RECENSIÓN DE EL PROGRESO DE LOS INVENTOS EN EL SIGLO XIX
DE EDWARD W. BYRN


Charles S. Peirce (1900)


Traducción castellana de Izaskun Martínez (2019)


Recensión de The Progress of Invention in the Nineteenth Century de Edward W. Byrn, Nueva York: Munn & Co., 1900, 476 págs. Publicada en The Nation 71 (6 de diciembre de 1900), pp. 449-450.


Es una regla primaria de la ética de la retórica que toda composición en prosa debería empezar informando al lector acerca de cuál es su objetivo con la suficiente precisión como para hacerle capaz de decidir si leerla o no leerla. Si el título puede hacer esto, tanto mejor. Dentro de Rojo, Rosa Roja nos dice qué hemos de esperar mejor que una descripción en términos abstractos que el escritor pudiera proporcionar. El hombre que pone su pluma sobre el papel para producir algo como un tratado debería, por el bien del lector y el suyo propio, comenzar definiendo con precisión qué es lo que el libro pretende decir. Si el título de este libro lo hace, entonces deben reconocerse entre las características del siglo XIX el peculiar sentido que se le ha dado a la palabra "invención". Por supuesto, nada hay que esperar encontrar aquí sobre la invención poética, ni sobre las cantidades imaginarias y coordinadas homogéneas; ni sobre los fideicomisos, cámaras de compensación, sindicatos y sellos —grandes inventos todos; ni tampoco sobre el calorímetro de hielo de Bunsen ni sobre la máquina de Holtz. Uno puede buscar en vano las páginas sobre el "juego de segunda mirada" [second-sight trick], el juego de la estafa [bunco game], o las manifestaciones espiritualistas. Por lo tanto, parecería en principio que bajo el término "invento", el autor parece incluir solo inventos patentados, pero tampoco hace esto, porque entre los principales inventos del siglo XIX, incluye los diferentes sistemas de la práctica médica, la pila voltaica (que no fue patentada ni producida en el siglo XIX), los descubrimientos de los diferentes elementos químicos, la máquina calculadora de Babbage, el Canal de Suez, el puente de Brooklyn, el Capitolio en Washinton [sic], etc.  Solo podemos concluir que el escritor nunca había definido para sí mismo qué era lo que se proponía tratar. Si lo hubiese hecho, ciertamente habría escrito un libro mucho mejor, pues no se ha visto obligado a trabajar ni a investigar.

 

De la misma manera, bajo los diferentes epígrafes, no tenemos medios para prever qué encontraremos en el libro y qué no. Por ejemplo, cada vez que se incluyan puentes, uno podría esperar encontrar aquí alguna mención, al menos, al primer puente del Niágara que implicó una invención que estaba en el puente de Brooklyn; y a esto se dedica un párrafo y una imagen. La principal característica inventiva de estos puentes, la armadura de refuerzo, no se señala. El modo en el que todo los pequeños puentes del país ahora son sustituidos, casi reconstruidos, por compañías de puentes es una característica inventiva de este siglo digno de destacarse, pero no se advierte. Casi todos los capítulos pueden recibir una crítica similar. Muchas de las características y circunstancias que son las más fundamentales, características que, por lo demás son dignas de atención, pasan inadvertidas. El libro no va dirigido, por supuesto, a personas de un conocimiento técnico o científico particular, y aquellos a los que se dirige quedarán ignorantes, en todo caso, de mucho de lo que es notablemente significativo. Sin embargo, si el autor hizo espacio al cortar todo lo que no está relacionado, directa o indirectamente, con los inventos patentados, y hubiera usado ese espacio para explicar la importancia de los temas que más atraen la atención del lector común, habría aumentado enormemente la utilidad de su trabajo. Tómese como ejemplo la omisión de la máquina de vapor. De las pocas palabras que se dicen sobre esta, no puede obtenerse una idea definida de cuánto consigue. Un único párrafo podría haber dado al lector corriente un punto de vista sobre la máquina de vapor que habría estado encantado de obtener.

No deberíamos habernos tomado la molestia de hacer tales críticas si esta obra hubiera pertenecido a la clase ordinaria de libros ilustrados sobre inventos de los que hay tantos. Es un intento serio de dar cuenta de los "inventos", cualquiera que sea su significado, del siglo, de sus sucesivas mejoras y de su gradual adopción, tal como todo hombre inteligente debe desear leerlo. No tiene valor literario pero está sobre el terreno con una buen enfoque minucioso. El índice contiene casi novecientas entradas. Es una obra en la que se ha invertido más trabajo de lo que podría esperarse que se le pagara a su autor con dinero. Es, por eso, digna de una crítica respetuosa y no hacer pasarla meramente por algo "muy interesante". Podría esperarse que en una futura edición se introdujeran las mejoras sugeridas más arriba. Si se cree que harían el libro demasiado árido, la introducción sobre la personalidad de algunos de los inventores más destacados —muchos de ellos hombres de marcada personalidad y de diferentes tipos— amenizaría el texto. Pero por lo que recordamos, esto solo se ha hecho en el caso de Goodyear.

Un anuncio puesto dentro del volumen nos advierte de que esta obra hace afirmaciones de "interés humano". Si esto significa que tiene ese tipo de valor que el poder literario podría dar a un libro como este, no podemos permitirnos esta afirmación. Pero es ciertamente curioso ver cómo la vida humana aparece como vista desde las ventanas de la Oficina de Patentes. Hay unas trescientas ilustraciones y figuras, la mayoría de ellas pertinentes y claras. Es llamativa una imagen del vapor Oceanic como si estuviera navegando sobre la parte más conocida de Broadway.




[Fuente: Edward W. Byrn, The Progress of Invention in the Nineteenth Century,
Nueva York: Munn & Co., 1900, p. 143]

 

 

 


Fin de: The Progress of Invention in the Nineteenth Century de Edward W. Byrn, Nueva York: Munn & Co., 1900, 476 págs. Publicada en The Nation 71 (6 de diciembre de 1900), pp. 449-450.

Una de las ventajas de los textos en formato electrónico respecto de los textos impresos es que pueden corregirse con gran facilidad mediante la colaboración activa de los lectores que adviertan erratas, errores o simplemente mejores traducciones. En este sentido agradeceríamos que se enviaran todas las sugerencias y correcciones a sbarrena@unav.es

Fecha del documento: 28 de agosto 2019
Última actualización: 3 de septiembre 2019


[Página Principal] [Sugerencias]