Recensión de Semiótica, lógica y conocimiento.
Homenaje a Charles Sanders Peirce

(Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2006, 332 págs.)

Sara Barrena (2006)


A lo largo de su vida Charles Sanders Peirce (1839-1914) escribió acerca de gran variedad de temas e hizo aportaciones de singular interés en prácticamente todas las áreas que abordó. Sus teorías, profundas e interconectadas entre sí, pueden iluminar un amplio número de campos de conocimiento. Con esta convicción se ha publicado recientemente en México el volumen Semiótica, lógica y conocimiento, que recoge algunos de los materiales presentados en el congreso "Semiótica, lógica y conocimiento. A noventa años de la muerte de Charles S. Peirce", celebrado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en agosto y septiembre de 2004.

El congreso y el volumen responden al interés cada vez mayor por los estudios peirceanos en América Latina. El libro, que busca servir de introducción para aquellos que quieran acercarse al pensamiento de Peirce, se abre con un prólogo de Raimundo Mier, quien nos acerca a la figura de Peirce y señala —ideas que aparecerán también en su colaboración unas páginas más adelante— el carácter desigual y controvertido de la recepción de Peirce, los enfoques variados y a veces caóticos de su pensamiento, el inagotable diálogo peirceano con la historia de las ideas y en definitiva sus luces y sus sombras. Mier destaca también la dificultad de la recepción del pensamiento peirceano en México y la disponibilidad casi nula de buenas traducciones. Desde esta perspectiva, este volumen supone un impulso que permite alcanzar un punto de vista más esperanzador.

Se examinan en este volumen algunas aportaciones en campos como la lógica, la epistemología, la fenomenología, la semiótica, la educación o la filosofía de la ciencia, con la idea común de que es posible desde Peirce pensar esas ciencias de otra manera. El libro se divide en cuatro grandes áreas temáticas, tituladas "La refundación de la lógica", "Epistemología, fenomenología y semiótica", "Perspectivas semióticas" y "La educación desde una perspectiva pragmatista". La primera parte se abre con la colaboración de Nubiola, quien propone, frente al fundamentalismo individualista cartesiano, la idea peirceana de comunidad de investigadores como medio vital para el crecimiento de la racionalidad científica, que sólo florece en aquellos lugares en los que la búsqueda de la verdad es vista como una tarea cooperativa y corporativa. A continuación, Beuchot apuesta por el pensamiento analógico concebido desde Peirce, que supondrá la mejor manera de buscar la síntesis y el equilibrio y de mediar entre la unicidad del positivismo y el equivocismo relativista de muchas posturas de la modernidad. Por su parte, Mier concibe el proyecto de Peirce como una transformación de la lógica y de la noción misma de conocimiento, y Morado examina algunas características de la abducción.

La segunda parte del libro recoge temas relacionados con la idea de conocimiento y semiótica: Romé se centra en la importancia del lenguaje en la noción de conocimiento de Peirce, Álvarez se centra en la creación de imágenes mentales a partir de estímulos auditivos, Elizondo examina la idea del pragmatismo peirceano y su relación con la semiótica, y por último, Garzón sostiene la hipótesis —cuestionable y polémica para los estudiosos peirceanos— de que la abducción puede explicarse en términos inductivos.

La tercera parte del libro presenta tres propuestas semióticas derivadas de la lectura de Peirce. Karam realiza un recorrido por la teoría de la comunicación y el lugar que Peirce puede ocupar dentro de ella, Flores se centra en la idea de semiótica de la historia y Sandoval se ocupa del papel de la experiencia y de la posibilidad de una semiótica que se detenga en el cuerpo y en sus afecciones. Por último, en la cuarta parte, Moreno elabora desde la psicología social una recuperación de la significación en el tema de la intervención y Ferreiro expone la necesidad de fomentar en la educación procesos reflexivos y abductivos, de crear situaciones educativas en las que pueda emerger una experiencia que conduzca a nuevos modos de pensar, de sentir y actuar.

Como afirma Raimundo Mier el pensamiento de Peirce está experimentando una renovación y desplegando todo su pluralismo (p. 21), y este volumen es una buena muestra de ello. Sus colaboraciones, de variada temática y calidad, constituyen una invitación a pensar y son el mejor exponente de que sólo en comunidad podemos ir aproximándonos a la verdad. Como escribe Peirce: "La ciencia no avanza mediante revoluciones, guerras y cataclismos sino mediante la cooperación, mediante el aprovechamiento por parte de cada investigador de los resultados logrados por sus predecesores" (p. 51).


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Fecha del documento: 10 de octubre 2006
Ultima actualización: 10 de octubre 2006

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