TRIADOMANÍA1


Charles S. Peirce (1910)

Traducción castellana y notas de Fernando C. Vevia (1997)*





Respuesta anticipada del autor a la sospecha de que se otorga una importancia supersticiosa o fantástica al número tres y fuerza a divisiones para un lecho de Procusto de la tricotomía.

568. Admito plenamente que hay una locura poco común por las tricotomías. No sé, pero los psiquiatras han proporcionado un nombre para esto. Si no lo han hecho, debería ser “triquimanía”, desafortunadamente, sucede que ha sido predeterminado para una pasión por completo diferente; pero puede ser llamada triadomanía. No me aflige demasiado, pero me siento obligado, por respeto a la verdad, a hacer un número tan largo de tricotomías, que no me puedo maravillar si mis lectores, en especial los que están en camino de conocer cuán común es esta enfermedad, llegaran a sospechar o incluso opinar que soy una víctima de ella. Pero voy a convencer, aquí y ahora, a los que estén abiertos a la convicción, que no es así, sino que hay una buena razón por la cual un estudioso cabal del tema de este libro2 será inducido a hacer tricotomías, que la naturaleza de la ciencia es tal, que no solamente hay que esperar que implique tricotomías reales sino, además, que hay una causa que tiende a dar esa forma incluso a divisiones defectuosas, tales como un estudiante, sediento de plenitud y lleno de ansiedad de omitir alguna rama de su tema, estará expuesto a caer dentro. Donde no fuera por esta causa, la forma tricotómica sería, como voy a mostrar, un fuerte argumento para confirmar el razonamiento que toma esta forma.

569. Mi primer argumento para rechazar la sospecha de que el predominio de las tricotomías en mi sistema se deba puramente a mi predilección tan potente, hubiera sido hecha de manera inevitable igualmente dada por encima de la forma tricotómica de clasificación de cualquier tema sobre el que hubiera trabajado. Pero no es ese el caso. Otras veces yo me esforcé por ir por encima de las diferentes clasificaciones que yo había hecho de los temas no del tipo especial en el que encuentro que abundan las tricotomías –un tipo que definiré más adelante- a afirmar la relativa frecuencia de diferentes números de subclases en las divisiones de clases por lo general, cuando las divisiones eran tales que me parecieron poseer realidad objetiva. No pienso que mis resultados sean de mucho valor, teniendo en cuenta la gran diferencia de las proporciones en diferentes tipos de temas. Con todo, los diré más en concreto. Encontré que entre veintinueve divisiones de temas, no del tipo que abunda especialmente en tricotomías, había once dicotomías, cinco tricotomías y trece divisiones en más de tres partes. El hecho de lograr tal resultado, aunque sea muy imperfecto, basta para mostrar que no tengo marcada predilección por las tricotomías en general.

570. Vengo ahora a un segundo argumento, o más bien a una serie de consideraciones no demasiado lejanas de lo que estoy diciendo. Los amigos entusiastas que me han urgido sobre estas objeciones –y nada puede ser más precioso para un estudioso sincero que el poner objeciones franca y fuertemente- eran naturalistas pertenecientes a esa familia de mentes para las que lo matemático, incluso lo más simple, parece ser un libro cerrado. Yo les indicaría o, para hablar con más precisión, les diría que hay una diferencia ancha como el mundo entre las divisiones que uno reconoce en clases cuya esencia puede uno comprender, y las variedades observa desde fuera, como se hace con los objetos de la historia natural, sin ser capaz de adivinar por qué deberían ser como son ni, excepto en las divisiones más altas, estar seguro de que tenemos la lista completa de las partes, ni si resultan de una división simple o de varias, que se suceden una a la otra.

571. Agassiz, en su Essay on Classification, describía bien –no digo a la perfección, sino relativamente bien- lo que debe ser una clasificación de los animales. Pero zoólogos posteriores parecen haber encontrado que cuando él viene a ajustar su idea a los hechos del reino animal, parece no tener un buen ajuste. ¿Qué maravilla? Le exigen al taxonomista decir cuál fue la idea del Creador y las diferentes maneras en las que la única idea fue designada para ser llevada a cabo. ¿Cómo puede una criatura colocarse a sí misma en el punto de vista del Creador?

572. Pronto los zoólogos comenzaron a clasificar de acuerdo con el curso de la evolución. No hay duda de que esto tiene la ventaja de voltear sus mentes a problemas dentro del campo de la ciencia. Pero aventuro la observación de que, garantizando el éxito perfecto de su investigación, lo que están afirmando es precisamente la genealogía de las especies. Ahora bien, la genealogía no es de ninguna manera lo mismo que una división lógica. Nada hace más claro esto que los estudios de Galton y otros sobre los fenómenos de la herencia de caracteres. Opino que está mostrando incluso a los que no tienen una idea definida de lo que es una división lógica, mientras que para los que saben lo que es, los estudios de Galton dieron especial atención e ilustración a lo que ellos tienen que haber ya realizado.

Pero cuando mis críticos amigos me aconsejan considerar la maravillosa multiplicidad de los subgrupos dentro de los cuales se divide cada grupo del reino animal, acepto su sugestión y retorno al famoso volumen de Huxley: The Anatomy of Vertebrate Animals. Encuentro que en primer lugar divide esta rama en tres sectores: los ictiópsidos, los saurópsidos y los mamíferos. Divide cada sector en clases3.


Traducción de Fernando C. Vevia (1997)



NOTAS

* Reproducido con el permiso de Fernando C. Vevia. Esta traducción está publicada en Charles S. Peirce. Escritos filosóficos, El Colegio de Michoacán, México 1997, pp. 321-323.

1. 1910.

2. Aparentemente "The Quest of Quests" es una investigación de las condiciones del éxito en la investigación (más allá de la recolección y observación de hechos), del que no se escribieron más que unas pocas páginas.

3. El manuscrito termina aquí.




Fin de "Triadomanía", C. S. Peirce (1910). Traducción castellana y notas de Fernando C. Vevia. En: Charles S. Peirce. Escritos filosóficos, F. Vevia (tr., intr. y notas), El Colegio de Michoacán, México 1997, pp. 321-23. "Triadomany" está publicada en CP 1. 568-572.

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Fecha del documento: 8 de mayo 2001
Ultima actualización: 27 de febrero 2011

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