Sr. Dr. D. E. Martínez Paz
Vice-rector de la Universidad Nacional de Córdoba



                                     Mi distinguido Señor,

                              Conozco a la Universidad de Córdoba y estoy ya informado del movimiento de renovación que realizan ustedes. Por esto la atenta invitación contenida en la cara de usted, llegada a mis manos hace un par de días, sobre honrarme en gran manera, ha venido a ligarse con los auténticos impulsos de una previa simpatía.

                              Creo que podríamos arreglar algo, de acuerdo con el proyecto de ustedes, si no temen que el mes de octubre sea ya demasiado tardío para una tarea académica. Mucho me complacería situar en medio tan selecto y simpático como esta renaciente Universidad de Córdoba, la ejecución de un propósito que acaricio desde hace tiempo: el de resumir en unas cuantas lecciones sintéticas y densas, el organismo sistemático de filosofía que he desarrollado en mi enseñanza durante los últimos años y que permanece todavía inédito, únicamente recogido en notas dispersas de estudiantes. Imagino que actualmente las juventudes argentinas, como las españolas, tendrán sobre todo apetito de pensamiento original y de estructuras rigurosas; pero si ustedes lo prefiriesen podría también tomar por asunto un tema monográfico.

                              Suscita usted en su carta la cuestión de las condiciones. Es difícil por mi parte resolver el asunto y aun plantearlo. Pero en Buenos Aires hay una institución española que invita regularmente a profesores de aquí a misiones de enseñanza en la República Argentina. Creo que podría tomarse como tipo de condiciones las que ella hiciese a sus invitados.

                              Tendría mucho interés, en ocasión de este acercamiento a ustedes, en conocer directamente el mayor número de elementos posible de vida intelectual argentina, que desde lejos acompaño ya desde hace tiempo con mi entusiasmo. Vivamente, pues, habría de agradecerles el aprovechamiento de la coyuntura para cuanto pudiese acrecer aquella información, que presiento como destinada a traducirse largamente en mi producción y en aquella personal formación que nunca damos por terminada los que hemos hecho voto de estudiantes perpétuos.

                              Con la más alta consideración queda de usted afectísimo colega y amigo,



                                                           [firmada Eug. d'Ors]