a revisar sin miedo excesivo, su valor. Esta manera de entender la crítica es muy de nuestros días, y muy relacionada con ciertos hechos nuevos de la historia universal de la cultura. Piense usted, mi querido poeta, que aún en los días de Taine, para sentir, por ejemplo, la pintura antigua, tenían los espíritus que "dar la vuelta" por campos de historia, de sociología… Hoy, en cambio, nos paseamos por los museos, y comprendemos en seguida las grandes obras; ellas nos dan su secreto sin intermediario, y así, nuestra sensibilidad para la pintura está ya emancipada de las limitaciones del tiempo. Para traer una emancipación análoga a la historia de la literatura española ha trabajado nuestro crítico, y muy bien. Él nos ha desamortizado a los clásicos, él los ha sacado de las cárceles de la erudición para darlos a los vientos de la cultura».
«Lo que ha hecho Azorín por los clásicos castellanos no tiene precio. Él nos ha enseñado a sentir a esos viejos autores como "contemporáneos nuestros"; y así, por un lado, a gozarlos directamente, cuando nos traen placer; por otro lado, a revisar sin miedo excesivo, su valor. Esta manera de entender la crítica es muy de nuestros días, y muy relacionada con ciertos hechos nuevos de la historia universal de la cultura. Piense usted, mi querido poeta, que aún en los días de Taine, para sentir, por ejemplo, la pintura antigua, tenían los espíritus que "dar la vuelta" por campos de historia, de sociología… Hoy, en cambio, nos paseamos por los museos, y comprendemos en seguida las grandes obras; ellas nos dan su secreto sin intermediario, y así, nuestra sensibilidad para la pintura está ya emancipada de las limitaciones del tiempo. Para traer una emancipación análoga a la historia de la literatura española ha trabajado nuestro crítico, y muy bien. Él nos ha desamortizado a los clásicos, él los ha sacado de las cárceles de la erudición para darlos a los vientos de la cultura».