Tengo el honor de anunciarle mi salida de España el 4 del próximo julio para dirigirme a la Argentina con objeto de cumplir la misión con que me ha honrado la Universidad de su digna presidencia.

Vencida la dificultad de algunos asuntos que exigirá mi permanencia aquí, podré permanecer en la República Argentina diez u once semanas. Mi proyecto sería repartir las veinticinco lecciones durante los meses de agosto y septiembre, dando aproximadamente tres por semana. El detalle de la distribución de la materia entre las veinticinco lecciones, tendré el gusto de remitírselo uno de estos días para su debida aprobación.

Había que vencer aquí, aparte de otras dificultades, una ligada por la concesión de licencia en el Seminario que dirijo. Como esta licencia está destinada a sobrepasar el término ordinario de nuestras vacaciones parece que será necesario producir oficialmente aquí el texto de los acuerdos que haya tomado, para invitarme, el claustro de la Universidad de Córdoba. En vista de la urgencia a que esta necesidad se prestaba, me he permitido rogar al señor Levillier, encargado de la representación diplomática argentina en España, que les pidiera a ustedes contestación telegráfica sobre el asunto.

Creo que la materia que preparo para el curso de Córdoba puede ofrecer algún interés. Por primera vez presentaré en conjunto sistemático el organismo de mi pensar filosófico. Ya sabe usted las pocas veces, acaso ninguna, en que una empresa así ha podido realizarse en lengua española. Espero conseguir, sino la adhesión a cada una de las soluciones que presento de los problemas fundamentales, por lo menos la doble impresión de una coherencia rigurosa y de un sentido de totalidad.

Un incidente me ha turbado estos días, de que, tras alguna vacilación, me decido a hablarle. Hará como mes y medio, hallándome en Madrid, vino a verme al hotel un redactor de la delegación en Madrid del periódico La Nación de Buenos Aires, quien me dijo que, noticioso de la invitación de Córdoba, deseaba celebrar una interview conmigo. Tuvimos una larga conversación y hace pocas semanas he recibido de su parte un número de La Nación en que se encuentra la interview, pero tan reducida de texto, que así éste pierde todo sentido. Además, por confusión que me parece puede atribuirse a errata, este texto me hace decir algunas enormidades, entre ellas una, que a mí no se me hubiera podido ocurrir, sin evidente actitud de impertinencia. Me hace decir que en la Argentina «secularizaremos la Universidad de Córdoba»… Esto, naturalmente, me ha disgustado mucho. Yo voy a la Argentina con un propósito exclusivamente científico y nada tengo que secularizar ni que dejar de secularizar. Ni éste es mi trabajo, ni si tuviera que hacerse, tendría que hacerlo yo… Me he quejado de todas estas cosas al señor Paul y Almarza, que es el redactor aludido, y éste en nombre suyo y en el del señor Basa, director de aquella delegación, se me ha excusado y me ha prometido la rectificación debida en forma de publicación íntegra y genuina del texto de la interview.

Quiero, entre tanto, que usted y mis ilustres compañeros del claustro de Córdoba, reciban también mis excusas, por si acaso en ese momento ha podido parcerles inexplicable oficiosidad.

Volviendo al proyectado curso, si usted cree que debe anunciarse con algún título, puede adoptar éste: «Dialéctica general, según la doctrina de la inteligencia».

Con el mejor honor y esperando para muy pronto, pues creo que mi vapor, el «Infanta Isabel», llega a Buenos Aires el 20 o 22 de julio, quedo siempre de usted señor rector devotísimo amigo.

(1) Carta publicada en el diario Los Principios  de Córdoba, el día 15-VII-1921, p. 1, cols. 4-5, con el título: «Eugenio d'Ors. El curso que dictará en Córdoba. Una rectificación significativa». El texto de esta carta se publicó precedido de la siguiente nota editorial: «Desde Barcelona, con fecha 15 de junio del corriente año, el profesor don Eugenio d'Ors ha escrito al rector de la Universidad de Córdoba, don Eliseo Soaje, la carta que a continuación publicamos, comunicándole la efectividad de su viaje a la Argentina. Anuncia el pensador español, que el curso que dictará en la Facultad de Derecho de esta ciudad versará sobre el tema de «Dialéctica general, según la doctrina de la inteligencia», y será, según dice también, la primera exposición de conjunto de sus doctrinas filosóficas. Para que se vea el alto espíritu del señor d'Ors, a quien nunca concebimos instrumento del sectarismo, recomendamos el párrafo de su carta donde expresa con entereza y claridad notables «que no vendrá a secularizar la Universidad de Córdoba, sino con un propósito exclusivamente científico», desmintiendo así un reportaje equívoco aparecido en un diario de Buenos Aires. Lo cual es una advertencia a los ingenuos liberales de Córdoba.