Eugenio d'Ors
AFORISMOS    
N.S. INSOMNIO
 
I
 
 
Tan requetesolo estoy
que, cuando voy a la cama,
me parece que no hay nadie
entre la muerte y mi almohada.
 
 
II
 
 
En el orden de mi muerte,
bien me sé lo que prefiero:
me encantaba aquel grabado
del Antiguo Testamento,
en que un patriarca anciano,
al dormirse en el Señor,
bendice a sus hijos, hasta
la quinta generación.
 
 
III
 
 
Yo moriré en un naufragio,
será de noche y muy negra;
no habrá, en el mar, una luz,
no habrá, en el cielo, una estrella.
Yo moriré en un naufragio
sin que haya a mi alrededor
nadie, para darse cuenta
de lo valiente que soy.
 
 
IV
 
 
Mas quizás Dios no permita
que sea en el mar mi tumba.
Yo la quisiera tener
en tierras de Cataluña.
Y que a su vera pusiesen
una fuente y un laurel,
por medicina del sol
y de la luna, también…
Fuente de clara razón,
laurel de clásica sombra
(nunca supe reposar
sin la una y sin la otra).
 
 
V
 
 
Una mujer me perdió
(igual que en las peteneras);
al que pierde una mujer
veinte mujeres lo encuentran.
Las vivas o las pintadas,
que se están en los Museos
con tanta luz en los ojos,
con tanta sombra en los senos.
 
 
VI
 
 
Dios no me deje morir,
llegado que sea el día
de que me claven en cruz
sin tener las tres Marías.
Una, que me haga de madre;
otra, que me haga de amiga;
y una María tercera,
recién entrada en mi vida,
a quien, por nueva y extraña,
por pasajera y egipcia,
yo esté a punto de querer
sin quererla todavía.
 
 
VII
 
 
–¡Señor! ¿Soy yo quien hablaba,
o ese otro, que es como yo,
también tendido en su cama?
 
 
VII<I>
 
 
Otro, y otro, y otro más,
al modo de un hospital.
 
 
[VIII] <IX>
 
 
Pero, quien delira es él.
Por mi parte, sigo bien.
 
 
[IX] <X>
 
 
Voy a echar una dormida.
Mañana será otro día.
 

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Última actualización: 30 de junio de 2008