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Eugenio d'Ors
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SERIES DE PRENSA DEL GLOSARIO
ESTILO Y CIFRA en La Vanguardia
Eugenio d'ORS, «Estilo y Cifra», La Vanguardia Española, Barcelona (24-III-1943—25-IX-1954)
EN LA FIESTA DE SANTA MARTA
(La Vanguardia, 29-VII-1944, p. 7; recogido en Novísimo Glosario, pp. 282-285)

Cuando el Señor le preguntó por qué se afanaba, sin aprender del lirio del valle, que no hila ni teje y está mejor vestido que Salomón en su gloria, Marta no supo contestar. Las razones de Marta, el Señor sí las conocía. Pero quiso probarla, para advertir si sus afanes eran puros.
¡Oscuridad de los prístinos ayuntamientos! ¡Infinitud de los entronques en estirpes! ¡Misterios de la ley de herencia, que hacen que, de los cinco vástagos de un albino, salga albino uno solo, o un nieto, o un bisnieto, o unos descendientes separados de aquél por seis generaciones, y cuando ya del ancestral albinismo nadie se acuerda!
Pero conviene hacer las paces en todo. Pagar hasta las deudas más ignoradas, más remotas. Y pagar con la moneda que se tiene a mano. Redimir el desdoro de la paga en méritos a la justicia de la retribución. Que una sangre orgullosa se santifique por la exterioridad de su martirio en pro de la fe. Y una sangre perezosa, al contrario, por la dejadez del místico abandono a los carismas de la contemplación. Los grandes Santos han alcanzado su gloria llevando a primores de santidad sus instintivos defectos: San Francisco, su disipación vagabunda; San Ignacio, su virulencia belicosa. Como con las aberraciones paganas, sin cambiar la forma, sublimaron la querencia Instaurare omnia in Christo.
¿Qué impulso extraño a tu medio y familia te empuja, Marta? ¿Por qué este incesante, solícito, próvido laborar? ¿Qué gallo de inquietud canta para que saltes cada día, con el alba, del lecho? ¿Qué primera gota de lluvia escoge, entre todas, tu frente, para que corras a llevarlo todo adentro, a ponerlo a cobijo antes de la borrasca? ¿Qué cicatería te enseñó aritmética; qué generosidad, farmacia? ¿Por qué afinas tanto en la hospitalidad, por qué sabes darle contorno tan bien?
Marta va para Santa. La Iglesia celebrará su fiesta hoy, 29 de julio. Hoy glorificamos sus virtudes, que la hacían aparentemente desoír la lección del Señor, al mostrarle en ejemplo el lirio de los valles.
Porque sobre sus infinitas tareas minúsculas, sobre las tareas domésticas y hospitalarias y sus tráfagos, tiene Marta otra tarea, muy alta, muy grande, muy suya. Tiene que pagar una deuda, tiene que redimir una sangre.
Tiene que llevar a absolución de santidad unas gotas que un secreto azar hereditario traspasó a tus venas. Exclusivamente, dentro de tu estirpe, a tus venas… Tiene que hacer las paces, a favor de la sangre de Caín.
Así, el patronazgo de Santa Marta estará presente dondequiera el lucro se ennoblece con el hospicio; y la soberanía, con la servidumbre. Dueño y servidor a la vez, el hombre cuyo oficio es dar posada, rescatará el regateo con la protección y, con la gloria de la Santa, la herencia del Avariento. ¡Equívoco entrañable el de su quehacer, símbolo claro de cuanto hay siempre de función en la propiedad justa!
El posadero puede echar de su albergue a quien no le plazca. Pero, a quien aloja, le debe amparo, restauro, obediencia; para esto a su bienestar se ha consagrado. Toda hospitalidad es ambivalente. De ahí, señor, el que tú te sientes a la cabecera de tu mesa y sólo a tu derecha a aquel invitado a quien quieres honrar.
En muchos lugares de Alemania, sobre todo entre aquellos donde el delirio de la modernidad no ha dado en prodigar el feo vocablo concierge, un rótulo: Hausmeister, indica el lugar de la portería. Hausmeister quiere decir, literalmente, el dueño de la casa. Con lo cual se entiende que este personaje es el que manda allí. En otros términos, que él allí sirve a todos.
Pero, ¿no se muestra igualmente esa profunda ambivalencia en el término español «hacendoso, hacendosa»? En la ley justa de las cosas está que toda persona hacendada sea hacendosa, y que toda persona hacendosa pare en hacendada.
Me parece un admirable hallazgo este de haber hecho de Santa Marta, la de los afanes redentores de su interior dualidad, la patrona del Hospedaje. Santa Marta, la hacendada-hacendosa. Santa Marta, la de la vigilante economía y la de la generosidad sin límites.


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Última actualización: 8 de febrero de 2010